WANDERVOGEL. LA EMANCIPACIÓN DE LA JUVENTUD GERMANA COMO PRECEDENTE DE SU ENCUADRAMIENTO BAJO EL III REICH (y III)

enero 11, 2013

El movimiento wandervogel como hemos citado en anteriores entradas fue plural y heterogéneo. En el mismo coincidieron jóvenes que entendían el fenómeno de forma diversa, desde aquellos únicamente interesados en su faceta excursionista hasta los que incorporaron un pósito ideológico al mismo. Tras su eclosión, producida en el lindar de los siglos XIX y XX, los wandervogel pronto se verían afectados por un suceso de calado internacional que les abocó al declive, nos estamos refiriendo al estallido de la Primera Guerra Mundial.

gas

solados británicos con máscaras de gas durante la Primera Guerra Mundial

LA GRAN GUERRA: FRUSTRACIÓN Y DECLIVE

En la década de los años treinta el movimiento ya mostraba claros síntomas de fatiga. El inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) supusó un duro golpe para aquellos jóvenes románticos amantes de la naturaleza. Tras ser movilizados vivieron de primera mano las atroces vicisitudes bélicas. No en vano un batallón de estos jóvenes voluntarios fue masacrado cuando a finales de octubre de 1914 el mando militar alemán les ordenó cargar contra las trincheras enemigas en la batalla de Langemarck (Bélgica). Miles de estos jóvenes, en su mayoría estudiantes –aunque algunas fuentes minimizan la cifra al 15 % de los soldados que protagonizaron el asalto frontal a las posiciones franco-británicas– murieron a manos de los fusileros ingleses en lo que se recordó como la “kindermord” (la matanza de los inocentes). Unos hechos que, años más tarde, serían instrumentalizados por la propaganza nacionalsocialista para recordar las afrentas sufridas por Alemania durante la llamada Gran Guerra.

kindermord

tropas alemanas avanzando durante la batalla de Langemarck

La contienda provocó una gran desilusión entre los supervivientes que pudieron volver a sus casas tras sufrir un verdadero infierno. La guerra evidenció el paradigma de aquella sociedad urbana y decadente que aborrecían. Pronto el movimiento sufrió una desbandada, fraccionándose en un crisol de grupos, muchos de ellos altamente politizados. Por si esto fuera poco, el ascenso al poder del nazismo comportó la prohibición en junio de 1933 de los wandervogel y el resto de organizaciones juveniles existentes (Boy scouts, Jungenschaft y Jugend Bündische entre otros). El motivo no era otro que la voluntad de los jerarcas nazis de encuadrar y controlar a la juventud alemana en una única organización juvenil propia, las Hitler Jügend (Juventudes Hitlerianas). Aprovechando la coyuntura, algunos grupos wandervogel se unieron voluntariamente a las juventudes hitlerianas, mientras otros se reformularon como núcleos juveniles de oposición al III Reich. Paradójicamente, los intentos de los wandervogel por conseguir desembarazarse de las restricciones del mundo adulto fueron subvertidos desde el interior del propio movimiento, justamente, por aquellas corrientes autoritaristas que rehuían.

poster

un cartel con mensaje explícito: Hitler Jügend, el futuro de Alemania

EL REFLEJO EXTERIOR: AUSTRIA Y JAPÓN

Más allá de los límites geográficos germanos el fenómeno wandervogel tuvo cierta repercusión también en Austria, otro país de habla alemana. Allí el movimiento se concretó en 1911 de la mano del estudiante Hans Mautschka bajo el nombre Bund für Deutsches Jugendwandern. Como en sus homólogos alemanes sus principales intereses fueron el senderismo, la música y las danzas folklóricas. Tal fue su expansión que pronto llegaron a contar con 64 grupos en todo el país (22 de ellos femeninos). Tras el Anchluss, la anexión de Austria al III Reich ocurrida en marzo de 1938, los wandervogel fueron prohibidos. La única organización juvenil permitida eran las Hitler Jugend. Al finalizar la contienda bélica los wandervogel no se reorganizaron hasta inicios de los años cincuenta. No fue hasta 1953 cuando se fundó en Viena el primer grupo wandervogel austriaco de postguerra, la Bund Junge, que se mantuvo alejada de cualquier postulado ideológico.

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emblemas utilizados por los wandervogel nipones

Pero no sólo en Austria se implantaron grupos wandervogel, en el otro extremo del planeta también tuvieron su réplica. En el marco de las buenas relaciones que Alemania mantenía con Japón se programaron diversas actividades dirigidas a los jóvenes de ambos países. El Ministerio de Educación nipón incentivó la concreción de los wandervogel entre sus jóvenes universitarios a través de la Asociación de Promoción de la Salud Wandervogel ( o Shôkenkai wandaafôgeru bu). El primer club de dicha índole se creó en 1935 por estudiantes de la Universidad de Rikkyo. Pronto su ejemplo cundió en otros centros del país, como la Universidad de Keio y la Universidad de Meiji. En 1937 el fenómeno se expandió al resto de universidades japonesas. Pero fue a partir del final de la Segunda Guerra Mundial cuando el movimiento gozó de su máxima plenitud favorecido por el alto crecimiento económico y la popularización del montañismo, caracterizado por el empleo de tiendas de campaña en vez de refugios y la ausencia de guías profesionales enfatizando así el carácter autónomo que pretendían los wandervogel nipones. Posteriormente, estos clubes de estudiantes ampliaron sus actividades a otras prácticas, como el esquí de montaña o el sawanobori (barranquismo).


AYA SAMESHIMA: EL FÚTBOL COMO METÁFORA DE JAPÓN TRAS EL TERREMOTO (II)

julio 25, 2011

El éxito del combinado nacional nipón en el Mundial de fútbol femenino disputado en Alemania ha despertado el interés de sus compatriotas por dicho deporte. Las grandes audiencias obtenidas por las cadenas que retransmitieron los partidos de la Copa del Mundo han catapultado el fútbol femenino en diversos países, tanto asiáticos como europeos. Pero más allá de este aumento de la afición por este deporte practicado por mujeres, el triunfo de las Nadeshiko Japan ha simbolizado toda una metáfora sobre la situación del país tras los sucesos del pasado 11 de marzo. Pero si alguna de las futbolistas ha encarnado el espíritu de superación del pueblo japonés, esta ha sido Aya Sameshima, todo un símbolo tras el desastre de Fukushima.

operarios trabajando en la central de Fukushima tras el desastre del 11-M

TEPCO MAREEZE: EL CLUB DE LA ENERGÍA NUCLEAR

El Tepco Mareeze es toda una institución en Futaba, un distrito que cuenta con un prestigoso complejo de entrenamiento deportivo de primer orden, el Sports Village J- Complex. El equipo celeste es propiedad de la compañía Tepco, siglas de Tokyo Electronic Power Co., de ahí su nombre. La empresa, presidida por Masataka Shimizu, que genera un tercio de la electricidad y es el mayor proveedor de energía de Japón decidió invertir en el fútbol como tantas otras firmas del país. Así fue como en el año 2005 armó un conjunto femenino para disputar la liga con plenas garantías. Sus jugadoras, además de formar parte del equipo, fueron empleadas por la Tepco como asistentes administrativas en las plantas nucleares de la empresa con una jornada reducida de 8:00 a 12:00 para que pudieran compaginar su trabajo con la actividad deportiva. Así fue como la defensa zurda Aya Sameshima, que en 2006 fichó por el club, entró a formar parte de la compañía que gestiona la energía nuclear en Japón. La rápida lateral izquierda del equipo, que lucía el dorsal número 9, trabajó en la planta Fukushima I mientras residía en el complejo deportivo de Hirono, cercano a la central nuclear, y entrenaba en las instalaciones del Tepco Mareeze situadas a ocho quilómetros del recinto nuclear. Por suerte cuando ocurrió el desastre, Sameshima se encontraba junto al resto de la plantilla en el stage que el club llevaba a cabo en la prefactura de Chiba, ubicada en el centro del país. Tras el terremoto y el tsunami las futbolistas no pudieron volver a su domicilio y vieron interrumpida su carrera deportiva. De la noche al día se quedaron sin trabajo y sin equipo ya que tras el tsunami la empresa decidió retirar al Tepco Mareeze de la Plenus Nadeshiko League por lo que resta de temporada.

alineación del Tepco Mareeze con Sameshima en el once titular

Después de cinco años, 98 partidos disputados y 18 goles marcados Sameshima, tras consultar con su entrenador Masaaki Kanno, abandonó el Tepco para marcharse a Estados Unidos y proseguir allí sus entrenamientos. El Boston Breakers, conjunto norteamericano que disputa la Women’s Professional Soccer (WPS), se interesó por ella y la fichó. De esta manera se convirtió en la primera jugadora del Tepco traspasada. Su debut se concretó el pasado 12 de junio cuando subsituyó a su compañera Alex Scott en la segunda parte del encuentro que enfrentó al Boston Breakers contra el Sky Blue FC de New Jersey.

escudo del equipo femenino de la firma Tepco

UNA VICTORIA LLENA DE SIMBOLISMO

Antes de concretar su pase al conjunto americano, Sameshima vivió uno de los momentos culminantes de su carrera deportiva, la victoria en la final de la Copa del Mundo disputada en Alemania. La consecución del Mundial supuso la consumación del trabajo y el esfuerzo colectivo de un grupo de jugadoras unidas por las desgracias que habían afectado a su país. Antes de marchar a disputar la fase final mundialista, Sameshima recibió una carta de su entrenador, Masaaki Kanno, un ex jugador profesional que jugó en el JEF Chiba y el Kyoto Purple Sanga. En su misiva el técnico alentó a su discípula a evitar que las emociones se convirtieran en una carga en su juego. Kanno finalizaba su escrito con una frase que emocionó a Sameshima: “Tu dedicación en el campo llegará a los supervivientes del desastre de marzo”. Ya en plena competición, la defensa manifestó sus inquietudes y su voluntad de “jugar bien para la gente de Fukushima y para mis compañeras de equipo”, en referencia a las jugadoras del Tepco Mareeze que tras el tsunami vieron truncada su carrera deportiva. Sameshina añadió: “quiero jugar con mi corazón”. Las emociones estaban a flor de piel, más aún si cabe en la previa de la semifinal que enfrentó a las Nadeshiko Japan contra las anfitrionas, la selección alemana.

la lateral en un partido contra Corea del Sur

Durante la charla previa al calentamiento el entrenador japonés, Norio Sasaki, mostró a sus jugadoras diversas imágenes del desastre del 11 de marzo que asoló Japón. La muestra gráfica conmocionó a las jóvenes futbolistas, como reconoció posteriormente la centrocampista del Okayama Yunogo Belle, Aya Miyama: “nos tocó en el fondo de nuestra alma”. Sasaki, al final de su discurso, les espetó: “Cuando esteis en una situación difícil pensad en las víctimas de los desastres y dadlo todo en el campo”. El Mundial conseguido por la selección japonesa de fútbol femenino no podrá paliar los efectos de los desastres que azotaron a su país pero, a buen seguro, ha servido para esperanzar a la población que se vió reflejada en el esfuerzo y sufrimiento de sus jugadoras. El fútbol, una vez más, volvió a ser el reflejo de la sociedad, erigiéndose en una metáfora de la misma. Así fue como Aya Sameshima se convirtió en un icono que sirvió para dignificar este deporte.

las lagrimas de Sameshina recordando el terremoto y el tsunami del 11-M


AYA SAMESHIMA: EL FÚTBOL COMO METÁFORA DE JAPÓN TRAS EL TERREMOTO (I)

julio 20, 2011

El pasado 18 de julio las jugadoras de la selección japonesa de fútbol femenino, popularmente conocidas en su país como las Nadeshiko Japan, se proclamaron campeonas del mundo tras derrotar, contra pronóstico, a los Estados Unidos en la tanda de penalties. Con el país aún recuperándose del terremoto y el tsunami que sufrió en marzo de 2011, el triunfo de las futbolistas niponas supuso un estallido de júbilo inesperado para una población que aún se recupera de dichos desastres. En la alineación del equipo titular del combinado nipón en la final del Mundial celebrado en Alemania figuraba Aya Sameshima, la defensa nacida en Utsunomiya que lucía el número 15 y no se perdió ningún partido del campeonato. Una futbolista que compaginó los entrenamientos con su equipo, el Tepco Mareeze, con su trabajo en la central nuclear de Fukushima.

las Nadeshiko Japan celebrando la consecución del título mundial

LA POPULARIZACIÓN DEL FÚTBOL A RAÍZ DEL MUNDIAL FEMENINO

El éxito de la selección femenina de fútbol ha ayudado a popularizar este deporte en Japón. El triunfo de las Nadeshiko se unió al buen papel de sus homólogos masculinos, los llamados Samurai Blue, en el Mundial de Sudáfrica con el jugador del CSKA de Moscú Keisuke Honda como máxima figura. El ascenso del fútbol en Japón se ha visto también favorecido por los problemas que ha sufrido la liga de beisbol, enredada en el debate por disputar partidos diurnos ante la petición del gobierno por ahorrar energía, y los escándalos que ha vivido el sumo, el deporte de contacto de tradición milenaria, con casos de combates amañados, drogas y violencia, como la pelea protagonizada en un club nocturno por el ex campeón nacional Asashoryu.

Hasta la victoria de las nadeshiko en la final los mayores éxitos del deporte femenino japonés los habían protagonizado las judokas o las jugadoras de deportes minoritarios como el softbol. El triunfo de las jugadoras dirigidas por el técnico Norio Sasaki ha conseguido captar la atención del público nipón, deseoso de olvidarse de las reconstrucciones, las réplicas del terremoto y la alarma nuclear suscitada tras el tsunami. La final, retransmitida en directo a las 6:20 de la mañana por la cadena estatal de televisión NHK, congregó a miles de aficionados en bares y locales para seguir las evoluciones del partido. Tras alzarse con el campeonato el centro de Tokyo fue escenario de la espontánea celebración. Jóvenes ataviados con la camiseta azul de la selección se concentraron en las calles de Shibuya al grito de “Nippon! Nippon!”.

celebración del título en las calles de Tokyo por parte de los aficionados

LOS CONTRASTES DEL FÚTBOL FEMENINO JAPONÉS: NADESHIKO Vs L-1 LEAGUE

El título mundialista alcanzado por el combinado nacional ha permitido visualizar el impacto del fútbol femenino en Japón, un país que sólo cuenta con 25.000 féminas con licencia federativa. El seguimiento del mismo por parte de los aficionados ha sido ambivalente, pasando del apasionado interés durante la celebración de la Copa del Mundo a la indiferencia que ha sufrido el campeonato de liga, la denominada L-1 League, de carácter semiprofesional. Instaurada en 1989, la liga femenina japonesa contó inicialmente con ocho equipos, aunque posteriormente aumentó su número a diez clubes, hasta que en el año 2004 se concretó el nuevo sistema de competición dividido en dos categorías: primera y segunda división, esta última a su vez subdivida en dos conferencias de seis equipos, este y oeste.Posteriormente pasó a denominarse Plenus Nadeshiko League en honor a su patrocinador. A pesar de que algunos de los clubes participantes forman parte de equipos que juegan en la J-League masculina, como Urawa Red Diamonds Ladies, JEF United Chiba Ladies o Albirex Niigata Ladies, la mayoría son clubes de fútbol únicamente femeninos. Uno de ellos es el Tepco Mareeze de la ciudad de Nahara, situada en el distrito de Futaba en la prefactura de Fukushima.

partido que enfrentó al Tepco Mareeze con el Okayama Yunogo con gol de Aya Sameshima


TAYOZOKU, LOS REBELDES DE POSTGUERRA EN JAPÓN

noviembre 1, 2010

En la década de los años cincuenta surgió en Japón un culto juvenil equiparable al estilo teddy boy británico. Nos estamos refiriendo a los tayozoku (tribus del sol). De hecho el sufijo zoku se utiliza en ocasiones para designar a aquellas personas adscritas a cultos juveniles. El término fue acuñado por la prensa sensacionalista japonesa, Shukansi, para referirse al segmento más rebelde de la juventud del país.

Durante la postguerra la sociedad japonesa vivió cambios sustanciales más allá de los derivados del conflicto bélico. La juventud nipona evolucionó en paralelo a las transformaciones que se dieron en Occidente. La concreción de una cultura juvenil (teenage culture) se plasmó en la emergencia de diversos estilos como los kaminarizoku (motoristas del trueno), erekizoku (apasionados de la música moderna), rokabirizoku (amantes de la música rockabilly) o saikezoku (seguidores de la psicodelia).

SUS ORÍGENES: TAIYO NO KISETSU

El origen de los tayozoku se remonta a julio de 1955, fecha de publicación por parte de la revista literaria Bungakkai de la novela Taiyo no Kisetsu (Estaciones en el sol) del polémico escritor Shintaro Ishihara, futuro gobernador de la prefectura de Tokio. La obra, de enorme repercusión, ejerció de referente de un estilo juvenil con ciertos paralelismos con la subcultura greaser/ rocker promovida por films como Rebelde sin Causa, dirigida ese mismo año por Nicholas Ray. Ishihara describe en su libro las peripecias de un grupo de jóvenes de clase media alta que dilapidan su ocio emborrachándose en clubes de jazz, flirteando con mujeres, buscando pelea y navegando en yate por la bahía de Sagami en Honshū. El autor detallaba un estilo con un nivel de vida envidiable para la mayoría de jóvenes japoneses, con coches descapotables, apartamentos en la costa, motocicletas y embarcaciones inalcanzables para su poder adquisitivo. Todo ello, junto a la combinación de sexo y violencia que caracterizó su obra, ejerció de detonante para que muchos jóvenes se sintieran atraídos por las “tribus del sol”.

Los tayozoku transgredieron valores inherentes de la conservadora sociedad japonesa como la ética de trabajo debido a su inclinación por la violencia, la bebida y la promiscuidad. Su estética se caracterizó por el uso de pantalones holgados, camisas hawaianas, gafas de sol y un corte de pelo corto muy peculiar llamado Shintaro-gari. Fueron el precedente de los futenzoku, surgidos durante los sesenta en el barrio de Shinjuku de Tokio, identificados por la prensa como vagabundos peligrosos por su adicción a las sustancias estupefacientes.

fotograma del film Taiyo No Kinetsu

EL REFLEJO CINEMATOGRÁFICO: NAGISA OSHIMA

El libro de Ishihara, llevado a la pequeña pantalla como miniserie de la televisión japonesa en 2002, influenció anteriormente también a cineastas como Takumi Furukawa o Nagisa Oshima, creador de un subgénero cinematográfico homónimo.

Furukawa dirigió en 1956 la versión para el cine de Taiyo no Kisetsu, que contó en el reparto con la presencia de un hermano menor de Ishihara, Yujiro, quién posteriormente protagonizó otras películas de culto tayozoku como Kurutta Kajitsu (Pasión juvenil) y Crazed Fruit (Fruta alocada), ambas dirigidas por Ko Nakahira. Gracias a su participación en estos films Yuhiro Ishihara se convirtió en un icono de culto de la juventud japonesa de la época. Con anterioridad otra obra de Shintaro Ishihara, Shokei No Heya (cuarto de castigo) ya había sido llevada al celuloide por Kon Ichikawa con el objetivo de explotar el fenómeno tayozoku.

el actor y cantante Yuhiro Ishihara

Por su parte, Oshima, que alcanzaría la fama con El Imperio de los Sentidos (1976), rodó una trilogía inspirada en el fenómeno de los tayozoku. Los tres títulos que configuraron la misma fueron El entierro del sol (1960), Historias crueles de la juventud (1960) y Violencia a pleno sol (1966). En estos largometrajes, no exentos de erotismo, sumisión, violencia y cierto pósito contracultural, Oshima pormenorizó las tribulaciones de estudiantes, jóvenes prostitutas, extorsionadores o enfermos mentales que transgreden las reglas de sus progenitores.


ULTRAS EN JAPÓN ¿HACÍA UNA CULTURA DEL HOOLIGANISMO?

junio 22, 2010

CUANDO HABLAMOS DE VIOLENCIA EN EL FÚTBOL las imágenes más usuales al respecto son las que nos llegan de países europeos o sudamericanos. La globalización ha provocado la expansión de este deporte por todo el planeta como negocio- espectáculo. De esta forma el fútbol ha arraigado en lugares recónditos como Japón, donde a pesar de su difusión el deporte más popular sigue siendo el beisbol (reflejo de la influencia norteamericana en el país desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial).

El fútbol se abrió camino en Japón en la década de los años noventa con la creación de la J-League (el campeonato profesional) que reemplazó en 1992 a la anterior liga amateur. La implicación de las empresas multinacionales (Mitsubishi, Mazda, Panasonic o Nissan) que en 1996 aportaron 5.300 millones de pesetas sirvió para revalorizar el fútbol nipón. Fue entonces cuando se fundaron la mayoría de clubes, algunos de ellos nacidos de la fusión de equipos ya existentes (como en el caso del Yokohama F- Marinos). El resultado fue la popularización del fútbol en el país, sobre todo entre la juventud. Los estadios se convirtieron en una fiesta familiar donde cada fin de semana acudían los padres con sus hijos y multitud de jóvenes. Entre estos últimos muchas chicas atraídas por el marketing que elevó a los jugadores a estrellas mediáticas.

Esta asistencia plural y con una notable representación femenina favoreció la inexistencia de altercados en las gradas de la J- League a pesar de la emergencia de los primeros grupos de hinchas organizados. Unos colectivos creados por mero mimetismo respecto a los europeos y sudamericanos, un hecho recurrente en la sociedad nipona actual siempre predispuesta a reproducir cualquier manifestación occidental con extrema fruición por el simple hecho de ser foránea como muestra de prestigio. Así vieron la luz los grupos pioneros en clubes como Kashiwa Reysol, Kashima Antlers o Consodole Sapporo. La cultura del fan emergió con pasión y pronto se organizaron grupos de hinchas que emulaban a los existentes en países como Italia, Inglaterra o Brasil. La mayoría de clubes de la J-League 1 contaron con sus propios representantes. Los nombres adoptados por estos grupos, muchos de ellos en italiano, inglés o portugués (cabe recordar como la colonia brasileña es la que cuenta con mayor número de residentes en Japón), evidenciaron una vez más el carácter imitativo del fenómeno. Así podemos encontrar grupos autodenominados ultras como In Fight (Kashima Antlers), No surrender (Tokyo FC), Ultra Obri (Avispa Fukuoka), Ultra’ Sapporo Curva Nord 1996 (Consodole Sapporo), Ultras Boys Snake 98 (Urawa Reds Diamonds), Black & White Squad o Brigate Neroazzurre (Gamba Osaka), Commandos R. G. Ultra (Nagoya Grampus) o Mafia Azul (Kofu) entre muchos otros.

Desde su concreción, los ultras japoneses han aportado colorido a las gradas de los estadios con sus coreografías (tifos), banderas, pancartas y cánticos con los que han animado a sus respectivos equipos. Paradójicamente, este fenómeno de imitación no reprodujo los comportamientos vandálicos acaecidos en Europa o Sudamérica sino únicamente la iconografía y parafernalia de sus homólogos. En Japón, la relación entre las aficiones rivales siempre se ha caracterizado por el más estricto respeto, tanto dentro de los estadios como en sus alrededores. Jugadores y árbitros tampoco han sufrido violencia alguna, ni física ni verbal. Sin duda, un comportamiento favorecido por la idiosincrasia y los valores de una sociedad como la japonesa muy tradicional. Como ejemplo de ello podemos citar la reverencia que el equipo local realiza al finalizar el encuentro ante su público, gane o pierda, como muestra de respeto a su afición.

La adopción del fútbol como deporte de moda entre los jóvenes y el eterno seguidismo que ejercen los ultras locales respecto a las dinámicas de los grupos italianos, ingleses y brasileños han supuesto algunos cambios en la concepción de la cultura del aficionado. Así, el 17 de mayo de 2008 durante un partido de liga que enfrentó a los Urawa Red Diamonds contra el Gamba Osaka en el estadio de Saitama, en el que vencieron los visitantes por 2 a 3 con un hat trick de Yasuhito Endō, se sucedieron diversos altercados. La celebración en el césped de los jugadores de Osaka degeneró en una pelea entre los futbolistas de ambos equipos. La tensión se trasladó a las gradas donde los aficionados rojos intentaron destrozar la valla que les separaba de los seguidores rivales e incluso les lanzaron objetos ante la sorpresa de unas fuerzas policiales poco experimentadas en la contención de multitudes en acontecimientos deportivos. Un hincha de Osaka resultó herido con fractura de tobillo. 5000 aficionados de Urawa se congregaron durante más de tres horas para bloquear la salida de la hinchada rival hasta que la policía les disuadió y se dispersaron.

Este es el vídeo de los incidentes emitido por la televisión japonesa:

Pero este no ha sido el primero ni el único altercado que ha sufrido el fútbol japonés. En noviembre de 1994 hinchas de Urawa lanzaron botellas y otros objetos al terreno de juego contra sus propios futbolistas por el mal juego del equipo. Un comportamiento que se ha ido reproduciendo durante la década de los años noventa en otros estadios como el Hitachi Kashiwa Soccer Stadium donde lanzaron monedas y objetos a los seguidores rivales. Y es que los seguidores de Urawa se han ganado la fama de ser los “hooligans” del Japón, salvando las evidentes distancias respecto a los ingleses, al recrear una imagen de hinchas “duros”.

Encontronazo entre hinchas de Urawa Reds Diamonds y Gamba Osaka

Pero la violencia no ha sido patrimonio de los hinchas rojos. En septiembre de 2008 el centrocampista brasileño del Kashiwa Reysol, Álex, fue agredido con un palo de bandera en el estadio de Kashima Antlers cuando iba a sacar un córner. El agresor fue sancionado con una suspensión de por vida para acceder a recintos deportivos, mientras ambos clubes recibieron una multa económica. A pesar de ello, los casos de violencia se acostumbran a minimizar desde la J-League y la Asociación Japonesa de Fútbol (JFA). Lo cierto es que el tópico que asociaba el fútbol japonés con aficionados pacíficos y coloristas ya no se corresponde con la realidad. ¿Acabará reproduciéndose en un futuro próximo el fenómeno hooligan en el país del sol naciente?