Verano de 1940. En poco más de un mes las defensas francesas habían caído ante el empuje del ejército del III Reich. Alemania llegó a ocupar dos terceras partes del territorio galo. El país quedaba dividido entre la llamada Francia ocupada por los nazis y la zona controlada por un gobierno colaboracionista presidido por el Mariscal Pétain popularmente conocida como la Francia de Vichy.
Mapa de Francia que permite ver la división territorial durante la ocupación nazi en plena Segunda Guerra Mundial
LA CREACIÓN DE LA GESTAPO FRANCESA
La suerte de Villaplane cambió con la ocupación de Paris por parte de los nazis. Pronto emergió un mercado negro al que la población acudía para proveerse y evitar así la escasez derivada de la contienda bélica. Los criminales sin escrúpulos vieron una oportunidad única para enriquecerse rápidamente. Uno de estos delincuentes, Henry Chamberlain, conocido como Lafont en el ambiente del hampa parisino (aunque también usó otros alias como el de Henri Normand), se puso en contacto con los alemanes para organizar una red de informadores a su servicio. Con anterioridad ya había entablado relaciones con los germanos a través de su negociado de alimentos de contrabando.
La primera acción de los colaboracionistas supuso la captura de Lambrecht, miembro belga de la Resistencia. La misma fue posible después que Lafont se infiltrara en verano de 1940 en la rama marsellesa de la organización. Seis meses después Lambrecht fue detenido en Tolouse. Junto a él, otros 600 opositores al régimen nazi fueron apresados en Paris, Bruselas, Ámsterdam y Berlín.
ficha policial de Henri Chamberlain, cabecilla de la «Gestapo francesa»
El éxito de la operación congratuló a los dirigentes nazis, en especial al coronel Friedrich Rudolph. Pronto la oficina cuarta de la SiPo- SD (Sicherheitspolizei), la agencia de seguridad e investigación del III Reich ordenó el reclutamiento de Lafont. Así fue como se creó la llamada “Gestapo francesa”, cuya sede se instaló en la avenida Pierre 1er de Serbie. Lafont junto a Paul Maillebiaux y Pierre Bonny, un detective ex responsable de la policía parisina conocido por resolver un escándalo financiero –el afer Stavinsky– condenado en 1935 por corrupción, formaron la cúpula dirigente de la rama gala extraoficial de la policía germana, motivo por el cual fue conocida popularmente como La banda Bonny- Lafont.
Pierre Bonny en la portada de la revista Detective
EXCARCERACIÓN Y ENCUADRAMIENTO
Fue el propio Lafont, quién llegó a adoptar la nacionalidad germana, el que intercedió ante las autoridades alemanas para pedir la libertad de Villaplane. El que fuera capitán de la selección francesa de fútbol cumplía una condena por posesión de bienes robados. Pero en el verano de 1940 su suerte iba a cambiar. En el mes de agosto Lafont, acompañado del capitán Wilhelm Radecke, visitó la cárcel de Fresnes para reclutar a diversos criminales para la organización. Junto al ex futbolista, los cabecillas de la Gestapo francesa liberaron a una veintena de delincuentes, como Genest, guardaespaldas del periodista- colaboracionista Jean Luchiere, Adrien Estébétéguy el Vasco, Abel Danos, Louis Pagnon, Andre Gaini conocido en el hampa como “pierna de madera” o el sanguinario Jean Sagtore que posteriormente sería acusado de ejecutar a más de 150 personas y desfigurar sus cadáveres con cuchillas de afeitar.
En mayo de 1941 la unidad parapolicial que actuó bajo la protección de la Gestapo alemana trasladó su cuartel general al número 93 de la calle Lauriston de la capital francesa, cerca de la Plaza Trocadero, un inmueble que pertenecía a una familia judía de origen polaco que había huido a los Estados Unidos. En sus sótanos fueron torturados los miembros de la Resistencia y todos aquellos opositores al régimen nazi que cayeron en sus manos.
aviso para promover la delación de posibles miembros de la Resistencia
Su principal objetivo era acumular riqueza. Mediante la extorsión y las torturas Lafont y sus secuaces consiguieron grandes cantidades de oro, joyas, pinturas, muebles y otros objetos de valor. Villaplane se especializó en la extorsión a los vendedores y poseedores de oro. Lejos de entregar a los alemanes la totalidad del botín, poco a poco los miembros de la banda fueron enriqueciéndose. Lafont, Bonny y Villaplane no colaboraron con los nazis por sus convicciones nacionalsocialistas, sino únicamente por interés. Su idealismo era nulo, sólo perseguían el dinero. Bajo la protección de los alemanes consiguieron un estatus que les reportó profundas enemistades pero también el hecho de poder codearse con artistas, altas personalidades y bellas mujeres.