LIUBERTSY: JUVENTUD, PERESTROIKA Y DEPORTE EN LA UNIÓN SOVIÉTICA (V)

abril 3, 2011

Las diversas etapas evolutivas del estilo ‘liubero’, que comprenden su eclosión inicial (1975- 1984) y su expansión y posterior declive (1985- 1990), nos permiten recorrer una historia paralela a la que supuso el fin de la Unión Soviética. La coyuntura social incidió en la transformación del estilo y lo abocó a desaparecer. En su desarrollo destacó un episodio poco conocido, como fue la participación de diversos ‘liubero’ en la guerra de Afganistán.

soldados soviéticos entrando en territorio afgano (1979)

MOVILIZACIÓN, GLORIA Y OLVIDO: AFGANISTÁN COMO EPÍLOGO

El golpe militar perpetrado por un grupo de oficiales en 1978 estableció un régimen comunista en Afganistán. Las reformas sociales introducidas por el gobierno presidido por el primer ministro Nur Mohammad Taraki, como la laicidad del estado, la reforma agraria, la expropiación de los bienes de la familia real, la igualdad de derechos de las mujeres o el establecimiento de un salario mínimo toparon con la resistencia de una población anclada en la tradición y la fe islámica. Estos sectores conservadores concretaron un frente antigubernamental opositor que contó con una guerrilla propia, los llamados “mujaidines” (término persa que designa a los “guerreros islámicos”). Las luchas fratricidas por el poder entre las diversas facciones del Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA), representadas por los radicales del ‘Jalq’ y los moderados ‘Parcham’, y su inoperancia para hacer frente a los “mujaidines” precipitaron la intervención de la URSS en 1979. Una actuación que formó parte de la política estratégica de expansionismo internacional llevada a cabo por la Unión Soviética durante la Guerra Fría.

El conflicto movilizó a más de 100.000 soldados soviéticos. Como apunta el historiador Xavier Casals en su tesis doctoral, entre los militares enviados a Afganistán destacaron 250 jóvenes originarios de Liubertsy. El contingente ‘liuberi’ no tuvo ninguna baja en combate y 25 de sus integrantes fueron condecorados por su valor. Otras fuentes cifran las bajas de jóvenes ‘liuberi’ en Afganistán en un 2,4 % del total de combatientes.

‘mujaidines’ afganos exhibiendo sus fúsiles kalashnikov de fabricación soviética

La desmoralización del ejército soviético provocada por la imposibilidad de derrotar a la guerrilla ‘mujaidin’, armada por Estados Unidos, unida al proceso de reestructuración del régimen soviético iniciado por Mijaíl Gorbachov motivó que a inicios de 1989 las tropas soviéticas se retiraran definitivamente de Afganistán. En su retorno los ‘liuberi’se toparon con una sociedad inmersa en un proceso de profunda transformación a raíz del desmoronamiento de la economía y de la desmembración territorial que comportó la disolución de la URSS en 1991 y la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Las consecuencias del conflicto bélico no acabaron con la retirada de las tropas de Afganistán.

‘DETOCHINES’: LOS JUSTICIEROS INADAPTADOS

La mayoría de los veteranos de guerra encontraron grandes dificultades para readaptarse a la sociedad. Víctimas del desencanto tras la derrota, muchos de ellos acusaron el llamado “trauma afgano”, un trastorno similar al que padecieron los soldados norteamericanos tras la guerra de Vietnam. Agrupados en bandas, actuaron a modo de “justicieros” intentando imponer el orden “donde no llegaba la policía”. El fenómeno de los “justicieros privados” se extendió por todo el país, en localidades como Dniepropetrovsk, Paskov, Novosibirsk o Moscú. “Queremos ser útiles a nuestro país, pero ¿qué tenemos que hacer para que nos comprendan? Odiamos al imperialismo y estamos dispuestos a defender nuestra patria hasta la última gota de nuestra sangre” manifestaba un ex combatiente de la guerra afgano- soviética. Estos veteranos crearon grupos de acción que se reunían en clubes clandestinos donde perfeccionaban su experiencia deportivo- militar practicando artes marciales (como karate, sambo o judo) y defensa personal.  La prensa oficial les denominó “detochines”, en referencia al protagonista del film ‘Beregis avtomobilya’ (Atención: paso de automóviles) dirigido en 1966 por Eldar Ryasanov, Detochin, un empleado de seguros que se dedica a robar los coches de aquellas personas que se enriquecían mediante métodos fraudulentos.

blindados soviéticos retirándose de suelo afgano (1989)

DE ESTILO A MODO DE VIDA: ‘LIUBERO’ Y MAFIA RUSA

Estas bandas de justicieros actuaron bajo nombres como “Ley y orden” o “Iks”. Inicialmente se crearon para auxiliar a las familías de los militares caídos en Afganistán, pero posteriormente asumieron otro tipo de tareas. En su cruzada por “restablecer el orden” ejercieron como fuerzas parapoliciales en barrios marginales propinando palizas a estafadores, funcionarios corruptos, drogadictos, narcotraficantes o estraperlistas.

Los integrantes de estos grupos, entre los que se encontraban diversos ‘liubero’, pronto fueron reclutados por las primeras organizaciones criminales gestadas en el país tras el derrumbamiento del régimen soviético. Sus capacidades intimidatorias fueron muy apreciadas por pandilleros y mafiosos que les encuadraron en bandas como la ‘Orekhovskaya gang’ moscovita liderada por Sergei Timofeyev. Así, los ‘liubero’ pasaron de agredir a “no formales” y matar “mujaidines” a amedrentar y extorsionar a empresarios. Los riesgos del mundo del hampa si que hicieron mella en los ‘liubero’. Las bajas por participar en actividades criminales, como chantajes, tiroteos y secuestros, superaron con creces las sufridas en la guerra afgano- soviética.


LIUBERTSY: JUVENTUD, PERESTROIKA Y DEPORTE EN LA UNIÓN SOVIÉTICA (IV)

marzo 26, 2011

Más allá de la violencia que protagonizaron sus miembros, el estilo ‘liubero’ se caracterizó por otros elementos estético- musicales que desempeñaron un papel secundario respecto otras construcciones identitarias juveniles semejantes. Pero en el caso de los ‘liuberi’, ni la imagen, factor de cohesión en la mayoría de subculturas, ni otros referentes como la música ejercieron un rol destacado.

LIUBERO: UNA ESTÉTICA INTRASCENDENTE

Paradójicamente, la estética ‘liubero’ tuvo una escasa trascendencia en su cohesión grupal si la comparamos con la incidencia del vestuario en otros estilos de características similares. Su imagen se redujo, según los medios, a un “uniforme”, un código de actuación y una simbología propia. La prensa trasladó un estereotipo de los ‘liubero’ basado en una estética común: ropa deportiva y camisetas en verano y chaquetas acolchadas de cuero, pantalones a cuadros anchos, camisas blancas, corbatas negras estrechas y zapatos para el invierno. Exhibieron también complementos como sombreros, gorras, bufandas blancas, pañuelos atados al cuello con sus extremos a la espalda o chapas con la efigie de Lenin (iconografía que algunos lucieron en la etapa inicial de implantación del estilo). En resumen, una vestimenta holgada y cómoda apta para las peleas. También contaron con un himno propio, cuya letra denotaba la exaltación identitaria que caracterizó al estilo: “Nacimos y crecimos en Liubertsy/ el centro de la fuerza bruta/ y creemos que nuestro sueño se ha hecho realidad/ Liubertsy es el centro de Rusia”.

joven ‘liuberi’ exhibiendo sus bíceps a sus compañeros de entrenamiento

AL RITMO DE LA PERESTROIKA: LA MÚSICA ‘LIUBERI’

Tampoco la música fue un elemento vertebrador del estilo. Los ‘liuberi’ optaron por los géneros musicales más populares entre la juventud soviética de finales de los años ochenta. O sea que la música, en lugar de convertirse en un elemento diferenciador les igualó al resto de jóvenes. A pesar de la apertura que supuso la Perestroika (reestructuración), tanto a nivel económico como cultural, los ‘liuberi’ siguieron la moda musical del momento. Acostumbraban a escuchar música pop, canción italiana y grupos autóctonos como Barykina, Lube (grupo de folk/ rock originario de Liubertsy), Nautilus Pompilius (banda de Sverdlovsk) e incluso Aria, toda una contradicción al ser el conjunto de metal más popular del país. No fue hasta años más tarde cuando el estilo ‘liubero’ logró cierta proyección en el ámbito musical cuando algunos grupos compusieron canciones inspiradas en el estilo. Quizás la más difundida fue la canción “Oye, hermano liubero” atribuida a la banda musical Defensa Civil. Otros conjuntos que se inspiraron de algún modo en el estilo ‘liubero’ fueron Broma, DDT, Siskin & Co. o PPC.

carátula del film Luna Park (1992)

‘LUNA PARK’: LA ATEMPORALIDAD CINEMATOGRÁFICA DE UN ESTILO

El estilo también tuvo su reflejo en la industria del celuloide. En 1992 el director Pavel Lungin rodó su segundo largometraje titulado ‘Luna Park’, tras su opera prima ‘Taxi Blues’ (1990). El film narra las peripecias del joven Andrei, integrante de una banda antisemita inspirada en los ‘liubero’ que acaba descubriendo que su padre, el popular compositor Naoum Kheifitz, es de ascendencia judía. Ello provoca un conflicto de identidades entre ambos cuando el hijo descrubre sus propios orígenes e intenta asesinar a su progenitor. La película muestra a una pandilla de jóvenes musculosos ultranacionalistas que se enfrentan a miembros de otras subculturas y exhiben banderas de la Federación rusa, puesto que en 1992 ya se había producido la desmembración de la URSS. ‘Luna Park’ es el único referente cinematográfico inspirado en los ‘liuberi’. A pesar de su atemporalidad, la obra de Lungin retoma el estereotipo ‘liubero’ para identificar a las nuevas bandas de jóvenes ultrapatriotas que proliferaron a raíz de la disolución de la Unión Soviética.


LIUBERTSY: JUVENTUD, PERESTROIKA Y DEPORTE EN LA UNIÓN SOVIÉTICA (III)

marzo 21, 2011

Los actos de violencia protagonizados por los ‘liuberi’ caracterizaron la segunda etapa evolutiva del estilo. El mismo se expandió recreando a la vez una identidad acotada producto de la estereotipación mediática a la que fue sometido durante la segunda mitad de la década de los ochenta. La difusión de una imagen agresiva atrajo a aquellos jóvenes que ansiaban alcanzar un reconocimiento social en su comunidad a través de ella.

anagrama utilizado por las bandas ‘liuberi’

‘LIUBERO’: UN FENÓMENO EN EXPANSIÓN

La publicitación de las agresiones de los ‘liuberi’ comportó durante el bienio 1984-1985 un aumento considerable de jóvenes que se adscribieron al estilo. La singularidad de los nuevos miembros fue su procedencia. Si antes solo los residentes en Liubertsy fueron quienes integraron las bandas ‘liuberi’, a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta el estilo se popularizó en otras ciudades industriales y localidades de los distritos de la región de Moscú. Aparecieron entonces los ‘liubero’, jóvenes que adoptaron el estilo independientemente de su población de origen. La magnitud del fenómeno fue tal que incluso llegaron a crearse grupos ‘liubero’ en Bielorusia, Ucrania, Siberia o los países bálticos (donde se les denominó ‘lyuberizma’).

Los graves enfrentamientos acaecidos en el verano de 1986 en los parques Sokolniki y Gorky de Moscú empezaron a erosionar la imagen pública de los ‘liuberi’. Tras varios homicidios y asaltos los ‘liuberi’ se convirtieron en los nuevos “demonios populares” de la sociedad soviética. Su anterior imagen de patriotas ejemplares dió paso a una nueva percepción social que les identificó como simples gamberros de barrio. La alarma social que suscitó su “conducta desviada” comportó un aumento de la presión policial. Se cerraron diversos gimnasios clandestinos y varios ‘liuberi’ fueron detenidos. En las identificaciones uno de los recursos habituales de los investigadores era comprobar los nudillos de los jóvenes para saber si habían participado en alguna pelea.

jóvenes ‘liuberi’ exhibiendo su musculatura

DIFUSIÓN MEDIÁTICA: EL ESTILO COMO MODA

La oficialización del estilo, acontecida entre 1986 y 1987 mediante la publicación de diversos artículos de prensa, ofreció un estereotipo que fue tomado como referente por aquellos jóvenes que se sumaron al mismo por simple mimetismo. Su proyección mediática como una simple moda supuso un aumento considerable de sus miembros. Según datos policiales, antes de la publicación de los reportajes el número de integrantes de las pandillas no superaba las 150 personas, pero tras su publicitación las fuerzas del orden llegaron a registrar grupos de más de 600 jóvenes.

A pesar de su beligerancia extrema, los ‘liuberi’ contaron con un código de honor propio que regulaba su comportamiento en las peleas: no consideraban honesto atacar a víctimas indefensas, ni agredir a un hombre que estuviera acompañado de una mujer, ni usar armas durante los enfrentamientos. Un conjunto de reglas no escritas que actualmente siguen respetando los grupos organizados de hooligans del fútbol ruso.

‘liuberi’ ejercitándose en un gimnasio subterráneo