El acercamiento de Hugo Chávez al fútbol, teniendo en cuenta como su verdadera pasión era el béisbol, se produjo progresivamente. Tras constatar como el balompié permitía trasladar a sus conciudadanos valores patrióticos, uno de los pilares sobre los que se sustenta el socialismo bolivariano propugnado por el fallecido teniente coronel, el fútbol pasó a formar parte de la agenda presidencial con vistas a la disputa de la Copa América en Venezuela en el año 2007. La instrumentalización del deporte, y en el caso que nos ocupa del fútbol, como arma electoral o simplemente como recurso populista ha impregnado tanto al chavismo como a sus oponentes políticos.
Nicolás Maduro, actual presidente de Venezuela, ante un retrato de su antecesor
CAPRILES A LA ESTELA DE CHÁVEZ
Durante la última campaña electoral por la presidencia del país celebrada en 14 abril del 2013, el aspirante opositor Henrique Capriles, consciente de que Barinas era un feudo chavista y que necesitaba arrancar votos para tener opciones de poder superar al candidato oficialista Nicolás Maduro, no dudó en enfundarse la elástica del equipo local durante el mitin que ofreció en la Avenida Cruz Paredes de dicha localidad ante una masa enfervorecida. De hecho, Capriles en su frustrada carrera hacia la presidencia intentó emular el populismo del que hizo gala Hugo Chávez, con discursos agresivos en los que la parafernalia futbolística estuvo muy presente. No en vano en diversos actos públicos o ruedas de prensa se presentó luciendo el chándal y la camiseta de la selección venezolana de fútbol o una gorra con los colores nacionales. Un cambio radical con respecto a anteriores comicios cuando mostró una faceta más comedida.
Capriles- Maduro: rivales en los comicios, patriotas en los mitines
La carrera electoral a la presidencia de Venezuela no estuvo, por tanto, exenta de referencias al balompié. Tanto el opositor Capriles como los finalmente vencedores Nicolás Maduro, sabedores del creciente ascendente del fútbol entre sus compatriotas, trataron de exhibir los colores del equipo nacional o, en el caso del dirigente del partido Primero Justicia y gobernador del estado de Miranda, las camisetas de los equipos de las distintas ciudades que visitaba en su gira preelectoral. Por su parte Maduro, consciente de que tenía que aglutinar el voto chavista rindiendo culto a la figura de su fallecido dirigente, invitó al astro argentino Diego Armando Maradona, amigo personal de Chávez, al mitin de cierre de campaña celebrado en Caracas.
Capriles Radonski luciendo la camiseta del Zamora FC en Barinas
MARADONA ENTRA EN ESCENA
La presencia de Maradona, según la oposición conseguida previo pago de un millón de dólares por parte de la candidatura oficialista –extremo desmentido por sus oponentes–, generó una expectación inusitada entre los habitantes de la capital y municipios colindantes. Enfundado en una camisa roja, símbolo chavista por excelencia, el ex futbolista argentino mostró públicamente su apoyo a Nicolás Maduro ante el público que llenaba por completo la Avenida Bolívar caraqueña. Al día siguiente el ex jugador visitó el Cuartel de la Montaña situado al oeste de Caracas, donde descansan los restos del mandatario venezolano para presentar sus respetos, acto al que fue acompañado por Maduro.
Maradona acompañando a Chávez en uno de sus mitines electorales
La relación de Maradona con el chavismo se remonta a años atrás cuando coincidió con Hugo Chávez en sus críticas a la política intervencionista de Estados Unidos en América Latina, no en vano ambos compartían amistad con el líder cubano Fidel Castro. La voluntad de Chávez de extender el denominado “socialismo del siglo XXI” al resto del continente hizo mella en el argentino que en el año 2005 participó en un mitin de Chávez y otros dirigentes latinoamericanos en Mar del Plata y acabó dirigiéndose a los presentes manifestando: “Los quiero mucho. Argentina es digna. Echemos a Bush” ante la presencia de un sonriente Chávez. Tras la muerte del líder venezolano Maradona declaró sobre su legado: “Lo que me dejó Hugo fue una gran amistad, una sabiduría política increíble. Hugo Chávez ha cambiado la forma de pensar del latinoamericano, nosotros estábamos entregados a Estados Unidos y él nos metió en la cabeza que podíamos caminar solos».
Chávez junto a Maradona y Evo Morales
LA SOMBRA DE CHÁVEZ MÁS ALLÁ DE BARINAS
Los vínculos establecidos entre el chavismo y los clubes de fútbol van más allá de la citada intrínseca relación del Zamora FC con la familia Chávez. En Venezuela existen otros equipos que también han manifestado en algún momento su afinidad con el régimen bolivariano. Este sería el caso del Deportivo Táchira FC de San Cristóbal, cuya propiedad se reparten la gobernación del estado y el sector privado. El club está presidido por Juana Suárez, antigua dirigente del Instituto de Deporte de Táchira y candidata a la alcaldía de San Cristóbal por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y declarada chavista que no dudó en agradecer a Hugo Chávez, tras su muerte, el apoyo incondicional que había dado al deporte venezolano.
Suárez junto a Chávez en un acto político en San Cristóbal
Se da la circunstancia que el Táchira contó con la financiación de Polar, el mayor grupo económico privado de Venezuela propiedad de la familia Mendoza ligado al sector alimenticio. Un holding que, en su momento, también patrocinó a otros clubes del país como el Caracas FC e incluso a la selección vinotinto. Fue en 2004 cuando firmó un contrato con la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) como sponsor oficial por diez años. A cambio, Empresas Polar, consiguió la explotación de la imagen de los internacionales para sus campañas de publicidad.
jugadores del Deportivo Táchira celebrando un gol en la Copa Sudamericana luciendo la publicidad de PDVSA