ESPAÑOLES EN LA GUERRA DE VIETNAM. LOS MÉDICOS DE FRANCO (VI)

abril 1, 2012

Retomamos la serie de entradas sobre la participación militar española en la Guerra de Vietnam para hacernos eco del documental titulado «Go Cong. La guerra secreta de los españoles en Vietnam» dirigido por Manuel Alonso Navarro que ha estrenado el Canal Historia el pasado 27 de marzo de 2012.

El mismo permite visualizar nuestra anterior descripción sobre la presencia militar española en el conflicto de Vietnam ordenada por Franco a través de la denominada Misión Sanitaria Española. A continuación reproducimos la notícia publicada por El Mundo (27/III/2012) sobre el estreno del documental, cuyo texto original puede verse clicando aquí.

trailer del documental sobre la presencia española en la Guerra de Vietnam

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La ‘guerra secreta’ de los españoles en Vietnam

«Me molesta mucho que esta misión fuera tabú, que fuera confidencial. la sociedad española tiene derecho a conocerla», confiesa el capitán Ramón Gutiérrez de Terán, uno de los componentes del contingente de médicos y sanitarios españoles que participaron en la Guerra del Vietnam.

¿Y cúal es la génesis de esta desconocida presencia española en el conflicto armado que supuso la mayor derrota del Ejército de EEUU? En 1965 el Presidente Johnson solicitó a Franco el envío de tropas españolas a la Guerra de Vietnam. Como en Iraq, EEUU quería una guerra bendecida por la comunidad internacional.

La presencia de tropas españolas junto a la de otros países significaría una importante victoria propagandística para los EEUU. Franco, convencido de que EEUU sería derrotado en Vietnam, sólo accedió a enviar un contingente de médicos y sanitarios que los norteamericanos necesitaban con urgencia a la provincia de Go Kong, en pleno delta del Mekong.

«Esa es una historia que me duele porque nos jugamos la vida y nadie sabe de nosotros», afirma el general Antonio Velázquez, que con 25 años y recién casado se embarcó en esa aventura. «Era un pardillo y no sabía nada de nada». Pronto lo aprendió. Al poco de llegar a Saigón, un militar estadounidense le dijo: «Habéis venido 12, pues regresareis a España cinco o seis. Los vietcong a los que primero disparan es a los médicos».

Para los miembros de este ‘M.A.S.H español’ -¿recuerdan la serie del mismo título protagonizada por Alan Alda?-, nunca hubo enemigos, sino pacientes: niños desnutridos y heridos de guerra, gerrilleros del vietcong o soldados americanos, tanto daba.

«En lo que yo pude conocer cuando fui corresponsal de guerra en Vietnam, la contribución española se limitó a médicos militares, que, por cierto, hicieron una extraordinaria labor, sobre todo en Go Kong.Demostraron un gran valor personal, aparte del conocimiento profundo de su profesión, que alivió infinidad de problemas», comenta a EL MUNDO, Luis María Anson.

Fueron reclutados aquí y allá en secreto, hasta el punto de que varios estaban destinados en el desierto del Sáhara y unas horas después se vieron caminando en plena vegetación vietnamita acompañados del continuo tableteo de los helicópteros y del olor a napalm.

«Atendíamos a personal civil, a soldados del vietcong y todos lo que nos necesitaban. Así nos granjeamos su respeto y su cariño. Nos querían mucho», rememora el general Velázquez.

Más de un centenar de médicos y sanitarios participaron en esta operación. Durante cinco años se estuvo enviando un reemplazo -12 personas- cada seis meses. Algunos se reengancharon y llegaron a estar tres años y medio como el capitán Gutiérrez de Terán.

A su vuelta, no se les recibió como héroes, sino que se les conminó al silencio. Muchos de ellos viven, y el canal Historia ha reunido sus experiencias y testimonios en un documental de producción propia, ‘Go Kong, la guerra secreta de los españoles en Vietnam’, que se estrena hoy a las las 16.20 horas y 23.45 horas.

El documental, escrito y dirigido por Manuel Alonso Navarro, incluye valiosas imágenes de archivo sobre la batalla de Dien Bien Phu y sobre la Guerra de Vietnam cedidas por el ejército de Vietnam, así como grabaciones realizadas en Vietnam, Corea del Sur, Filipinas y España.


ESPAÑOLES EN LA GUERRA DE VIETNAM. LOS MÉDICOS DE FRANCO (V)

noviembre 21, 2011

Los miembros de la Misión Sanitaria Española también estuvieron bien considerados por parte de los militares survietnamitas y norteamericanos que les llegaron a condecorar en tres ocasiones, otorgándoles la Medalla de Honor de 1ª clase y la Medalla de la Campaña del Ejército survietnamita y la Medalla al Mérito en el Servicio del Ejército de Estados Unidos. A algunos, como el capitán Linares, les fue impuesta la Estrella de Bronce en la embajada norteamericana bajo el más abosluto secretismo. La misión española llegó a recibir incluso la visita del máximo responsable de las tropas norteamericanas en Vietnam, el general William Westmoreland, al mando del XVIII Cuerpo Aerotransportado. Nada que ver con la que les dispensaron diversos actores y actrices estadounidenses, como Robert Mitchum, Henry Fonda o Jayne Mansfield.

militar español posando junto a la actriz Jayne Mansfield

En Vietnam del Norte los militares españoles tuvieron el reconocimiento que les fue negado en su país. En septiembre de 1971 Franco ordenó el retorno de los últimos expedicionarios. Su vuelta fue ocultada hasta el punto que ninguna autoridad, ni política ni militar, recibió a los militares españoles movilizados a su regreso a España. Así fue como acabó su aventura vietnamita.

MIEMBROS DE LA PRIMERA EXPEDICIÓN

Argimiro García Granados (comandante médico, radiólogo y jefe de la Misión Sanitaria), José Linares Fernández (capitán médico, cirujano), Luciano Rodríguez González (capitán médico, medicina general), Francisco Faúndez Rodríguez (capitán médico zamorano que se encargó de las consultas externas, se encontraba destacado desde hacía un año como Jefe de las Tropas Nómadas en la población de Smara, situada en el Sáhara Occidental, llegó al grado de coronel), Manuel Vázquez Labourdette (capitán de intendencia, oficial que ejerció de administrador y enlace con el Ejército norteamericano), Manuel García Matías (teniente practicante, laboratorio), Francisco Pérez Pérez (subteniente, anestesista), José Bravo López- Baños (subteniente practicante, a su regreso se incorporó a la COE-41 de Barcelona ubicada en el cuartel del Bruch), Joaquín Baz Sánchez (brigada, reanimación y pediatría), Juan Pérez Gómez (brigada, ayudante consultas externas), Juan Outón Barahona (brigada, ayudante de cirugía)y por último Ramón Gutiérrez de Téran Suárez- Guanes (brigada, ayudante de cirugía, antes de ser enviado a Vietnam estaba destinado en la Agrupación de Banderas Paracaidistas, posteriormente llamada BRIPAC).

miembros de la Misión Sanitaria Española formando en el recinto del complejo hospitalario de Gò- Công

INTEGRANTES DEL PRIMER RELEVO

Manuel Fernández Sánchez (comandante médico), Vicente Peláez Montalvo (capitán médico), Guillermo Antona Gómez (capitán médico), Antonio Díaz Martínez (teniente médico), Antonio Pérez de Prado (suboficial practicante), José Bravo López- Baños (subteniente practicante, reenganchado), Carlos Varea Martínez (suboficial practicante), José Bello Rivadulla (suboficial practicante), Elías Arnal Bernal (suboficial practicante), Francisco Sousa Barragán (suboficial practicante) y Carlos Martínez Martínez (brigada especialista).

ÚLTIMOS COMPONENTES DE LA MISIÓN SANITARIA ESPAÑOLA

Secundino Sáez García (comandante médico), José Linares Fernández (capitán médico, cirujano, reenganchado de la primera misión), José Rojas Jiménez (capitán médico), Francisco J. Pérez Capellán (capitán médico), Guillermo Antona Gómez (capitán médico, reenganchado segunda misión), Ramón Gutiérrez de Téran Suárez- Guanes (brigada, ayudante de cirugía, reenganchado primera misión), Lorenzo Vellido Ortega (suboficial practicante), José Bravo López- Baños (subteniente practicante, reenganchado en las tres misiones), Bonifacio Heras Herrero (suboficial practicante), Manuel Graña Francisco (suboficial practicante), Juan Outón Barahona (brigada, ayudante de cirugía, reenganchado de la primera misión), Francisco Sousa Barragán (suboficial practicante, reenganchado segunda misión) y Carlos Martínez Martínez (brigada especialista).

militares españoles recibiendo una condecoración a manos de un oficial del ejército survietnamita


ESPAÑOLES EN LA GUERRA DE VIETNAM. LOS MÉDICOS DE FRANCO (IV)

noviembre 14, 2011

Tras ser ubicada en el delta del río Mekong la Misión Sanitaria española integrada por médicos y practicantes castrenses se dedicó a atender a los heridos y enfermos que llegaban al hospital de Gò- Công. Allí fue donde el cuerpo expedicionario militar español sufrió más directamente los ataques de la guerrilla del Vietcong y el Ejército de Vietnam del norte. Fue a finales de enero de 1968 cuando las tropas comunistas lanzaron la llamada ofensiva del Tet.

destrozos producidos por los proyectiles lanzados durante la ofensiva de 1968

BAJO FUEGO DEL VIETCONG: LA OFENSIVA DEL TET

Sin lugar a dudas, el momento de máxima tensión vivida por la misión española fue durante la llamada ofensiva del Tet, nombre que recibe el año nuevo lunar vietnamita. La operación militar, llevada a cabo por el Vietcong y el Ejército de Vietnam del Norte, se inició el 21 de enero de 1968 con el asedio de la base aérea de Khe Sanh ocupada por los marines norteamericanos. Durante los combates más de un millar de soldados estadounidenses perdió la vida. El 3 de febrero el Vietcong asaltó la prisión de Go- Cong liberando a doscientos reclusos. Tampoco el hospital se libró de las escaramuzas de la guerrilla dada su cercanía con el cuartel general del Estado Mayor survietnamita. El edificio fue atacado una noche con granadas de morteros y fuego de ametralladoras. Los enfrentamientos causaron dos heridos por metralla de bomba entre los suboficiales españoles, Joaquín Baz Sánchez y Ramón Gutiérrez de Terán,  y ocho bajas entre los soldados survietnamitas acuartelados en el recinto sanitario. El edificio también resultó afectado ya que la metralla atravesó el techo y acribilló las literas vacías que acostumbraban a ocupar los españoles. Por las noches, cuando los vietcong  intensificaban el fuego, los españoles solían recluirse en el recinto matando el tiempo jugando a carta, departiendo con los soldados norteamericanos, principalmente tejanos y portorriqueños, convalescientes en el hospital o leyendo las misivas de sus familiares que les llegaban con ocho días de retraso.

el conflicto provocó miles de muertos y heridos entre la población civil

Un informe porterior a los combates describe como tras los mismos los guerrilleros detuvieron uno de los vehículos en los que se desplazaban los militares españoles para pedirles perdón por el herido y los daños ocasionados al hospital, no en balde la mayoría de los pacientes que atendían en el mismo eran miembros del vietcong.

Pero los médicos enviados por Franco también tuvieron tiempo para desconectar del conflicto. Con ese objectivo gozaban de un permiso mensual para poder visitar Saigón un fin de semana e incluso algunos consiguieron viajar hasta países próximos como Japón, Nueva Zelanda, Filipinas, Tailandia o Australia. Todo ello costeado por el ejército estadounidense.

EL RECONOCIMIENTO LOCAL

En el hospital los militares españoles se encargaron de paliar la deficiente salud de los civiles residentes en la zona. Enfermedades tropicales como el paludismo, la malaria, la amebiasis y las fiebres tifoideas, junto al tétanos, la hepatitis, la tuberculosis, la lepra o la malnutrición infantil fueron las dolencias más habituales a las que tuvieron que enfrentarse. A ello se unían los heridos en accidentes de tráfico, los mutilados y los afectados por explosiones de minas, impactos de metralla y los efectos del napalm, la gasolina gelatinosa utilizada por las fuerzas armadas norteamericanas durante el conflicto. Ante la escasedad de medios, los médicos llegaron a donar su propia sangre a pie de quirófano para llevar a cabo algunas transfusiones, como durante una operación a una mujer vietnamita que padecía un tumor.

mandos de la misión sanitaria visitando el denominado «Puente de España»

Los médicos no hacían distinciones entre miembros de la guerrilla, soldados survietnamitas, norteamericanos o civiles. Atendían a todo el mundo, asistiendo a heridos de ambos bandos e incluso realizaron semanalmente visitas a domicilio a pacientes que vívian en aldeas aisladas y campañas de vacunación en las localidades cercanas al centro hospitalario. La actividad desplegada por la misión española fue de tal magnitud, no en balde durante los primeros seis meses atendieron a más de 23.000 pacientes, que gozó del reconocimiento de la población vietnamita. La atención a heridos y enfermos fue motivo de agradecimiento por parte de los habitantes locales hasta el punto de bautizar uno de los puentes que se levantó en la provincia de Go Cong, donde cruzan los brazos del Delta del Mekong, con el nombre Cau Tay- Ban- Nha (Puente de España) aunque posteriormente el mismo fue derribado. Actualmente, en los sótanos del antiguo Palacio Presidencial de Vietnam del Sur en la ciudad de Ho Chi Minh hay un cuadro en el que aparece el número 12 en referencia a los primeros expedicionarios sanitarios españoles. El mismo fue colocado por el Vietcong y por ello no aparecen en él los nombres de los militares hispanos.

 


ESPAÑOLES EN LA GUERRA DE VIETNAM. LOS MÉDICOS DE FRANCO (III)

noviembre 7, 2011

Tras la llegada del cuerpo expedicionario español a Vietnam sus miembros fueron trasladados al emplazamiento del contingente, situado en la localidad de Gò- Công, ubicada en el delta del río Mekong. Allí los médicos militares enviados por Franco convivieron con la población civil y congeniaron con las tropas norteamericanas. Pronto llegaría el primer relevo, aunque algunos decidieron quedarse y prorrogar su estancia en este país del sudeste asiático.

militares españoles posando con notables locales ante el hospital

LA EXPEDICIÓN ESPAÑOLA SE INSTALA EN GÒ- CÔNG

Mientras los oficiales médicos españoles destinados a Vietnam se hospedaron en una antigua construcción colonial, de amplias salas y techos altos, situada a dos quilómetros del hospital, los auxiliares ocuparon un barracón anexo más pequeño levantado en el patio contiguo pero que contaba con aire acondicionado generado por un grupo electrógeno. Todos ellos contaron con tres asistentas vietnamitas, contratadas por los norteamericanos, encargadas de la limpieza y la cocina a las que instruyeron en gastronomía española. Una de ellas, Thoa, fue herida estando embarazada de siete meses y tuvo que ser operada de urgencia.

Administrativamente, los médicos españoles dependían de dos organismos estadounidenses, el que les abastecía de medicinas e instrumental y el que se encargaba de los vehículos y el combustible. Además los norteamericanos les proporcionaron un equipamiento básico, que comprendía un chaleco antibalas, un fusil M-16 y una pistola, que los españoles utilizaron en sus guardias. En su uniforme de jungla del Ejército de los Estados Unidos cosieron una bandera española bordada en el brazo para distinguirse de los soldados estadounidenses. Como explica uno de los militares movilizados: “Maximo Cajal, entonces embajador en Tailandia, se afanó en que nuestra presencia resultara casi invisible, hasta el punto de que no quería que lleváramos uniforme”. A pesar de ello, algunos médicos optaron por lucir el atuendo del Ejército español con el que llegaron al país para así evitar ser confundidos con los norteamericanos. Por esta misma razón, los médicos españoles se dirigían a sus pacientes en francés. Así fue como la población autóctona les identificó como tay- ban- nha, que en lengua vietnamita significa “los españoles”.

población vietnamita refugiándose del fuego cruzado en un arrozal

MINAS Y FRANCOTIRADORES. LA RUTA HO CHI MINH

La zona donde se encontraba era altamente insegura ya que estaba bastante cerca de la llamada Ruta Ho Chi Minh por donde circulaban los guerrilleros del Vietcong. Ello quedó patente en el recibimiento que les dispensó un sargento estadounidense a su llegada a Saigón: “¿Cuántos sois, doce? Pues volveréis con vida a España tres o cuatro”. No le faltaba razón al suboficial americano. Cada noche los vietnamitas minaban las carreteras cercanas al hospital de los españoles y por la mañana los artificeros norteamericanos se dedicaban a limpiar los accesos al mismo. Tampoco las visitas a domicilio del equipo del capitán médico Francisco Faúndez Rodríguez a las aldeas de los cuatro distritos de la provincia (Hoa- Binh, Bin- Thang, Hoa- Lao y Hoa- Dong) fueron seguras ya que en las carreteras había francotiradores vietnamistas apostados entre los arrozales adyacentes, ello provocó que los desplazamientos en jeep se realizaran a grandes velocidades para evitar los disparos. Una vez en la población los sanitarios anunciaban su presencia mediante unos altavoces. Allí, con la ayuda de un enfermero y un traductor local entregaban medicinas para paliar enfermedades endémicas y vacunaban a los niños.

Con la presencia de estos médicos militares en Vietnam Franco aplacó las persistentes demandas del gobierno norteamericano. El primer contigente sanitario desplazado al sudeste asiático seria reemplazado en dos ocasiones. A finales de 1967, un año después de su llegada, se produjo el primer relevo aunque cuatro expedicionarios solicitaron continuar. Posteriormente se realizaron dos más cada seis meses, aunque hubo militares que voluntariamente prolongaron su estancia más tiempo hasta que, tras dos años, la misión española se retiró definitivamente. En total una treintena de militares participaron en la misma, entre médicos, practicantes, capellanes, intendentes y especialistas.

reportaje sobre la actuación de los médicos españoles en Vietnam


ESPAÑOLES EN LA GUERRA DE VIETNAM. LOS MÉDICOS DE FRANCO (II)

noviembre 1, 2011

La evolución del conflicto provocó un ingente número de bajas y heridos entre las tropas norteamericanas. Para poder hacer frente a las mismas el Secretario de Estado, Dean Rusk, apremió a Franco en diciembre de 1965 para que hiciera efectivo su compromiso. Las demandas, inscritas dentro de los acuerdos bilaterales entre ambos países en el marco de la Oficina de Asistencia Militar del Mundo Libre (FWMAO), motivaron el reclutamiento con carácter de urgencia de un número escaso de médicos y sanitarios militares. Los trámites del mismo se realizaron con el máximo secretismo.

tropas norteamericanas adentrándose en la maleza bajo cobertura aérea

RECLUTAMIENTO VOLUNTARIO PARA UNA MISIÓN SECRETA

El 26 de abril de 1966 el Estado Mayor Central del Ejército se dirigió por escrito a la Jefatura de Sanidad para que solicitara 14 médicos y ATS voluntarios para cubrir las plazas asignadas. Pese a las sustanciosas retribuciones económicas ofrecidas, con sueldos mensuales que rondaban las 90.000 pesetas (12.000 pagadas por el Ejército español más 1.000 dólares desembolsados por los norteramericanos), sólo respondieron a la petición una docena de oficiales (un comandante, tres capitanes, un capitán intendente, un teniente practicante, dos subtenientes practicantes y tres brigadas), todos ellos miembros del Cuerpo de Sanidad. Fueron los llamados “Doce de la fama”, integrantes del primer contigente militar español que Franco mandó a Vietnam capitaneado por el comandante Argimiro García Granados, uno de los cuatro doctores que formaron parte de la aquella expedición. Tras asistir a algunas reuniones con representantes norteamericanos donde recibieron informaciones genéricas sobre su próxima misión, los doce integrantes del grupo viajaron con total discrección hasta al sudeste asiático. Así fue como el régimen ocultó tanto su colaboración con los norteamericanos como su participación en el conflicto, aunque esta fue meramente testimonial.

emblema de los expedicionarios españoles en Vietnam

EL DESTINO FINAL: EL DELTA DEL MEKONG

La expedición partió de Madrid y después de un largo vuelo con diversas escalas en Roma, Beirut, Karachi, Calcuta y Bangkok finalmente los integrantes de la denominada Misión Sanitaria Española de Ayuda llegaron a Vietnam del Sur, llegaron el 8 de septiembre de 1966 a la base aérea de Tan Son Nhat, situada al sur de Saigón, donde fueron recibidos por el doctor Nguyen Tan Loc, director del gabinete del ministro de Sanidad survietnamita, y un enlace estadounidense.

Dos días después de su llegada se trasladaron a su destino final, el hospital cívico- militar Truong- Công- Dinn de la localidad de Gò- Công, situada 50 km al sur de Saigón en pleno delta del Mekong, donde había necesidad de cubrir las necesidades de más de 60.000 personas. Allí relevaron al Grupo Militar Norteamericano del Programa Provincial de Asistencia Sanitaria. El hospital lo dirigía el doctor Dinh Ba Hao, cirujano especialista en ginecología que también coordinada la logística burocrática.  En el pequeño y deteriorado edificio, que no reunía las mínimas condiciones sanitarias, escaseaban los medicamentos y el plasma.

miembros del cuerpo sanitario español a las puertas del centro hospitalario

El local, con múltiples deficiencias, contaba con cerca de 200 camas y un sistema eléctrico generado por un alternador. En él se hacinaban más de cuatrocientos pacientes junto a sus familiares y acompañantes. Se trataba de un vetusto edificio, pintado de color amarillo y en estado semiruinoso, construido durante el periodo de dominación colonial francesa rodeado por dos pabellones de planta baja y otro algo más alejado que hacía las funciones de quirófano donde operó el equipo de cirujanos encabezado por el capitán José Linares Fernández, que contó durante los dos primeros meses con el apoyo de tres doctores civiles de la Asociación Médica Americana (AMA) en calidad de consejeros. También había una sala de mujeres, un postoperatorio, un laboratorio donde trabajó el teniente practicante Manuel García Matías, una sala adaptada para radiología, un espacio para pediatría compuesto por dos salas pequeñas con veinte camas que atendía diariamente a unos 60 niños y un consultorio general.


ESPAÑOLES EN LA GUERRA DE VIETNAM. LOS MÉDICOS DE FRANCO (I)

octubre 26, 2011

En 1964 estalló la llamada Guerra del Vietnam, conocida también como la Segunda Guerra de Indochina, que enfrentó a las tropas de Vietnam del Sur, que contaban con el apoyo de los Estados Unidos, contra la guerrilla marxista liderada por Ho Chi Minh. Lo que se intuía como un conflicto interno fratricida desembocó en la contienda más sangrienta de la Guerra Fría que mantenían norteamericanos y soviéticos.

tropas vietnamitas combatiendo durante la Guerra de Indochina

La retirada de las tropas coloniales francesas tras sufrir la debacle de Dien Bien Phu y tras la firma del Acuerdo de Ginebra en 1954 comportó la partición del país en dos. Por un lado la República Democrática de Vietnam al norte, con un gobierno comunista y partidario de la reunificación territorial, y por el otro Vietnam del Sur, un estado proamericano de marcado perfil anticomunista. Ambos bandos se enfrentaron en una guerra civil que derivó en un conflicto de calado internacional cuando en 1965 el gobierno presidido por Lyndon B. Johnson decidió intervenir militarmente tras comprobar la ineficacia de sus aliados survietnamitas para detener el avance de las fuerzas del norte. A los asesores enviados por Eisenhower y Kennedy que se encontraban en Vietnam desde 1955 asistiendo al régimen del presidente Ngo Dinh Diem en sustitución de los franceses, se les unió un primer contingente de marines, la 9ª Brigada que desembarcó en Da Nang el 8 de marzo de 1965. Posteriormente, cerca de 40.000 soldados norteamericanos fueron enviados a Vietnam. Tras la firma de los Acuerdos de Paz de Paris, en marzo de 1973 se concretó la retirada definitiva de las tropas americanas. La guerra continuó hasta que en 1975 el pueblo vietnamita derrotó a las fuerzas del régimen sureño apoyadas por los norteamericanos.

LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO

El desarrollo de la guerra motivó que el gobierno norteamericano cercara la cooperación de otros países. El pentágono consideró que si conseguía la involucración de otros estados en la contienda su participación quedaría legitimada ante la comunidad internacional. Además conseguiría reducir o, si más no, aligerar el enorme desgaste económico que suponía para las arcas norteamericanas el conflicto. Así fue como el gobierno americano consiguió la colaboración de diversos países, aunque estos participaron de forma desigual en la guerra. Mientras algunos accedieron a mandar tropas a suelo vietnamita, como fue el caso de Australia, Filipinas, Corea del Sur, Tailandia y Nueva Zelanda, otros optaron por contribuir suministrando material y equipos médicos, como hicieron los gobiernos de Suiza, Irán, Marruecos, Gran Bretaña y Alemania. El presidente Johnson también consiguió otro tipo de apoyos, aunque meramente testimoniales, como los de Taiwán y España.

el lider comunista vietnamita Ho Chi Minh

LA ESPAÑA DE FRANCO: EL SUPUESTO ALIADO ANTICOMUNISTA

En su afán por conseguir el mayor apoyo internacional posible, el máximo mandatario norteamericano llegó a cursar una misiva personal a Franco en julio de 1965 para pedirle que colaborara con Estados Unidos mandando un contingente de tropas a Vietnam. Johnson confiaba en que el perfil anticomunista del dictador, unido a su deseo por romper el aislamiento internacional como quedó demostrado con la firma del tratado bilateral entre ambos países en 1953, posibilitaría la participación militar de España en el conflicto asiático.


el presidente Lyndon B. Johnsn visitando a las tropas norteamericanas en Vietnam (1966)

La petición originó un intenso debate entre el Ministro del Ejército, el general de división Camilo Menéndez Tolosa, dispuesto a enviar tropas para luchar contra el comunismo y Fernando Maria Castiella, Ministro de Exteriores, partidario de la no intervención. Franco, tras consultar con el vicepresidente de su gabinete, el general Muñoz Grandes, zanjó la polémica rechazando el envío de unidades de combate pero accediendo a mandar un pequeño contigente militar sanitario.

Así fue como, lejos de confirmar las expectativas de Johnson, Franco rehusó acceder a su petición. En su carta de respuesta al máximo dignatario estadounidense, fechada en agosto de 1965, el dictador predijo la derrota norteamericana argumentado que la guerra de guerrillas favorecía a la insurgencia vietnamita: “política y militarmente su guerra la tienen perdida debido a que el comunismo social agrada al pueblo vietnamita ya que ofrece más posibilidades que su sistema liberal occidental”. Por si esto fuera poco, Franco mostró su admiración por la figura de Ho Chi Minh, a quién consideró “un patriota que podría ser el hombre que en esta hora Vietnam necesita”. Esa fue la última vez que ambos líderes mantuvieron correspondencia epistolar. A pesar de la negativa de Franco a mandar unidades de combate si que autorizó el envio de un reducido contingente de médicos miltares españoles al país asiático para que prestaran ayuda logística a los norteamericanos.


FÚTBOL BAJO LA HOZ Y EL MARTILLO: LA ECLOSIÓN DEL HOOLIGANISMO EN VIETNAM

junio 24, 2011

En diciembre de 2008 la selección vietnamita venció a la de Thailandia y consiguió la VFF Cup, el mayor logro hasta el momento en su palmarés. La consecución del trofeo ayudó a popularizar el fútbol sobretodo entre la juventud de este país del sudeste asiático. A pesar de ello dicho deporte continua postergado a un discreto segundo plano dada la pasión de los vietnamitas por otras disciplinas como el cricket o el da cau, una variante autóctona del bádminton jugado con el pie muy extendida tanto en Vietnam como en la zona fronteriza con China.

fans en las gradas del estadio Chi Lang Stadium de Da Nang

APUESTAS Y MAFIAS Vs FÚTBOL ESPÉCTACULO: LA INCIDENCIA OCCIDENTAL EN EL MERCADO ASIÁTICO

A través de las victorias del combinado nacional el fútbol ha ido ocupando un mayor espacio público en la sociedad vietnamita. Cada vez son más los medios de comunicación que se ocupan de dicho deporte aunque la repercusión de la liga nacional sea escasa en detrimento de la difusión que han conseguido ligas europeas como la inglesa, la italiana o la española. Ello es fácilmente visible en la cantidad de camisetas de clubes europeos que lucen los jóvenes vietnamitas. Manchester United, sin duda el dominador del mercado asiático hasta el momento, Milan AC, FC Barcelona, Chelsea, Arsenal o Manchester City con algunos de los clubes que gozan de mayor seguimento en el país asiático. Esta afición por el fútbol foráneo contrasta con la escasa trascendencia de la liga vietnamita, la V-League, a pesar de fichajes estrella como el del brasileño Denilson. La poca vistosidad del juego de los equipos autóctonos junto con los sucesivos escándalos en que se ha visto immerso el fútbol vietnamita, con casos de sobornos y apuestas ilegales, han postergado al fútbol vietnamita a un segundo plano.

LA PASIÓN POR “LA ROJA”. LA SELECCIÓN COMO CANALIZADOR POPULAR

El escaso seguimiento de los clubes patrios por parte de los vietnamitas contrasta con la creciente popularidad de la selección nacional. Las victorias de “la roja” asiática han canalizado la euforia de sus compatriotas. El apasionamiento de los hinchas en las celebraciones por el primer título de cierto prestigio conseguido por la selección vietnamita en su historia arrojó un balance de cinco muertos, la mayoría en la ciudad de Ho Chi Minh tras participar en la descontrolada fiesta motorizada posterior.

seguidores vietnamitas celebrando en el terreno de juego un triunfo de su selección

El triunfo de la selección permitió visibilizar la afición de los jóvenes vietnamitas por el fútbol. Más allá del seguimento de los clubes europeos más laureados, la afición de este país asiático poco a poco ha ido poblando las gradas de los estadios locales. De este modo, a partir de mediados de la presente década, se han ido gestando los primeros grupos de aficiones organizados cuyo único objetivo era alentar a sus jugadores. Así fue como se importó la “moda ultra” y todo lo que la misma conlleva. Fue de esta manera como aparecieron las primeras pancartas con leyendas que emulaban las de las grandes hinchadas radicales europeas y otro tipo de elementos coreográficos como las tiras de plástico, los tambores, las grandes banderas, los megáfonos o los primeros cánticos.

HAI PHÒNG FANS, LOS “BAD BOYS” DEL FÚTBOL VIETNAMITA

Pronto llegaron también otro tipo de influencias. En algunos partidos de la V-League, correspondientes a la temporada 2007/ 08 se dieron las primeras muestras de cómo ha arraigado el fenómeno del hooliganismo en este país comunista. Seguidores del Hải Phòng FC se enfrentaron a aficionados rivales a la finalización de un encuentro de liga sin que las fuerzas de seguridad, desbordadas ante la magnitud de los hechos, pudieran restablecer el orden. Los hinchas lanzaron todo tipo de objetos, llegando a arrojar incluso diversos asientos que arrancaron de las gradas que ocupaban. Los disturbios se reprodujeron durante el derby de Hanói que enfrenta al Hải Phòng FC contra su máximo rival, el T&T Ha Noi.

enfrentamientos entre seguidores y agentes del orden en el Lạch Tray Stadium

Los problemas lejos de menguar se multiplicaron agravando la situación. Los incidentes causados por los hinchas del Hải Phòng FC, los llamados bad boys del fútbol vietnamita, en el Lạch Tray Stadium donde encendieron diversas bengalas, provocaron que en el año 2010 el vicepresidente de la Federación Vietnamita de Fútbol, Nguyen Lan Trung, admitiera públicamente la aparición del vandalismo en los estadios del país. Los sucesos provocados por sus aficionados, que eran reincidentes. En el año 2009 se habían enfrentado a hinchas del Song Lam Nghe lanzándoles botellas y bengalas, supusieron para el Hải Phòng FC una multa federativa de 25 millones de dongs (cerca de 1.300 dólares) y la clausura de su estadio por un partido. De hecho la Federación ya había vetado los desplazamientos de los hinchas radicales del Hải Phòng FC en el año 2009 aduciendo los desórdenes públicos que habían causado en seis de sus desplazamientos, como en el que enfrentó al Hải Phòng FC contra el Thể Công FC en Hanoi. Para dispersar a los cerca de 5.000 aficionados rojos desplazados la policía usó porras eléctricas y gas.

policias retirando una bengala en las gradas del Lạch Tray Stadium de Hanoi

Fuera del estadio prosiguieron los altercados, cuando un grupo de hinchas visitantes arremetieron contra los coches de la policía, lanzaron piedras y ladrillos a los agentes, destrozaron diversas señales de tráfico en la Autopista Nacional 5 durante su retorno, agredieron a diversos peatones y asaltaron una estación de servicio. Cinco policías resultaron heridos durante los incidentes. En opinión del manager del club, Do Dai Duong, se trataba solo de una minoría de extremistas que empañaban el nombre de la entidad con su comportamiento vandálico.

La respuesta de las autoridades no se hizo esperar. Tras un nuevo altercado protagonizado por los seguidores del Hải Phòng FC durante el partido que enfrentaba a su equipo con el Hoa Phat Hanoi en el Hang Day Stadium, en el que insultaron a la policía y a los futbolistas durante el partido y causaron disturbios en las gradas, llegaron las primeras medidas. Una semana después de los incidentes dos hinchas fueron sentenciados a 12 y 14 meses de cárcel por participar en los mismos.