SCUTTLERS: LOS PANDILLEROS DE LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (III)

agosto 14, 2011

Los episodios de violencia y vandalismo scuttler influyeron decisivamente en su declive definitivo. El temor que suscitaron entre la ciudadanía y la administración sus actos originaron las múltiples iniciativas que determinarían su futuro inmediato. Paradójicamente, estas combinaron los castigos más inflexibles con proyectos de índole educativa basados en las nuevas formas de ocio emergentes a finales del siglo XIX.

representación gráfica del look scuttler

LA CRIMINALIZACIÓN DE UN ESTILO PRECURSOR

Los scuttlers construyeron su propio estilo a partir de elementos como la vestimenta. Así fue como se distinguían del resto de jóvenes de clase trabajadora. Su atuendo habitual lo componía un chaqueta de anchas solapas, un chaleco, unos pantalones algo acampanados de corte marinero, un cinturón con hebilla, un pañuelo de seda anudado al cuello, una gorra con visera que inclinaban hacía la izquierda para dejar visible su peinado y unos zapatos estrechos con puntera de bronce. Llevaban el pelo corto en la parte posterior y a ambos lados de la cabeza pero se dejaban crecer algo más el flequillo, un corte que se popularmente se conocía como “donkey fringes”.

El interés suscitado por los altercados que protagonizaron estos adolescentes provocó que, por primera vez en la historia, la prensa británica asociara explícitamente indumentaria y delincuencia. Periódicos como el Daily Graphic publicaron artículos sobre la vestimenta de los scuttlers, llegando incluso a reproducir el “uniforme” de los jóvenes vándalos. También la literatura se acercó al fenómeno. En 1899 se publicó el libro The Hooligan Nights del novelista Clarence Rook, que relataba las vivencias de un delincuente juvenil de diecisiete años llamado Alf. Rook se inspiró para escribir su obra en la figura de Patrick Hooligan, un portero de Lambeth de origen irlandés que asesinó a un policía y acabó muriendo en la cárcel. Según el propio Rook, Hooligan se convirtió en una especie de mito en los bajos fondos, toda una leyenda del hampa de la época. Aunque esta es una de las versiones más versemblantes que existen sobre el origen del término hooligan, posteriormente, nuevas investigaciones lo vincularon a otras procedencias.

Sir John Day, conocido como Mr. Justice, uno de los jueces mñas beligerantes

La alarma social que causaron las actuaciones vandálicas de los scuttlers tuvieron su respuesta en las contundentes sentencias judiciales que les fueron impuestas. La magistratura y las autoridades, en su objetivo por preservar a la juventud y por extensión al resto de la sociedad de lo que entendían como “alienaciones salvajes”, dictaron condenas ejemplares. Cerca de 800 jóvenes fueron acusados y sancionados por “conducta desordenada voluntaria”. Algunos de ellos incluso fueron recluidos en un barco mercante adecuado para confinar a rateros cuando tan sólo tenían catorce años. Pero las repercusiones del fenómeno scuttler fueron más allá de las medidas adoptadas por el estamento judicial. También desde el gobierno se emprendieron iniciativas, con carácter de urgencia, para acabar con la violencia de las bandas juveniles, como la reforma del código penal británico para menores.

agentes de policia de Manchester durante la década de 1880

EL FIN DE LOS SCUTTLERS: EL FÚTBOL COMO ELEMENTO CONCILIADOR DE LA CONDUCTA

La severidad de las penas impuestas por los jueces junto a otros factores, como la reestructuración urbanística que sufrieron los suburbios o la creación de los llamados Working Lads’ Clubs (clubes de chicos trabajadores) como el que se inauguró en Coronation street en Saldford, impulsaron la desaparición de las bandas. Los programas educacionales estatales y las iniciativas filantrópicas, junto a las nuevas ofertas de ocio, provocaron que los adolescentes se alejaran progresivamente de las actitudes delincuenciales precedentes. Entre las innovadoras propuestas de diversión que atrajeron a estos jóvenes se hallaba el cine y el deporte.

Una de las alternativas a la guerra de bandas precedente que caló con más éxito entre la juventud fue la creación del St Marks Football Club. Un modesto equipo del sudeste de la ciudad que en 1984 pasó a denominarse Manchester City FC. La formación del equipo consiguió alejar a los adolescentes de West Gorton, uno de los barrios de la ciudad, de las actividades delictivas.


SCUTTLERS: LOS PANDILLEROS DE LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (II)

agosto 8, 2011

El fenómeno scuttler, inicialmente restringido a Manchester y aledaños, vivió una rápida expansión. La misma coincidió con su mayor proyección mediática tras los altercados que protagonizaron los miembros de las bandas. Ello comportó la constatación de la existencia de un estilo juvenil, el primero en la historia contemporánea de Gran Bretaña.

scuttler de Saldford a inicios de la década de 1890

1890: LA GRAN BRONCA

La mayor visualización pública del fenómeno scuttler aconteció en 1890 cuando en un incidente entre bandas rivales se vieron implicados cerca de medio millar de jóvenes. La mayoría de los participantes acabó cumpliendo condena en la prisión de Strangeways de Manchester, uno de los centros penintenciarios con peor fama del país. La ciudad pronto se convirtió en el epicentro de un estilo que se propagó a escala nacional. Sus integrantes contaron con una vestimenta característica y un argot callejero propio. El bravucón estilo scuttler se propagó más allá del Gran Manchester. En otras grandes ciudades aparecieron bandas similares que recrearon la imagen y las particularidades de los pandilleros pioneros. Así fue como se gestaron grupos juveniles de extracción obrera similares, como los Peaky Blinders en Birmingham, los High Rip en Liverpool o los Monkey’s Parade y los Bowry Boys del este de Londres.

Algunos de sus miembros acostumbraban a ir armados, aunque no eran una mayoría. Habitualmente usaban en sus peleas cuchillos y las hebillas de sus anchos cinturones de cuero decoradas con siluetas de serpientes o corazones atravesados con flechas o el nombre de su amada, que se anudaban en las manos para golpear con contundencia a sus rivales. Su principal objetivo, lejos de matar, era mutilar o desfigurar parte del rostro del adversario para intimidarle y preservar así su territorio de forasteros. Unas acciones que deben enmarcarse en un tipo de violencia ritual dirigida a impresionar a los pandilleros rivales y las chicas del barrio. Contrariamente a lo que pueda parecer, las muertes atribuidas a los scuttlers entre 1870 y 1890 no superaron la media docena. Entre ellas, la del niño de diez años John O’Toole y la del miembro de los Bengal Tigers, Joe Brady. Sobre los heridos, sólo durante la década de 1890, el hospital Manchester Royal Infirmary atendió casi a diario algún lastimado por enfrentamientos entre bandas scuttlers. Los agredidos también podían ser simples ciudadanos que reprobaban los actos de los pandilleros o peatones extraviados que paseaban por su territorio.

ficha policial de Alexander Pearson, scuttler de Ancoats encarcelado en 1892

DELITOS Y PREJUICIOS. UN ORÍGEN DEL HOOLIGANISMO

Sin duda, una de las agresiones que tuvo mayor repercusión mediática ocurrió en 1892, cuando tres jóvenes de 16 años integrantes de la banda de Lime Street cometieron un asesinato. La víctima fue un adolescente de otra pandilla rival al que apuñalaron por la espalda. El autor confeso del homicidio, William Willan, pidió clemencia ante el magistrado aduciendo su corta edad y su condición de vagabundo. Lejos de amilanar al juez, Willan fue condenado a muerte, aunque la pena le fue conmutada y acabó cumpliendo cadena perpétua.

Seis años más tarde, un suceso parecido acabó con la vida de un inmigrante armenio que cayó asesinado a manos de una banda scuttler en el sur de Londres. No era la primera vez que los pandilleros atacaban a un extranjero, asaltos similares contra jóvenes judíos en el sur y este de la capital británica se sucedieron a lo largo de toda la década. Según diversos expertos, los mismos reflejaban la ansiedad de los adolescentes locales por la competencia que, según ellos, suponían los inmigrantes en el ámbito laboral y en el de la vivienda.

El crimen de Londres se unió a las detenciones por embriaguez, los robos de joyerías, los asaltos a agentes del orden y las peleas callejeras que durante el mes de agosto de ese mismo año habían protagonizado los scuttlers en diversas ciudades del país. El aumento de los actos vandálicos alarmó a la sociedad. Fue entonces cuando la prensa se acercó al fenómeno e introdujo un nuevo epíteto para designar a los adolescentes violentos: hooligan. El término, de origen irlandés, encerraba en si mismo en aquella época connotaciones peyorativas dados los prejuicios existentes en Inglaterra por aquel entonces contra los irlandeses.

Sir Justice Day, conocido como Judgement Day, uno de los jueces más implacables con los scuttlers

Así fue como a partir de entonces a los pandilleros protagonistas de trifulcas y peleas se les empezó a denominar hooligans. Una locución que haría fortuna en los años setenta cuando se asoció a los seguidores radicales del fútbol británico. En los albores del siglo XX sirvió para designar a los adolescentes encuadrados en bandas como los Lion Boys, la Pistol Gang de Clerkenwell, los Drury Lane Boys, los Somers Town Boys o los Fulham Boys londinenses.


SCUTTLERS: LOS PANDILLEROS DE LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (I)

julio 31, 2011

A finales del siglo XIX la sociedad inglesa sufrió el aumento de los delitos protagonizados por adolescentes. Aquellos “jóvenes rufianes callejeros”, como les denominó la prensa de la época, provocaron una alarma social considerable en el seno de la ciudadanía. La delincuencia juvenil se convirtió en una cuestión de estado, toda una prioridad para las autoridades. El fenómeno pero no era ninguna novedad.

adolescentes trabajando en Manchester a finales del siglo XIX

EDUCATION ACT. LA JUVENTUD COMO PROBLEMA

Desde mediados de siglo los llamados “rebeldes de la ciudad”, como eran conocidos popularmente, constituyeron un problema de orden público en las grandes urbes del país. A partir de 1860 los asaltos con violencia y las peleas entre bandas de jóvenes se convirtieron en un hecho habitual. Ello obligó al gobierno a tomar medidas para intentar paliar la violencia y “proteger a la sociedad de los adolescentes». Con este objetivo la legislación británica introdujo los primeros cambios para atajar lo que percebia como un “peligro para la población”. En 1880 se promulgó la Education Act, una ley que  implantó la escolarización obligatoria de todos los menores de diez años. A pesar de su instauración, los casos de indisciplina se multiplicaron. La creciente falta de control parental de los padres sobre sus hijos también incidió en la aparición de las primeras bandas juveniles. Con su adscripción a ellas los adolescentes afirmaban una identidad propia, alejada de las directrices y los castigos corporales impuestos por sus tutores, y se sentían amos de su destino. Construyeron un estilo propio donde la territorialidad y la masculinidad se erigieron en elementos básicos del mismo.

vista de la zona industrial de Manchester a mediados del siglo XIX

MANCHESTER, REDUCTO SCUTTLER

En plena era victoriana (1837- 1902) las calles de Manchester y otras localidades próximas se llenaron de los llamados scuttlers, adolescentes de extracción obrera de edades comprendidas entre los 14 y los 18 años que se agrupaban en bandas caracterizadas por el compartamiento violento de sus miembros.

El nombre que sirvió para denominar a las mismas tenía su origen en una de sus prácticas más habituales de la época, el llamado scuttling, unas peleas multitudinarias que acontencían en las callejuelas de los suburbios de Bradford y Saldford, áreas cercanas a Manchester. El término scuttling, originario del condado de Lancashire, se utilizaba en esa zona para definir las luchas territoriales que mantenían grupos de vecinos enfrentados. Fue durante la década de 1890 cuando estas refriegas protagonizadas por grupos de adolescentes, a los que posteriormente también se les conoció como ikey lads, se extendieron a otras partes del país.

niños empleados en una fábrica téxtil de Manchester

Así fue como aparecieron scuttlers en el centro de la ciudad y en áreas del condado del Gran Manchester, como Gorton i Openshaw. Muchos de estos jóvenes pandilleros trabajaban en ocupaciones manuales semi cualificadas o sin cualificar. Entre ellos había pocos aprendices, la mayoría estaban empleados en fábricas o eran carreteros. El componente de territorialidad fue decisivo en la gestación de las bandas, como reflejan sus propios nombres con referencias a la zona que frecuentaban o donde residían sus integrantes: Bengal Tigers, gestados en el área de Ancoats con mayoría de miembros de origen católico irlandés, Forty Row, Lime Street, Meadow Lads, Hope Street de Saldfor o Holland Street, originarios de la zona de Miles Platting.


LA CRIMINALIZACIÓN DEL ESTILO ZOOT SUIT: EL CASO SLEEPY LAGOON (II)

May 30, 2011

Pocos meses después del juicio contra los miembros de la banda de la Calle 38 acusados de la muerte de José Díaz se desatarían los zoot suit riots en la ciudad de Los Angeles. Por todo lo que comportó a posteriori, el asesinato de Sleepy Lagoon fue considerado como el episodio precursor de dichos disturbios.

Guadalupe Leyvas, madre del acusado, esperando el fallo del caso

LA CREACIÓN DEL SLEEPY LAGOON DEFENSE COMMITEE

La condena de los pachucos movilizó a amplias capas de la sociedad. En concreto, en el este de Los Angeles se creó el Sleepy Lagoon Defense Committee (SLDC), Comité de defensa de Sleepy Lagoo, que mostró su solidaridad con los encausados. Entre sus miembros destacaron célebres personalidades como el abogado y activista pro derechos humanos Carey McWilliams y la historiadora Alice McGrath que recibieron el apoyo de los líderes de las comunidades afroamericana y mejicana de la ciudad, de celebridades de la industria cinematográfica de Hollywood y de organizaciones de izquierda. Se da la cinrcunstancia que entre 1943 y 1944 sus miembros llegaron a ser investigados por el llamado Comité Tenney, un organismo estatal presidido por el senador republicano por California Jack Tenney que entre 1941 y 1949 persiguió lo que denominó “actividades antiamericanas”.

En sus escritos, McWilliams llegó a comparar el caso de los pachucos con el de los japoneses residentes en Estados Unidos que fueron internados durante la Segunda Guerra Mundial. Según el portavoz del Sleepy Lagoon Defense Committee, los pachucos condenados sufrieron los mismos prejuicios raciales que padecieron los japoneses-americanos.


foto de familia de los acusados durante su reclusión

PEOPLE V ZAMMORA. UNA SENTENCIA REVOCADA

Menos de un año después, el 23 de octubre de 1944, Leyvas y los otros condenados fueron liberados tras ser revocadas sus penas. La Sección Segunda de la Corte de Apelaciones del Estado de California presidida por el juez Clement Nye aceptó el recurso argumentando los defectos de forma que había detectado durante la celebración del juicio, (en términos jurídicos conocido como People V. Zammora), como la negación de asesoría jurídica a los acusados o la falta de pruebas concluyentes. Entre los testimonios que presentó la fiscalía destacó el del sheriff E. Duran Ayres, quién argumentó que los mejicanos eran “una comunidad sangrienta y estaban biológicamente predispuestos para el crimen y el asesinato como indicaban los sacrificios humanos de sus ancestros aztecas”.

liberación de los acusados tras la revisión del caso ante el tribunal de apelaciones

El caso quedó en suspenso ante las protestas de los familiares de la víctima y la negativa a revisar el mismo por parte de las autoridades. El SLDC se felicitó porque habían sido reconocidos los derechos constitucionales de los acusados tras ser vulnerados bajo prejuicios racistas.

Años más tarde, la reserva de Sleepy Lagoon sería cubierta para obtener nuevo suelo edificable. El terreno que ocupaba acabó absorbido por la expansión urbanística de Los Angeles sin que quedara un solo vestigio de la misma.


LA CRIMINALIZACIÓN DEL ESTILO ZOOT SUIT: EL CASO SLEEPY LAGOON (I)

May 23, 2011

En entradas anteriores dimos cuenta de la concreción de un estilo propio por parte de los jóvenes afroamericanos y pachucos de origen mejicano, los llamados zoot suiters. El mismo se remontó a la década de los años cuarenta del siglo XX y estuvo focalizado en grandes metrópolis urbanas como Los Ángeles. Después de conocer como el estilo sufrió una creciente criminalización a raíz de los episodios violentos conocidos como zoot suit riots, a continuación vamos a tratar un hecho previo que, sin duda, ayudó a generar todo tipo de prejuicios contra los pachucos.

Harry James, trompetista y líder de la orquestra que popularizó el tema que dió nombre a Sleepy Lagoon

UN ASESINATO COMO DETONANTE

Sleepy Lagoon era una de las dos mayores reservas de agua que irrigaba las cosechas del rancho propiedad de la familia Williams, cercano al área rural próxima por aquel entonces a Los Angeles y que posteriormente tomó el nombre de Bell. La pequeña laguna, situada en el sudeste de la ciudad y llamada así por una canción homónima del popular trompetista Harry James, era usada como zona de asueto por los adolescentes con escasos recursos que no podían permitirse ir hasta el centro. Fue precisamente allí donde la noche del 1 de agosto de 1942 se descubrió el cadáver de uno de los jóvenes empleados del rancho. Las sospechas pronto recayeron en la cuadrilla de chicos de origen chicano que frecuentaron la zona aquel dia.

Varias parejas de jóvenes procedentes de Los Angeles se habían dirigido ese mismo dia a Sleepy Lagoon. Entre ellas se encontraban Hank Leyvas y su novia Dora Barrios. Mientras la pareja se hallaba departiendo bajo la luz de la luna fueron atacados por un grupo de muchachos de una banda rival. Tras huir, Leyvas se dirigió a su barrio para recabar ayuda de los miembros de la banda de la Calle 38 (38th Street gang), la pandilla de South Central creada en la década de los años veinte a la que pertenecía. Pronto consiguió reunir a una treintena de jóvenes que se dirigieron en coche hasta Sleepy Lagoon. Allí se encontraba José Díaz que asistía a una fiesta de cumpleaños que se celebraba en el rancho, donde él y otras famílias inmigrantes trabajaban.

miembros de la 38th Street Gang de Los Angeles

Cuando Leyvas y sus compinches llegaron al lugar donde habían sido atacados no encontraron a nadie, pero oyeron la algarabía de la fiesta y se dirigieron hacía allí convencidos de encontrar a los agresores. Tras una tumultuosa pelea que duró cerca de diez minutos la pandilla de Leyvas se marchó. Al dia siguiente el cuerpo inerte de Díaz fue hallado tendido en el suelo. Había sido apuñalado y golpeado.

LOS ZOOTIES COMO CHIVO EXPIATORIO

El suceso fue aprovechado por unas autoridades altamente preocupadas por el aumento de la delincuencia asociada a la juventud. El gobernador de California, el demócrata Cuthbert L. Olson, decidió emplear toda la fuerza que fuera precisa para acabar con este tipo de actos. Así fue como la policía tuvo amplias competencias para detener a todo aquel joven que considerara sospechoso. El 10 de agosto más de 600, la mayoría pachucos, fueron detenidos acusados de asaltos y robo a mano armada. Algunos de ellos fueron arrestados simplemente por lucir la estética zoot suit. Entre los apresados estaba Hank Leyvas que fue encausado por la muerte de Díaz junto a 21 jóvenes más, entre los que se encontraban Chepe Ruiz, Robert Telles, Manuel Reyes, Ángel Padilla, Henry Ynostrosa, Manuel Delgado, Gus Zamora, Jack Meléndez y John Matuz. Otros 175 latinos fueron también a juicio por diversos cargos.

recorte de prensa sobre el juicio a Heny Leyvas

El juicio centró la atención de la prensa durante varios meses. Los articulistas afirmaban que el encarcelamiento de los pachucos era “una necesidad para la seguridad nacional”. Según ellos, los jóvenes mejicano- americanos habían formado “grupos quintacolumnistas (pro-fascistas) en el interior de los Estados Unidos”.

Finalmente, los pachucos de la Calle 38 fueron condenados por el jurado tras el juicio paralelo al que fueron sometidos por periódicos como el Herald Express o The Los Angeles Times. Leyvas, sentenciado a cadena perpétua por el juez Charles G. Fricke, en enero de 1943 fue trasladado al penal de San Quintín. Otros dos acusados recibieron la misma pena, nueve fueron acusados de homicidio en segundo grado y fueron condenados a cinco años de cárcel, mientras cinco más fueron acusados por asalto y ya habían cumplido la pena esperando el juicio. Solo otros cinco fueron absueltos. La decisión del magistrado fue apelada por los defensores, entre los que se encontraban abogados como Ben Margolis y Selma Bachelis.


LIUBERTSY: JUVENTUD, PERESTROIKA Y DEPORTE EN LA UNIÓN SOVIÉTICA (V)

abril 3, 2011

Las diversas etapas evolutivas del estilo ‘liubero’, que comprenden su eclosión inicial (1975- 1984) y su expansión y posterior declive (1985- 1990), nos permiten recorrer una historia paralela a la que supuso el fin de la Unión Soviética. La coyuntura social incidió en la transformación del estilo y lo abocó a desaparecer. En su desarrollo destacó un episodio poco conocido, como fue la participación de diversos ‘liubero’ en la guerra de Afganistán.

soldados soviéticos entrando en territorio afgano (1979)

MOVILIZACIÓN, GLORIA Y OLVIDO: AFGANISTÁN COMO EPÍLOGO

El golpe militar perpetrado por un grupo de oficiales en 1978 estableció un régimen comunista en Afganistán. Las reformas sociales introducidas por el gobierno presidido por el primer ministro Nur Mohammad Taraki, como la laicidad del estado, la reforma agraria, la expropiación de los bienes de la familia real, la igualdad de derechos de las mujeres o el establecimiento de un salario mínimo toparon con la resistencia de una población anclada en la tradición y la fe islámica. Estos sectores conservadores concretaron un frente antigubernamental opositor que contó con una guerrilla propia, los llamados “mujaidines” (término persa que designa a los “guerreros islámicos”). Las luchas fratricidas por el poder entre las diversas facciones del Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA), representadas por los radicales del ‘Jalq’ y los moderados ‘Parcham’, y su inoperancia para hacer frente a los “mujaidines” precipitaron la intervención de la URSS en 1979. Una actuación que formó parte de la política estratégica de expansionismo internacional llevada a cabo por la Unión Soviética durante la Guerra Fría.

El conflicto movilizó a más de 100.000 soldados soviéticos. Como apunta el historiador Xavier Casals en su tesis doctoral, entre los militares enviados a Afganistán destacaron 250 jóvenes originarios de Liubertsy. El contingente ‘liuberi’ no tuvo ninguna baja en combate y 25 de sus integrantes fueron condecorados por su valor. Otras fuentes cifran las bajas de jóvenes ‘liuberi’ en Afganistán en un 2,4 % del total de combatientes.

‘mujaidines’ afganos exhibiendo sus fúsiles kalashnikov de fabricación soviética

La desmoralización del ejército soviético provocada por la imposibilidad de derrotar a la guerrilla ‘mujaidin’, armada por Estados Unidos, unida al proceso de reestructuración del régimen soviético iniciado por Mijaíl Gorbachov motivó que a inicios de 1989 las tropas soviéticas se retiraran definitivamente de Afganistán. En su retorno los ‘liuberi’se toparon con una sociedad inmersa en un proceso de profunda transformación a raíz del desmoronamiento de la economía y de la desmembración territorial que comportó la disolución de la URSS en 1991 y la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Las consecuencias del conflicto bélico no acabaron con la retirada de las tropas de Afganistán.

‘DETOCHINES’: LOS JUSTICIEROS INADAPTADOS

La mayoría de los veteranos de guerra encontraron grandes dificultades para readaptarse a la sociedad. Víctimas del desencanto tras la derrota, muchos de ellos acusaron el llamado “trauma afgano”, un trastorno similar al que padecieron los soldados norteamericanos tras la guerra de Vietnam. Agrupados en bandas, actuaron a modo de “justicieros” intentando imponer el orden “donde no llegaba la policía”. El fenómeno de los “justicieros privados” se extendió por todo el país, en localidades como Dniepropetrovsk, Paskov, Novosibirsk o Moscú. “Queremos ser útiles a nuestro país, pero ¿qué tenemos que hacer para que nos comprendan? Odiamos al imperialismo y estamos dispuestos a defender nuestra patria hasta la última gota de nuestra sangre” manifestaba un ex combatiente de la guerra afgano- soviética. Estos veteranos crearon grupos de acción que se reunían en clubes clandestinos donde perfeccionaban su experiencia deportivo- militar practicando artes marciales (como karate, sambo o judo) y defensa personal.  La prensa oficial les denominó “detochines”, en referencia al protagonista del film ‘Beregis avtomobilya’ (Atención: paso de automóviles) dirigido en 1966 por Eldar Ryasanov, Detochin, un empleado de seguros que se dedica a robar los coches de aquellas personas que se enriquecían mediante métodos fraudulentos.

blindados soviéticos retirándose de suelo afgano (1989)

DE ESTILO A MODO DE VIDA: ‘LIUBERO’ Y MAFIA RUSA

Estas bandas de justicieros actuaron bajo nombres como “Ley y orden” o “Iks”. Inicialmente se crearon para auxiliar a las familías de los militares caídos en Afganistán, pero posteriormente asumieron otro tipo de tareas. En su cruzada por “restablecer el orden” ejercieron como fuerzas parapoliciales en barrios marginales propinando palizas a estafadores, funcionarios corruptos, drogadictos, narcotraficantes o estraperlistas.

Los integrantes de estos grupos, entre los que se encontraban diversos ‘liubero’, pronto fueron reclutados por las primeras organizaciones criminales gestadas en el país tras el derrumbamiento del régimen soviético. Sus capacidades intimidatorias fueron muy apreciadas por pandilleros y mafiosos que les encuadraron en bandas como la ‘Orekhovskaya gang’ moscovita liderada por Sergei Timofeyev. Así, los ‘liubero’ pasaron de agredir a “no formales” y matar “mujaidines” a amedrentar y extorsionar a empresarios. Los riesgos del mundo del hampa si que hicieron mella en los ‘liubero’. Las bajas por participar en actividades criminales, como chantajes, tiroteos y secuestros, superaron con creces las sufridas en la guerra afgano- soviética.


LIUBERTSY: JUVENTUD, PERESTROIKA Y DEPORTE EN LA UNIÓN SOVIÉTICA (IV)

marzo 26, 2011

Más allá de la violencia que protagonizaron sus miembros, el estilo ‘liubero’ se caracterizó por otros elementos estético- musicales que desempeñaron un papel secundario respecto otras construcciones identitarias juveniles semejantes. Pero en el caso de los ‘liuberi’, ni la imagen, factor de cohesión en la mayoría de subculturas, ni otros referentes como la música ejercieron un rol destacado.

LIUBERO: UNA ESTÉTICA INTRASCENDENTE

Paradójicamente, la estética ‘liubero’ tuvo una escasa trascendencia en su cohesión grupal si la comparamos con la incidencia del vestuario en otros estilos de características similares. Su imagen se redujo, según los medios, a un “uniforme”, un código de actuación y una simbología propia. La prensa trasladó un estereotipo de los ‘liubero’ basado en una estética común: ropa deportiva y camisetas en verano y chaquetas acolchadas de cuero, pantalones a cuadros anchos, camisas blancas, corbatas negras estrechas y zapatos para el invierno. Exhibieron también complementos como sombreros, gorras, bufandas blancas, pañuelos atados al cuello con sus extremos a la espalda o chapas con la efigie de Lenin (iconografía que algunos lucieron en la etapa inicial de implantación del estilo). En resumen, una vestimenta holgada y cómoda apta para las peleas. También contaron con un himno propio, cuya letra denotaba la exaltación identitaria que caracterizó al estilo: “Nacimos y crecimos en Liubertsy/ el centro de la fuerza bruta/ y creemos que nuestro sueño se ha hecho realidad/ Liubertsy es el centro de Rusia”.

joven ‘liuberi’ exhibiendo sus bíceps a sus compañeros de entrenamiento

AL RITMO DE LA PERESTROIKA: LA MÚSICA ‘LIUBERI’

Tampoco la música fue un elemento vertebrador del estilo. Los ‘liuberi’ optaron por los géneros musicales más populares entre la juventud soviética de finales de los años ochenta. O sea que la música, en lugar de convertirse en un elemento diferenciador les igualó al resto de jóvenes. A pesar de la apertura que supuso la Perestroika (reestructuración), tanto a nivel económico como cultural, los ‘liuberi’ siguieron la moda musical del momento. Acostumbraban a escuchar música pop, canción italiana y grupos autóctonos como Barykina, Lube (grupo de folk/ rock originario de Liubertsy), Nautilus Pompilius (banda de Sverdlovsk) e incluso Aria, toda una contradicción al ser el conjunto de metal más popular del país. No fue hasta años más tarde cuando el estilo ‘liubero’ logró cierta proyección en el ámbito musical cuando algunos grupos compusieron canciones inspiradas en el estilo. Quizás la más difundida fue la canción “Oye, hermano liubero” atribuida a la banda musical Defensa Civil. Otros conjuntos que se inspiraron de algún modo en el estilo ‘liubero’ fueron Broma, DDT, Siskin & Co. o PPC.

carátula del film Luna Park (1992)

‘LUNA PARK’: LA ATEMPORALIDAD CINEMATOGRÁFICA DE UN ESTILO

El estilo también tuvo su reflejo en la industria del celuloide. En 1992 el director Pavel Lungin rodó su segundo largometraje titulado ‘Luna Park’, tras su opera prima ‘Taxi Blues’ (1990). El film narra las peripecias del joven Andrei, integrante de una banda antisemita inspirada en los ‘liubero’ que acaba descubriendo que su padre, el popular compositor Naoum Kheifitz, es de ascendencia judía. Ello provoca un conflicto de identidades entre ambos cuando el hijo descrubre sus propios orígenes e intenta asesinar a su progenitor. La película muestra a una pandilla de jóvenes musculosos ultranacionalistas que se enfrentan a miembros de otras subculturas y exhiben banderas de la Federación rusa, puesto que en 1992 ya se había producido la desmembración de la URSS. ‘Luna Park’ es el único referente cinematográfico inspirado en los ‘liuberi’. A pesar de su atemporalidad, la obra de Lungin retoma el estereotipo ‘liubero’ para identificar a las nuevas bandas de jóvenes ultrapatriotas que proliferaron a raíz de la disolución de la Unión Soviética.


LIUBERTSY: JUVENTUD, PERESTROIKA Y DEPORTE EN LA UNIÓN SOVIÉTICA (III)

marzo 21, 2011

Los actos de violencia protagonizados por los ‘liuberi’ caracterizaron la segunda etapa evolutiva del estilo. El mismo se expandió recreando a la vez una identidad acotada producto de la estereotipación mediática a la que fue sometido durante la segunda mitad de la década de los ochenta. La difusión de una imagen agresiva atrajo a aquellos jóvenes que ansiaban alcanzar un reconocimiento social en su comunidad a través de ella.

anagrama utilizado por las bandas ‘liuberi’

‘LIUBERO’: UN FENÓMENO EN EXPANSIÓN

La publicitación de las agresiones de los ‘liuberi’ comportó durante el bienio 1984-1985 un aumento considerable de jóvenes que se adscribieron al estilo. La singularidad de los nuevos miembros fue su procedencia. Si antes solo los residentes en Liubertsy fueron quienes integraron las bandas ‘liuberi’, a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta el estilo se popularizó en otras ciudades industriales y localidades de los distritos de la región de Moscú. Aparecieron entonces los ‘liubero’, jóvenes que adoptaron el estilo independientemente de su población de origen. La magnitud del fenómeno fue tal que incluso llegaron a crearse grupos ‘liubero’ en Bielorusia, Ucrania, Siberia o los países bálticos (donde se les denominó ‘lyuberizma’).

Los graves enfrentamientos acaecidos en el verano de 1986 en los parques Sokolniki y Gorky de Moscú empezaron a erosionar la imagen pública de los ‘liuberi’. Tras varios homicidios y asaltos los ‘liuberi’ se convirtieron en los nuevos “demonios populares” de la sociedad soviética. Su anterior imagen de patriotas ejemplares dió paso a una nueva percepción social que les identificó como simples gamberros de barrio. La alarma social que suscitó su “conducta desviada” comportó un aumento de la presión policial. Se cerraron diversos gimnasios clandestinos y varios ‘liuberi’ fueron detenidos. En las identificaciones uno de los recursos habituales de los investigadores era comprobar los nudillos de los jóvenes para saber si habían participado en alguna pelea.

jóvenes ‘liuberi’ exhibiendo su musculatura

DIFUSIÓN MEDIÁTICA: EL ESTILO COMO MODA

La oficialización del estilo, acontecida entre 1986 y 1987 mediante la publicación de diversos artículos de prensa, ofreció un estereotipo que fue tomado como referente por aquellos jóvenes que se sumaron al mismo por simple mimetismo. Su proyección mediática como una simple moda supuso un aumento considerable de sus miembros. Según datos policiales, antes de la publicación de los reportajes el número de integrantes de las pandillas no superaba las 150 personas, pero tras su publicitación las fuerzas del orden llegaron a registrar grupos de más de 600 jóvenes.

A pesar de su beligerancia extrema, los ‘liuberi’ contaron con un código de honor propio que regulaba su comportamiento en las peleas: no consideraban honesto atacar a víctimas indefensas, ni agredir a un hombre que estuviera acompañado de una mujer, ni usar armas durante los enfrentamientos. Un conjunto de reglas no escritas que actualmente siguen respetando los grupos organizados de hooligans del fútbol ruso.

‘liuberi’ ejercitándose en un gimnasio subterráneo


LIUBERTSY: JUVENTUD, PERESTROIKA Y DEPORTE EN LA UNIÓN SOVIÉTICA (II)

marzo 15, 2011

Tras media década de implantación el estilo salió del anonimato a inicios de los años ochenta a raíz de los diversos episodios violentos que protagonizaron en Moscú los ‘liuberi’. Así fue como obtuvieron cierta presencia en los medios oficiales, un hecho que favoreció en gran medida su popularidad y la extensión del estilo más allá de su localidad de origen.

EL NUEVO KOMSOMOL, LOS DEFENSORES DEL IDEAL DE VIDA SOVIÉTICO

El activismo de los ‘liuberi’ no se circunscribió únicamente a su faceta deportiva. El 20 de abril de 1982 un grupo nútrido hizo acto de presencia en el centro de Moscú. Desde hacía dos años, la fecha era aprovechada por grupúsculos neofascistas para manifestarse y conmemorar el nacimiento de Adolf Hitler. Pero ese año los ‘liuberi’ se presentaron en la Plaza Pushkin para “restablecer la justicia” enfrentándose con los neonazis ante la pasividad e incredulidad de las fuerzas del orden. Por esta actuación, los ‘liuberi’ fueron reconocidos públicamente como un grupo de “patriotas antifascistas” e incluso el rotativo Pravda, periódico oficial del régimen soviético, llegó a denominarles “la juventud progresista”. Según ellos mismos reconocieron, la única motivación que les impulsó a enfrentarse a los neofascistas fue el “defender la deshonra a la forma de vida soviética” que suponía la presencia de los neonazis en las calles de la capital. De esta manera los ‘liuberi’ exteriorizaron un componente nacionalista, paradójicamente, expresado en un estado socialista autoproclamado internacionalista. Su defensa a ultranza de los valores propugnados por el sistema soviético y el rechazo explicito a las influencias occidentales les valió que se les comparara con el Komsomol, la organización juvenil del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) creada en 1918 que sería disuelta en 1991. De hecho, su órgano oficial, el Komsomolskaya Pravda, se refirió al estilo con una serie de artículos escritos en 1987 por Alexander Kupriyanov.

cartel de la organización juvenil soviética Komsomol editado en 1979

MOSCÚ COMO CONTRASTE: ‘LIUBERI’ Vs ‘NO FORMALES’

A la primera etapa de eclosión del estilo, que comprendió el periodo que abarca entre 1975 y 1984, le sucedió una segunda fase evolutiva (1985- 1990) que se caracterizó por la visualización social extrema que obtuvieron los ‘liuberi’ a raíz de su participación en diversas razzias callejeras. Un comportamiento que provocó su declive a posteriori.

Las ansias de diversión de los jóvenes de Liubertsy les llevaron a desplazarse con asiduidad a la capital en busca de espacios de evasión, como discotecas, parques públicos, cafés o clubes como el Metelitsa situados en la avenida Kalinin Prospekt. Sus constantes viajes a Moscú en metro y autobús comportaron la cohesión interna del grupo al confrontar su identidad con la de los jóvenes adscritos a las emergentes subculturas juveniles moscovitas (punks, heavys o metaleros, hippies y raperos), conocidos por aquel entonces genéricamente como los ‘no formales’. Estos últimos fueron jóvenes desencantados con el sistema y sus instituciones (escuela, Komsomol, familia…) que articularon su hastío a través de formas de expresión diversas, desde la apatía hasta la adopción de estilos de música transgresores como el rock, el metal, el rap o el punk y su adscripción a culturas urbanas.

reportaje publicado en 1987 sobre los gimnasios subterráneos de Liubertsy

Los enfrentamientos entre ‘no formales’ y ‘liuberi’, o lo que es lo mismo, entre jóvenes moscovitas y jóvenes de los suburbios, fueron habituales en el centro de Moscú. Para los residentes en la periferia la occidentalización de sus oponentes evidenciaba la decadencia de la sociedad soviética. Ante dicha “involución” los ‘liuberi’, autoerigidos en “defensores del orden” actuaron con contundencia agrediendo a todo aquel que exhibiera una imagen que ellos consideraran inapropiada (como los trajes excéntricos o las crestas punk). Un rechazo explicitado por Boris Taranov, ‘liuberi’ de 17 años, en declaraciones al semanario Ogonyok: “Queremos limpiar la capital de escoria”. Esta defensa a ultranza de los valores tradicionales socialistas fue apreciada, en un primer momento, tanto por la policia como por buena parte de la sociedad. Pero más allá de este supuesto idealismo, en realidad, muchos ‘liuberi’ no se alejaron en demasía de la bravuconería típica del pandillerismo callejero. De hecho, el detonante principal de muchas peleas no fue otro que la rivalidad con los jóvenes locales por obtener la mejor compañía femenina. Así, mientras unos (atletas) consagraban su vida al entrenamiento y a los ideales soviéticos, otros (hooligans) aprovecharon la imagen ‘liuberi’ para agredir y robar a los jóvenes moscovitas con total impunidad al grito de “¡Liubertsy, el centro de Rusia!”.


LIUBERTSY: JUVENTUD, PERESTROIKA Y DEPORTE EN LA UNIÓN SOVIÉTICA (I)

marzo 10, 2011

Más allá de la adopción masiva de los estilos occidentales por parte de la juventud rusa a partir de la década de los noventa, con anterioridad, durante los últimos años de existencia de la URSS se habían gestado formas seminales de agregación juvenil. Quizás la pionera y menos conocida de todas ellas fue la que se concretó a inicios de los años ochenta en la periferia moscovita bajo el nombre de ‘liubertsy’.

cartel de los Juegos Olímpicos celebrados en Moscú en 1980

MOSCÚ’80: LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE LA PROSPERIDAD

El fenómeno de los ‘liubertsy’ surgió en el distrito homónimo situado al sureste de la capital durante la segunda mitad de los años setanta. Dicho suburbio albergó a una nutrida comunidad obrera que se estableció allí durante la década de los treinta del siglo XX, cuando la devastación provocada por diversas inundaciones motivó el éxodo de la población rural a la capital soviética. Muchos de los recién llegados encontraron empleo en los grandes proyectos del sector de la construcción. Fueron, precisamente, los jóvenes descendientes de estos campesinos, miembros de la tercera generación de inmigrantes, quienes crearon un estilo inédito que pronto alcanzó grandes cotas de popularidad en la URSS.

Liubertsy, uno de los focos industriales de la periferia moscovita, recibió un gran impulso económico a raíz de la designación de Moscú como sede de la XXII edición de los Juegos Olímpicos. La ciudad se convirtió en una de los centros de la región durante los preparativos preolímpicos. Al desarrollo económico se unió el fomento de la práctica deportiva, auspiciada por las autoridades locales en espacios como el Palacio de la Ciudad de la Cultura. Así fue como los jóvenes de Liubertsy empezaron a interesarse por la educación física, mostrando un entusiasmo especial por disciplinas como el culturismo. De hecho, el fomento del deporte por parte de la administración perseguía como objetivo preparar física y disciplinariamente a los jóvenes de cara a su posterior instrucción militar y, además, reducir la delincuencia callejera.

detalle de uno de los gimnasios que los jóvenes de Liubertsy improvisaron en los sótanos de sus viviendas

CULTURISMO Y GIMNASIO: DE ATLETAS A HOOLIGANS

Los jóvenes de Liubertsy se obsesionaron de tal manera por el culturismo que este se convirtió en el deporte de moda local. La ciudad vió como proliferaron los clubes y las empresas relacionadas con este deporte, aunque la práctica más habitual y económica para los jóvenes fue la de adecuar los sótanos de sus viviendas como improvisados gimnasios para así poder ejercitar sus músculos. De ahí que estos aficionados al culturismo prefirieran autodenominarse ‘kachki’, término derivado de la palabra rusa ‘kachalka’ (gimnasio). A través del desarrollo y difusión de este deporte se concretó el fenómeno de los ‘liubertsy’, también conocidos como ‘liuberi’. Así fue como a través de la actividad física las diversas pandillas juveniles de la localidad se unificaron.

jóvenes liuberi ejercitándose en un gimnasio subterráneo

Pronto el fenómeno ‘liuberi’ se bifurcó en dos tendencias mayoritarias: los atletas y los hooligans. Los primeros se centraron en la actividad física en los gimnasios, dejando de lado la vida callejera, mientras que los segundos no prestaron tanta atención al deporte al percibirlo como un simple pasatiempo, desvirtuando de esta manera la esencia original de los ‘liuberi’ basada en un estilo de vida saludable, como prueba el hecho que raramente ingirieran alcohol y rechazaran el consumo de drogas.

Entre sus prácticas habituales destacaron las actividades de musculación, como el levantamiento de pesas, a las que posteriormente añadieron otras disciplinas deportivas como el boxeo, la natación e incluso las artes marciales. La veneración al culturismo fue de tal magnitud en Liubertsy que la ciudad llegó a contar con una escuela propia de esta disciplina deportiva.