LAS MALVINAS. 30 AÑOS DE UN CONFLICTO EN CLAVE FUTBOLÍSTICA (IV)

marzo 28, 2012

Retomamos la entrada sobre la relación entre la guerra de las Malvinas y el fútbol con el análisis de los encontronazos que tuvieron lugar durante el Mundial’86 celebrado en Méjico entre barras bravas argentinos e hinchas ingleses. Tras los incidentes ocurridos entre los mismos protagonistas en la Copa del Mundo España’82, fue en tierras mejicanas donde siguieron ajustando cuentas.

logotipo de la Copa del Mundo de fútbol México’86

LA VENGANZA DE LAS BARRAS BRAVAS: MEXICO’86

A pesar de haber transcurrido cuatro años desde el final de la Guerra de las Malvinas el conflicto y sus consecuencias continuaban bien presentes para ingleses y argentinos en 1986. Así, tras conocerse que ambas selecciones se enfrentarían en los cuartos de final del Mundial celebrado en Méjico para lograr una plaza para jugar las semifinales del torneo, los incidentes eran algo esperado.

Lo cierto es que desde la llegada de los barristas a Méjico, estos ya se prepararon para enfrentarse a los ingleses. Entre los argentinos se encontraban barras de diversos clubes, como Nueva Chicago, Vélez Sarsfield, Estudiantes, Chacarita Juniors, Racing, River y Boca Juniors. A todos ellos se les sumó un contingente de militantes del llamado movimiento montonero, una guerrilla de inspiración peronista que actúo en Argentina entre 1970 y 1979, que se encontraban exiliados en Méjico tras el golpe de estado protagonizado por la Junta Militar.

la prensa tambien se hizo eco de los altercados

Para poder enfrentarse con garantías a los ingleses, los barras bravas decidieron entablar negociaciones con sus homólogos mejicanos para poder hacer un frente común. Pero los barristas mejocanos no accedieron a la petición de los argentinos. Estos si contaron con la ayuda de medio centenar de hinchas escoceses, tradicionalmente hostiles a los ingleses, que en su mayoría eran seguidores del Celtic de Glasgow.

El día del partido que disputaron las selecciones de Inglaterra y Argentina, celebrado en el estadio Azteca de Ciudad de México el 22 de junio de 1986, el ambiente era tenso. El encontronazo entre ambas hinchadas se produjo, a pesar de la estrecha vigilancia de la Guardia de Infanteria mejicana, en el cruce entre el Paseo de la Reforma y las avenidas Río Tiber y Florencia de Ciudad de México, justo en la glorieta situada a los pies del monumento a la Independencia, popularmente conocido como el Ángel.

El Abuelo (centro imagen) liderando la barra de Boca Juniors

Allí fue donde se concentraron los barristas argentinos liderados por José Barritta, alias el abuelo, el líder de La Doce, la barra de Boca Juniors. La paliza que recibieron los ingleses, entre los que había hinchas del Manchester United, Chelsea, Newcastle y West Ham United, fue de órdago. Decenas de ellos fueron ingresados en los centros hospitalarios más cercanos mientras los barristas perseguían aún a los más rezagados. En su huída les arrebataron diversas banderas que, posteriormente, los argentinos exhibieron ostentosamente durante los restantes partidos del torneo.

Incidentes similares se produjeron dentro del estadio, cuando en las gradas los barristas se pelearon con seguidores ingleses y ambas aficiones quemaron sendas banderas de los dos países. También tras el partido se produjeron conatos de enfrentamiento bajo los puentes de la llamada Calzada de Tlalpan, avenida que conecta el centro histórico de Ciudad de México con la zona sur de la urbe.

Raúl Gámez, ex presidente de Vélez y barra brava en Mexico’86

UN PRESIDENTE ENTRE BARRISTAS

Como curiosidad cabe destacar la presencia entre los barristas argentinos desplazados a Méjico que se enfrentaron con los ingleses de Raúl Gámez, por aquel entonces líder de la barra brava de Vélez Sarsfield. Gámez, con el tiempo, llegó a ocupar la presidencia del club bonaerense en dos ocasiones, durante los periodos 1996-1999 y 2002-2005. Al respecto, el ex barrista manifestó sobre los sucesos de México’86: “Es cierto que yo participé de la pelea con los hooligans. Todos me recuerdan lo mismo, pero yo no lo tengo en la memoria como algo épico. Hubo un cruce, sí, porque estaba todo el tema de las Malvinas en el medio y además de argentinos había escoceses. El mito dice que ganamos y si después las banderas estaban de nuestro lado, supongo que fue verdad”.

barristas exhibiendo alguno de los «trapos» arrebatados a los ingleses

Ya de vuelta a Argentina, esas banderas que les fueron arrebatadas a los ingleses –conocidas como “trapos” en el argot de las hinchadas sudamericanas– a las que alude Gámez fueron mostradas en las gradas de diversos estadios argentinos, como el de Chacarita o la Bombonera de Boca Juniors, a modo de humillación. Algunos de estos “trapos”, como los que se encontraban en posesión de La Doce boquense, fueron quemados el 2 de abril de 1989, coincidiendo con el aniversario del desembarco de las tropas argentinas en las Malvinas, mientras otros continúan celosamente guardados.

 

barristas e hinchas ingleses enfrentándose en México’86


LA CRIMINALIZACIÓN DE UN ESTILO: ZOOT SUIT RIOTS (II)

septiembre 5, 2010

RETOMANDO LOS ALTERCADOS VIOLENTOS ACAECIDOS EN 1943 a los que nos referimos en nuestro anterior post en los que tomaron parte marines norteamericanos y jóvenes zoot suiters, cabe precisar algunos detalles previos a dichos incidentes.

Zoot suiters, el estilo prohibido

Las restricciones derivadas de la Segunda Guerra Mundial incidieron en la evolución del estilo zoot suiter. En marzo de 1942 la Junta de producción de guerra limitó la cantidad de tela para confeccionar prendas de ropa masculina. A pesar de ello, los pachucos siguieron luciendo su vestuario habitual gracias a los sastres clandestinos. Esta práctica ilegal, en una época de patriotismo exacerbado, no fue aceptada por la comunidad local ni por los 50.000 militares destacados en Los Angeles que percibieron a los jóvenes latinos como unos traidores. Una acusación que junto a las noticias aparecidas en el periódico Los Angeles Examiner y los informes del departamento de policía local, que asociaban a los zoot suiters con la delincuencia y el pandillerismo, distorsionaron aún más la imagen pública de los zooties.

Fueron comunes las detenciones masivas de chicos latinos bajo acusaciones de “vagancia”, por el mero hecho de reunirse en las esquinas de las calles (verdaderos epicentros por aquel entonces de sociabilidad juvenil). En comisaría, los golpes e insultos fueron una práctica habitual para conseguir confesiones autoinculpatorias. Así fue como muchos zooties, de edades comprendidas entre los 13 y los 19 años, fueron encarcelados con unos historiales delictivos extensos a pesar de no haber sido condenados por crimen alguno.

marines y civiles patrullando armados con palos por las calles de Los Angeles

30 de mayo de 1943, primeros disturbios

La tarde de ese domingo la tensión estalló en el barrio de Alpine cuando una docena de marines se dirigieron a un grupo de chicas latinas. Pronto se inició una pelea con zoot suiters que lanzaron piedras y botellas a los militares, uno de los cuales quedó inconsciente. La repercusión del incidente, ampliamente distorsionado por ambas partes, provocó que los marines recorrieran en taxi los barrios habitados por la minoría mejicana (que ascendía al 3,5 % de la población total de Los Angeles, en busca de jóvenes zoot suiters. Así fue como se iniciaron los llamados Zoot Suit Riots.


LA CRIMINALIZACIÓN DE UN ESTILO: ZOOT SUIT RIOTS (I)

septiembre 4, 2010

EN LA IMPLANTACIÓN DEL ESTILO ZOOT SUIT entre la juventud latina y afroamericana residente en Estados Unidos en la década de los años treinta del siglo pasado merece tener en consideración como este estilo se convirtió en una estética de resistencia para estos jóvenes.

Los Angeles, epicentro de la emigración mejicana

La sequía que abarcó en la década de los años treinta el área comprendida entre el Golfo de Méjico y Canadá fue uno de los peores desastres naturales acontecidos en aquella época.  El Dust Bowl, como se conoció al fenómeno meteorológico que levantaba densas nubes de polvo y arena, destruyó cosechas y provocó que miles de mejicanos buscaran nuevas oportunidades para prosperar en el vecino estado de California. Su capital, Los Angeles, fue la ciudad que acogió a la mayor parte de estos emigrantes. Entre ellos muchos jóvenes que pronto adoptaron el estilo de moda del momento en la ciudad: los trajes zoot suit.

En plena recesión económica las condiciones de insalubridad, el desempleo y la indigencia agravaron la tensión entre las comunidades latina y autóctona. Los jóvenes pachucos, nombre con el que se conocía a estos chicos latinos que lucían la imagen zootie, fueron los que experimentaron esta hostilidad en primera persona.

jóvenes zoot suiters bailando en un salón

Guerra en el Pacífico, violencia en la ciudad

Aquel verano de 1943, los Estados Unidos y Japón se veían enzarzados en plena ofensiva por el control del Pacífico. En dicho frente, la armada nipona intentaba conquistar Australia mientras el ejército norteamericano se esforzaba por detener su avance. El desgaste a la que se sometía a las tropas que luchaban cuerpo a cuerpo en las islas provocó que, regularmente, estas fueran enviadas a Estados Unidos para descansar antes de volver a ser movilizadas. En ese periodo, Los Angeles albergó un importante centro de entrenamiento y tránsito de personal militar. Los soldados e infantes de marina coparon la ciudad en búsqueda de diversión. Los encontronazos entre marines y pachucos no tardaron en producirse por la rivalidad que ambos grupos entablaron entorno al cortejo de las mujeres de la ciudad.

marines exhibiendo una bandera japonesa en una isla del Pacífico

Los rumores empezaron a correr como la pólvora entre militares y pachucos. Mientras en la comunidad latina se especulaba con que los marines no respetaban a sus mujeres y las acosaban sexualmente,  los soldados se quejaban de que sus esposas eran vejadas y objeto de todo tipo de burlas en las calles por parte de los jóvenes de procedencia mejicana. La tensión entre marines y pachucos se agravó hasta que el 30 de mayo de 1943 estalló violentamente.