La ampliación del comité de empleados encargado de gestionar el club propició la participación de los trabajadores en la dirección del mismo. Obreros y futbolistas, mayoría en el mismo ante los tres socios representados por ex directivos, fueron quienes ejercieron el control total de la entidad azulgrana desde la creación del comité hasta mediados de 1937. Durante este periodo el club funcionó de forma asamblearia evitando además caer en manos ajenas al mismo.
el entrenador del club, Patrick O’Connell, en el medio con sombrero
UNA PLANTILLA COMPROMETIDA CON EL CLUB
El comité fue el encargado de mantener activo el club durante el estallido bélico. Procuró reorganizar la entidad y mantener, en la medida de lo posible, sin alterar su quehacer diario. A pesar de la disminución del número de espectadores el club continuó disputando partidos amistosos o benéficos hasta que en enero de 1937 se empezó a jugar la llamada Lliga Mediterrània, que contó con la participación de los cuatro equipos mejor clasificados del campeonato de Cataluña y cuatro clubes valencianos (Valencia CF, Hércules, Levante y el Atlético Castellón). El FC Barcelona se alzó con la victoria y también ganó la Lliga Catalana 1937/ 38. Integraron aquella plantilla jugadores como Escolà, Argemí, Balmanya, Rafa, Ventolrà, Zabalo, Urquiaga (portero del Betis fichado poco antes del golpe militar), Areso, Fernando García, Gual, Munlloch, Pagés, Babot, Villaba López, Oró, Raich y el mencionado Esteve Pedrol. Todos ellos se entrenaron a las órdenes del técnico irlandés Patrick O’Connell, a quién los empleados del club ofrecieron la posibilidad de quedarse en Irlanda ya que cuando estalló la Guerra Civil se encontraba en su país natal, algo a lo que O’Connell renunció porque quería cumplir su contrato a pesar de las dificultades derivadas del conflicto bélico.
Barcelona llena de barricadas durante los llamados «Fets de maig del 37»
MAYO DE 1937. EL PRINCIPIO DEL FIN
Los hechos de mayo de 1937, que enfrentaron en la retaguardia a cenetistas y miembros del POUM con el gobierno republicano y los militantes del PSUC y ERC, provocaron el declive de las fuerzas anarco-sindicalistas y de su incidencia en la esfera pública. Ello unido a las enormes dificultades existentes para mantener la actividad deportiva del club y las consecuencias derivadas de la gira americana del primer equipo comportó que los miembros del comité argumentaran que “habían desaparecido los motivos que determinaron esta precipitada resolución”, es decir, la creación del comité. Ante el nuevo escenario que se aventuraba, los propios empleados acordaron retornar la dirección del club a sus anteriores dirigentes. Se ponía fin de esta forma al periodo en que el FC Barcelona evitó la confiscación anarquista mediante la formación de un comité de empleados que se incautó del club y sus dependencias.
militantes del POUM desfilando por las calles de la capital catalana
LA CONFISCACIÓN REAL
A pesar de no lograr su objetivo en el caso del estadio, la CNT- FAI si que consiguió incautarse con otras dependencias del club. Fue en el mes de julio de 1936 cuando milicianos del sindicato anarco-sindicalista confiscaron las pistas que el FC Barcelona tenía alquiladas al Club de Tenis la Salut para que entrenaran los miembros de su sección de tenis, fundada en mayo de 1926. A la finalización de la Guerra Civil el club consiguió recuperar los terrenos pero el elevado coste que suponía su mantenimiento precipitó la disolución de la sección bajo la presidencia de Enrique Piñeyro de Queralt, marqués de la Mesa de Asta, un aristócrata afín al régimen franquista. En la década de los años setanta, coincidiendo con la presidencia de Agustí Montal, el club azulgrana intentó recuperar la sección contando con tenistas destacados como Manuel Orantes, Josep Lluís Arilla o Joan Gisbert.