DE HÉROE A VILLANO: ALEXANDRE VILLAPLANE, UN COLABORACIONISTA EN LA SELECCCIÓN FRANCESA (IV)

junio 24, 2012

Verano de 1940. En poco más de un mes las defensas francesas habían caído ante el empuje del ejército del III Reich. Alemania llegó a ocupar dos terceras partes del territorio galo. El país quedaba dividido entre la llamada Francia ocupada por los nazis y la zona controlada por un gobierno colaboracionista presidido por el Mariscal Pétain popularmente conocida como la Francia de Vichy.

Mapa de Francia que permite ver la división territorial durante la ocupación nazi en plena Segunda Guerra Mundial

LA CREACIÓN DE LA GESTAPO FRANCESA

La suerte de Villaplane cambió con la ocupación de Paris por parte de los nazis. Pronto emergió un mercado negro al que la población acudía para proveerse y evitar así la escasez derivada de la contienda bélica. Los criminales sin escrúpulos vieron una oportunidad única para enriquecerse rápidamente. Uno de estos delincuentes, Henry Chamberlain, conocido como Lafont en el ambiente del hampa parisino (aunque también usó otros alias como el de Henri Normand), se puso en contacto con los alemanes para organizar una red de informadores a su servicio. Con anterioridad ya había entablado relaciones con los germanos a través de su negociado de alimentos de contrabando.

La primera acción de los colaboracionistas supuso la captura de Lambrecht, miembro belga de la Resistencia. La misma fue posible después que Lafont se infiltrara en verano de 1940 en la rama marsellesa de la organización. Seis meses después Lambrecht fue detenido en Tolouse. Junto a él, otros 600 opositores al régimen nazi fueron apresados en Paris, Bruselas, Ámsterdam y Berlín.

ficha policial de Henri Chamberlain, cabecilla de la «Gestapo francesa»

El éxito de la operación congratuló a los dirigentes nazis, en especial al coronel Friedrich Rudolph. Pronto la oficina cuarta de la SiPo- SD (Sicherheitspolizei), la agencia de seguridad e investigación del III Reich ordenó el reclutamiento de Lafont. Así fue como se creó la llamada “Gestapo francesa”, cuya sede se instaló en la avenida Pierre 1er de Serbie. Lafont junto a Paul Maillebiaux y Pierre Bonny, un detective ex responsable de la policía parisina conocido por resolver un escándalo financiero –el afer Stavinsky– condenado en 1935 por corrupción, formaron la cúpula dirigente de la rama gala extraoficial de la policía germana, motivo por el cual fue conocida popularmente como La banda Bonny- Lafont.

Pierre Bonny en la portada de la revista Detective

EXCARCERACIÓN Y ENCUADRAMIENTO

Fue el propio Lafont, quién llegó a adoptar la nacionalidad germana, el que intercedió ante las autoridades alemanas para pedir la libertad de Villaplane. El que fuera capitán de la selección francesa de fútbol cumplía una condena por posesión de bienes robados. Pero en el verano de 1940 su suerte iba a cambiar. En el mes de agosto Lafont, acompañado del capitán Wilhelm Radecke, visitó la cárcel de Fresnes para reclutar a diversos criminales para la organización. Junto al ex futbolista, los cabecillas de la Gestapo francesa liberaron a una veintena de delincuentes, como Genest, guardaespaldas del periodista- colaboracionista Jean Luchiere, Adrien Estébétéguy el Vasco, Abel Danos, Louis Pagnon, Andre Gaini conocido en el hampa como “pierna de madera” o el sanguinario Jean Sagtore que posteriormente sería acusado de ejecutar a más de 150 personas y desfigurar sus cadáveres con cuchillas de afeitar.

En mayo de 1941 la unidad parapolicial que actuó bajo la protección de la Gestapo alemana trasladó su cuartel general al número 93 de la calle Lauriston de la capital francesa, cerca de la Plaza Trocadero, un inmueble que pertenecía a una familia judía de origen polaco que había huido a los Estados Unidos. En sus sótanos fueron torturados los miembros de la Resistencia y todos aquellos opositores al régimen nazi que cayeron en sus manos.

aviso para promover la delación de posibles miembros de la Resistencia

Su principal objetivo era acumular riqueza. Mediante la extorsión y las torturas Lafont y sus secuaces consiguieron grandes cantidades de oro, joyas, pinturas, muebles  y otros objetos de valor. Villaplane se especializó en la extorsión a los vendedores y poseedores de oro. Lejos de entregar a los alemanes la totalidad del botín, poco a poco los miembros de la banda fueron enriqueciéndose. Lafont, Bonny y Villaplane no colaboraron con los nazis por sus convicciones nacionalsocialistas, sino únicamente por interés. Su idealismo era nulo, sólo perseguían el dinero. Bajo la protección de los alemanes consiguieron un estatus que les reportó profundas enemistades pero también el hecho de poder codearse con artistas, altas personalidades y bellas mujeres.


SED REALISTAS, PEDID LO IMPOSIBLE: LA REVUELTA EN EL FÚTBOL FRANCÉS EN MAYO DEL 68 (III)

junio 17, 2011

La acción de los futbolistas durante Mayo del 68 para reclamar reformas laborales y de democratización de los organismos federativos tuvo diversos precedentes. La articulación de un sindicato que defendiera los derechos de los jugadores era una petición recurrente. No fue hasta el inicio de los años sesenta cuando, finalmente, se concretó la idea.

disturbios en las calles de París entre manifestantes y agentes del orden

LA CREACIÓN DE LA UNIÓN NACIONAL DE FUTBOLISTAS PROFESIONALES

Anteriormente a los hechos ocurridos en mayo del 68 ya se habían manifestado ciertas críticas hacía la labor de los mandatarios del fútbol francés. Desde finales de la década de los años cincuenta  los futbolistas se organizaron para defender sus derechos. En marzo de 1961 el delantero camerunés Eugène N’Jo Lé, por aquel entonces jugador del Olympique Lyonnais y estudiante de derecho que preparaba su doctorado, escribió en las páginas de la revista mensual Football Magazine un alegato favorable a la sindicación de los profesionales: “Los patrones están organizados. Todo el mundo esta organizado, menos los futbolistas, ese es el error”. El 16 de noviembre de 1961, tras recibir los consejos del abogado Jacques Bertrand, las ideas de N’Jo tomaron cuerpo.  Así fue como vió la luz la Union Nationale des Footballeurs Professionnels (UNFP), Unión Nacional de Futbolistas Profesionales. N’Jo ocupó la secretaria general del sindicato dejando la presidencia para Just Fontaine. El goleador galo ocupó el cargo hasta que en 1964 fue relevado por el centrocampista del AS Mónaco FC Michel Hidalgo, quién en 1982 se convirtió en seleccionador nacional galo. Tras los sucesos de Mayo del 68 Hidalgo abandonó la dirección del sindicato que quedó en manos del entonces delantero del RC Strasbourg Philippe Piat.

Michel Hidalgo presidente de la UNFP en 1968

Pero la UNFP no consiguió grandes resultados. Mantuvo un enfrentamiento constante con los dirigentes federativos, que llegó hasta el extremo de boicotear el partido que Francia e Inglaterra tenían que disputar el 27 de febrero de 1963. Un intento de presión que tampoco fue efectivo. Hasta 1964 los organismos federativos no reconocieron a la UNFP como su interlocutor.

“LOS JUGADORES SON ESCLAVOS”, EL CASO KOPA COMO PRECEDENTE

Pero la lucha por los derechos laborales de los futbolistas se había gestado con anterioridad. En 1932 se había establecido legalmente el profesionalismo en el fútbol francés. Desde entonces los jugadores estaban sometidos a los dictados de los dirigentes de los clubes. Cuando un futbolista daba el paso del amateurismo al campo profesional firmaba un contrato de facto de por vida, de hecho era hasta los 35 años de edad, con el club que lo fichaba. El jugador no decidía su futuro ni podía fichar por otro club sin el consentimiento de su presidente. El futbolista era una simple mercancía con la que se comerciaba sin ser consultado en ningún momento.

Este fue el contexto en el que Raymond Kopa concedió una entrevista al semanario France- Dimanche. Pero sus declaraciones no dejaron a nadie indiferente. La portada del número aparecido el 20 de junio de 1963 fue explícita: “Los futbolistas somos los esclavos del fútbol”. De esta manera Kopa, basándose en los problemas que había sufrido para conseguir desligarse del SCO Angers, club de la segunda división francesa, denunció lo que entendía como un abuso contractual de los dirigentes del fútbol hacía los jugadores. Finalmente Kopa consiguió ser traspasado al Stade Reims, donde coincidió con Fontaine, por un importe de 1,8 millones de francos para luego ser vendido en 1956 al Real Madrid que pagó una cifra record por aquel entonces, 38.000 libras esterlinas. Por sus manifestaciones Kopa fue sancionado con seis meses de suspensión. Poco después se convertiría en vicepresidente de la UNFP.

ficha federativa de Raymond Kopa, jugador del Stade de Reims

Hasta 1965 no se formó una comisión, integrada por directivos de la Federación Francesa y miembros de la UNFP, para tratar el tema de los contratos de los futbolistas profesionales. El mismo se mantuvo vigente en Francia hasta julio de 1969.

ACABA LA OCUPACIÓN ¿FIN DE LA UTOPÍA?

Coincidiendo con la firma de los Acuerdos de Grenelle, que aseguraron un aumento del sueldo de los trabajadores y del salario mínimo profesional, la reducción de la jornada de trabajo y el reconocimiento de la actividad sindical; los futbolistas depusieron su actitud y abandonaron la sede de la Federación Francesa de Fútbol. La mañana del día 27 de mayo, tan sólo cinco días más tarde, los jugadores depusieron su actitud. Las demandas del Comité de acción de los futbolistas, planteadas con la retórica revolucionaria antiburguesa propia del momento, a favor de la democratización del fútbol y contra su comercialización salvaje quedaron relegadas. El “Mayo de los Futbolistas” presentó ciertas similitudes con los otros movimientos de protesta que se dieron en Paris. Sus protagonistas emplearon los mismos métodos de actuación de forma espontánea que utilizaron los manifestantes. Las demandas de democracia directa y de rechazo del autoritarismo de los estudiantes se equipararon con las críticas contra los dirigentes federativos por parte de los futbolistas.

A pesar de las acciones de los jugadores, el fútbol continuó en manos de sus dirigentes, quienes temerosos como De Gaulle del giro revolucionario que podía tomar los acontecimientos, aprovecharon la ocasión para agudizar sus planteamientos precedentes. Fue en esa época cuando George Boulogne, quién protestó por “el carácter político y antidemocrático de la ocupación”, teorizó sobre lo que denominó “fútbol moderno”, consistente en adaptar la práctica del juego a las reglas de la economía moderna. Atrás quedaban las visiones utópicas, había vencido la mercantilización del fútbol- espectáculo. La exacerbación del mismo como mero objeto de consumo.

portada de Miroir du Football con Kopa luciendo la camiseta del Stade de Reims

En enero de 1969 se revisó la política contractual en el fútbol francés estableciéndose un marco laboral nuevo. ¿Fue una victoria de los trabajadores del balón o una simple concesión de la patronal para evitar males mayores? Sin duda para los futbolistas el logro no fue suficiente. En diciembre de 1972 convocaron, por primera vez en la historia, una jornada de huelga. ¿Habían sido realistas o habían pedido lo imposible?


SED REALISTAS, PEDID LO IMPOSIBLE: LA REVUELTA EN EL FÚTBOL FRANCÉS EN MAYO DEL 68 (I)

junio 5, 2011

Europa vivió convulsionada durante 1968. A la revuelta acaecida en Praga a inicios de año le siguieron las manifestaciones estudiantiles en Paris que desembocaron en una masiva huelga general, secundada por más de nueve millones de franceses. Los hechos, conocidos popularmente como el Mayo francés, o Mayo del 68, precipitaron la convocatoria de elecciones anticipadas por el gobierno presidido por el general De Gaulle, en el poder desde 1958, desbordado por la magnitud de las protestas. Obreros y estudiantes se unieron para cuestionar la autoridad del Estado y reclamar mejoras laborales. Durante el mes de mayo se sucedieron las manifestaciones y los enfrentamientos con las fuerzas del orden.

joven francesa manifestándose en las calles de París

MAI DES FOOTBALLEURS: COMPROMISO SOCIAL Y ANTIAUTORITARISMO

Este contexto de agitación social provocó la movilización de buena parte de la población gala. El fin de la prosperidad económica, el aumento del desempleo y la pérdida de poder adquisitivo generaron gran malestar entre la ciudadania. El autoritarismo de las autoridades agravó la situación. Todo ello comportó el estallido de las protestas estudiantiles a las que luego se unieron los trabajadores. Obreros de la construcción, empleados de los ferrocarriles, transportistas, mineros, empleados de correos y hospitales. A millares se sumaron a la huelga manifestando su solidaridad contra la represión sufrida por el movimiento estudiantil. Entre ellos había un grupo de periodistas deportivos que también habían sido futbolistas. De este grupo de profesionales vinculado al magazine Miroir du Football, encabezado por François Thébaud, surgió la idea de participar de algún modo en las movilizaciones que se llevaban a cabo. El grupo, próximo a los planteamientos del Partido Comunista Francés (PCF), decidió mostrar su desencanto con los dirigentes del fútbol galo. Así fue como, emulando a los estudiantes que ocuparon diversas facultades de la Universidad de la Sorbona, la mañana del 22 de mayo se dirigieron a la sede de la Federación Francesa de Fútbol, situada en el número 60b de la Avenida Iéna de la capital parisina.

fachada del edificio que albergaba a la Federación Francesa de Fútbol en mayo de 1968

LA OCUPACIÓN DE LA SEDE DE LA FEDERACIÓN FRANCESA DE FÚTBOL

Un centenar de jugadores, cuarenta según la Federación, irrumpieron en los locales de la entidad proclamando la ocupación de los mismos. De inmediato recluyeron a los empleados, cerca de una treintena, en una sala del edificio, mientras que el secretario general Pierre Delaunay y el profesor de entrenadores Georges Boulogne fueron retenidos en una oficina aislada del resto de trabajadores. Paralelamente, mientras un grupo de manifestantes levantaba una barricada en la puerta otro colocaba una bandera roja en la fachada. Junto a ella colgaron diversas pancartas reivindicativas. La más llamativa y explicita contenía la leyenda “Le football aux footballeurs” (el fútbol a los futbolistas). Más arriba lucía otra con el lema “La Fédération, propiété des 600.000 footballeurs” (la Federación propiedad de los 600.000 futbolistas).

Miembros del Comité de acción de los futbolistas en la sede de la Federación

Entre los que ocuparon el edificio que albergaba las oficinas de la Federación estaban diversos futbolistas, la mayoría pertenecientes a clubes amateurs de la región parisina. El grupo instigador lo integraron los redactores de Miroir du Football, Francis Le Goulven, Maurice Ragonneau, Jean Norval y el citado Thébaud, todos con licencia federativa ya que anteriormente habían sido futbolistas. Junto a ellos se encontraban jugadores profesionales como el lateral izquierdo André Mérelle y el interior derecho Michel Oriot, ambos pertenecientes por aquel entonces a la displina del Red Star Football Club de Paris, el equipo que Jules Rimet fundó en 1897, que el año anterior había ascendido a la Primera División del fútbol francés. Ellos fueron el núcleo central del autodenominado Comité de acción de los futbolistas.

André Mérelle, junto a Pierre Bernard y José Farias en 1968 con la camiseta del Red Star FC