CRUZADA ANTIGAY EN RUSIA. GRUPOS NEONAZIS ASEDIAN A LA COMUNIDAD LGBT (y II)

agosto 24, 2013

Las agresiones a miembros de la comunidad homosexual rusa se han producido en un contexto de creciente intolerancia en el país, como muestra el último acuerdo tomado por la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, que prohibe por ley la propaganda gay entre menores . Una disposición que se une a otras de características similares, como la que veta la adopción de hijos a parejas del mismo sexo. La espiral de violencia protagonizada por grupos neonazis rusos es sólo un síntoma más de la existente animadversión de buena parte de la sociedad y las instituciones del país hacía la comunidad LGBT. Un hostigamiento que ha generado controversia también en el mundo del deporte, con la mirada puesta en las próximas olimpiadas de invierno que organizará la ciudad de Sochi, situada a medio camino entre el Cáucaso y el Mar Negro.

hateoniceproclama favorable al boicot de las olimpiadas de invierno del año 2014

SOCHI 2014 ¿UNOS JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO PERMISIVOS?

La promulgación de la ley contra la homosexualidad, que defiende “las relaciones sexuales tradicionales (…) entre hombres y mujeres que garantizan el relevo generacional y la conservación y desarrollo del pueblo multinacional de Rusia” según la diputada Ielena Mzulina, ha provocado la indignación del colectivo LGBT y de diversas organizaciones europeas de defensa de los derechos humanos. A pesar de ello, el presidente ruso Vladimir Putin ha minimizado el caso argumentando que no existe ningún tipo de discriminación en el país hacia la comunidad gay. Putin, ante la demanda del presidente del COI Jacques Rogge, afirmó que durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno que se llevarán a cabo en el año 2014 en la ciudad de Sochi dicha ley no se aplicará ni a los visitantes ni a los deportistas participantes.

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activistas por los derechos de la comunidad LGBT a favor del boicot de Sochi 2014

Diversos activistas por los derechos gays han anunciado protestas durante el evento olímpico para publicitar la discriminación que sufre el colectivo LGBT ruso a escala internacional. Incluso ha trascendido la convocatoria de una marcha gay en Moscú el mismo dia de la ceremonia inaugural. En una línea similar de denuncia, distintos locales de ambiente homosexual de Londres y Estados Unidos han emprendido sendas campañas de boicot al vodka ruso para denunciar la represión hacia la comunidad LGBT en Rusia. Otro tipo de acciones simbólicas se han llevado a cabo en países como Suecia. En su capital, Estocolmo, diversos activistas pintaron un arco iris, emblema de la comunidad gay a nivel internacional, en el paso de peatones situado frente a la embajada rusa.

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gays norteamericanos promocionando el boicot al vodka ruso en Nueva York

EL SIGNO DE MOSCÚ. PATRULLAS ADOLESCENTES CONTRA LA INMIGRACIÓN

Las campañas agresivas contra la comunidad LGBT emprendidas por grupos ultranacionalistas rusos no son un hecho aislado. Otros colectivos, como los miembros de las minorías étnicas residentes en el país, también han sido objeto de la ira de estas agrupaciones. Homosexuales, presuntos pedófilos y narcotraficantes, antifascistas e inmigrantes se encuentran en el punto de mira de los grupúsculos neonazis rusos.

Estas pandillas de adolescentes neonazis se han organizado como patrullas callejeras para dar caza a lo denominan “inmigración ilegal”. En la capital rusa, por ejemplo, opera desde finales del año 2012 “el signo de Moscú” una milicia integrada por jóvenes cabezas rapadas que lidera Aleksej Chudjakow, ex militante de Nashi, la organización juvenil creada en el 2007 a instancias del Kremlin para encuadrar a la juventud rusa. Sus miembros recorren las calles de la ciudad en búsqueda de ciudadanos de apariencia caucásica. En sus razias la mayoría de sus miembros usan guantes de látex y mascarillas “para evitar que nos infecten” afirman.

“El signo de Moscú” es sólo una de las diversas organizaciones ultranacionalistas que llevan a cabo redadas en sótanos y dormitorios ocupados por inmigrantes y ciudadanos de origen caucásico.  Uzbekos, azeríes, chechenos, tayikistaníes o armenios, que configuran un tercio del total de la población de Moscú, son los principales objetivos de estos adolescentes que ansían modelar la sociedad a su antojo. La permisividad policial, que permite y tolera sus actuaciones, ha favorecido la existencia de este tipo de grupos de tinte xenófobo cuya máxima consigna es “Rusia para los rusos”.

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neonazis rusos inspeccionando un sótano ocupado por inmigrantes en Moscú

CAUSAS DEL AUMENTO DE LA XENOFOBIA EN RUSIA

Desde el año 2000 se ha producido un aumento significativo de la xenofobia en el país. Un incremento que se explica por diversos motivos, entre ellos la inoperancia de las fuerzas del orden para evitar episodios discriminatorios, el aumento real de la inmigración y la inexistencia de programas de integración gubernamentales. A ello hay que sumar la percepción negativa que tiene buena parte de la población rusa respecto a la inmigración, con un 85% que expresa el deseo de que sea obligatorio el uso de visado para los ciudadanos de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central y el Cáucaso Sur que trabajen o residan en Rusia. También inciden en dicho aumento el posicionamiento de las autoridades y la reiteración de estereotipos negativos asociados a los ciudadanos caucásicos reproducidos en los medios de comunicación.

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ultranacionalistas rusos en un marcha en Moscú celebrada el año 2011

Episodios como la acción represiva de la policia en el mercado Matwejewski de Moscú contra vendedores caucásicos tras una reyerta en la que fue herido un agente, favorecieron la aparición de actos xenófobos. En este sentido, declaraciones como las del alcalde en funciones de Moscú afirmando que la mayoría de crímenes son cometidos por inmigrantes, las detenciones masivas de ciudadanos no eslavos, la promesa de un endurecimiento de las medidas contra la inmigración ilegal con la mirada puesta en las elecciones locales o la existencia de un campo de detención en el distrito de Goljanowo con casi 600 personas recluidas son una muestra de la voluntad real de las autoridades al respecto.

La eclosión de las actitudes racistas y xenófobas en Rusia, más allá de los pogromos de finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, se produjo tras el desplome de la Unión Soviética. El contexto que favoreció el resurgimiento en la esfera pública de la xenofobia estuvo determinado por la recesión económica que sufrió el país en 1991 y el impacto psicológico que produjo en la población, el colapso del sistema educativo soviético, la incidencia de las violentas disputas entre los partidarios de Alexander Rutskoy y Ruslan Khasbulatov y la emergente propaganda ultranacionalista que pregonaba el retorno de la Rusia imperial de antaño. Todos estos factores fueron cruciales en la gestación del marco social que permitió la propagación de comportamientos xenófobos entre la ciudadania rusa.

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Graffiti en Vladivostok con el lema «Eres ruso, muéstrate orgulloso»

A pesar de que los ataques se iniciaron durante el bienio 1991- 93, no fue hasta una década más tarde cuando fueron más prolíficos y virulentos. Así, en el año 2001 en el suburbio moscovita de Yásenevo se produjo una razzia contra comerciantes originarios del Cáucaso. A finales de ese mismo año, se dieron hechos similares en el mercado de Tsaritsyno de la capital rusa. Uno de los episodios más graves tuvo lugar tres años después, cuando una turba exaltada mató a diversos ciudadanos de origen caucásico en la ciudad de Ekaterimburgo, situada en el distrito federal de los Urales.

Las agresiones a ciudadanos de apariencia caucásica llegaron a su cenit durante el bienio 2007-08, cuando los ataques xenófobos causaron más de 100 muertos y cerca de 600 heridos en todo el país. Paradójicamente, desde entonces los episodios xenófobos han ido decreciendo paulatinamente.


CRUZADA ANTIGAY EN RUSIA. GRUPOS NEONAZIS ASEDIAN A LA COMUNIDAD LGBT (I)

agosto 13, 2013

En las últimas semanas han proliferado en la prensa artículos sobre el presunto asesinato de un joven homosexual en la región rusa de Sverdlovsk a manos de un grupo neonazi. Lejos de ser algo puntual, el acoso a la comunidad LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual, Trans) se ha convertido en una práctica habitual y tolerada en diversos países de la Europa del este. Sin ir más lejos, este mismo verano la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, aprobó una ley contra la propaganda homosexual entre los menores de edad que prevee multas e incluso repatriaciones en el caso de que los infractores sean extranjeros.

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miembros de Format 18 durante uno de sus entrenamientos, en el centro arrodillado bajo la bandera su líder Tesak

FORMAT 18, EL BRAZO ARMADO DE LA NSO

Tras el episodio de Sverdlovsk se encuentra uno de los más de 500 grupúsculos neonazis que operan en el país, Format 18, liderado por el cabeza rapada Maxim Sergeyevich Martsinkevich. A dicho grupo moscovita, brazo armado de la organización ultranacionalista National Socialist Organisation (NSO), se le atribuyen centenares de asesinatos de inmigrantes, entre los que se encuentran los de un tayiko y un daguestaní en 2007. El grupo consiguió cierta presencia en los medios ese mismo año tras publicar en internet cerca de 200 grabaciones en las que aparecían sus miembros intimidando y agrediendo a cara descubierta a diversos activistas antifascistas e inmigrantes. A raíz de su difusión y de las amenazas que profirió Martsinkevich, un estudiante de arquitectura de 22 años también conocido como Tesak (machete), a los representantes liberales de la oposición durante un debate político, la policía le arrestó bajo la acusación de incitación al odio contra ciudadanos tayikos y uso de violencia. Un caso por el que fue condenado a tres años de cárcel. Tras cumplir íntegramente la pena fue excarcerado en el año 2010. Poco después, el video “Tesak ha sido liberado”, en el que era entrevistado, fue el sexto más visto del canal YouTube en Rusia la semana en que fue publicado. De hecho, el perfil de Martsinkevish en VKontakte, la segunda red social más popular del país tras Facebook, cuenta con más de 100.000 subscriptores.

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Maxim Martsinkevich, Tesak, durante el juicio en el que fue condenado a tres años de cárcel

Tras una efímera reaparición de Format 18 en la red, las fuerzas de seguridad volvieron a clausurar su web. Posteriormente, bajo la marca Fanat 18 divulgaron nuevas grabaciones que contenían imágenes de ataques a viviendas de inmigrantes efectuadas con cocteles molotov. Por su parte, Martsinkevich tras su paso por prisión se alejó de la NSO por discrepancias con su líder y pasó a encabezar el ultranacionalista Movimiento Social Restrukt, colaborando también con la organización Pofenix de apoyo a los neonazis rusos encarcelados. Desde entonces Tesak se ha erigido en todo un fenómeno mediático con sus shows televisivos en los que aparece persiguiendo a presuntos pedófilos. A raíz de su popularidad ha logrado incluso impartir conferencias en diversas escuelas del país.

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emblema del movimiento Restrukt impulsado por Tesak

#OKKUPAYPEDOFILYAY. A LA CAZA DEL HOMOSEXUAL

El grupúsculo neonazi ha alcanzado cierta notoriedad en la prensa a nivel internacional tras su campaña #Okkupaypedofilyay. Se trata de una iniciativa que propugna la vejación pública de los homosexuales, que son percibidos como pedófilos por los militantes neonazis. Utilizando perfiles falsos en las redes sociales los autoproclamados “crime fighters” (luchadores contra el crimen) buscan a hombres interesados en mantener relaciones sexuales con memores. Tras acordar una cita les humillan y agreden mientras graban la escena en video. La mayoría son torturados, apaleados u obligados a realizar el saludo a la romana propio de estos grupos neonazis. A otros les han lanzado orines y les han ordenado telefonear a su empresa para publicitar su identidad sexual. Incluso se contabilizó una víctima mortal en Volvogrado hace unos meses. Posteriormente, los videos son difundidos por Internet a modo de escarnio público.

Basándose en esta experiencia los neonazis impulsaron en 2012 otra campaña bajo el lema #OccupyGerontolfiliay que se centra en perseguir las relaciones sexuales entre adolescentes gays usando la misma técnica para engañar a sus víctimas.

GNX0LtAJsoclogotipo de la campaña #Occupypedofilyay que emula el icono «like» de Facebook

Tal es la impunidad con la que actúan estos grupos que incluso se jactan de sus agresiones colgando las grabaciones de sus cacerias homófobas. En algunos casos, incluso se rumorea que los autores perciben una suma de dinero por cada video que suben a la red. Algunas de las agresiones se realizan a plena luz del día y cuentan con la indiferencia y pasividad de una población que, en ocasiones, incluso jalea y apoya a los asaltantes. No en vano Rusia, junto con Moldavia, son los dos países europeos más intolerantes con la comunidad gay según diversas fuentes. Algo extensible a otros estados de la Europa del este, como muestran las reiteradas agresiones que sufren los manifestantes que acuden año tras año a las diversas marchas del Orgullo Gay en ciudades como Belgrado (Serbia), Vilnius (Lituania), Tblisi (Georgia), Cracovia (Polonia), Kiev (Ucrania), Budva (Montenegro) o la propia Moscú (Rusia).


WANDERVOGEL. LA EMANCIPACIÓN DE LA JUVENTUD GERMANA COMO PRECEDENTE DE SU ENCUADRAMIENTO BAJO EL III REICH (y III)

enero 11, 2013

El movimiento wandervogel como hemos citado en anteriores entradas fue plural y heterogéneo. En el mismo coincidieron jóvenes que entendían el fenómeno de forma diversa, desde aquellos únicamente interesados en su faceta excursionista hasta los que incorporaron un pósito ideológico al mismo. Tras su eclosión, producida en el lindar de los siglos XIX y XX, los wandervogel pronto se verían afectados por un suceso de calado internacional que les abocó al declive, nos estamos refiriendo al estallido de la Primera Guerra Mundial.

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solados británicos con máscaras de gas durante la Primera Guerra Mundial

LA GRAN GUERRA: FRUSTRACIÓN Y DECLIVE

En la década de los años treinta el movimiento ya mostraba claros síntomas de fatiga. El inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) supusó un duro golpe para aquellos jóvenes románticos amantes de la naturaleza. Tras ser movilizados vivieron de primera mano las atroces vicisitudes bélicas. No en vano un batallón de estos jóvenes voluntarios fue masacrado cuando a finales de octubre de 1914 el mando militar alemán les ordenó cargar contra las trincheras enemigas en la batalla de Langemarck (Bélgica). Miles de estos jóvenes, en su mayoría estudiantes –aunque algunas fuentes minimizan la cifra al 15 % de los soldados que protagonizaron el asalto frontal a las posiciones franco-británicas– murieron a manos de los fusileros ingleses en lo que se recordó como la “kindermord” (la matanza de los inocentes). Unos hechos que, años más tarde, serían instrumentalizados por la propaganza nacionalsocialista para recordar las afrentas sufridas por Alemania durante la llamada Gran Guerra.

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tropas alemanas avanzando durante la batalla de Langemarck

La contienda provocó una gran desilusión entre los supervivientes que pudieron volver a sus casas tras sufrir un verdadero infierno. La guerra evidenció el paradigma de aquella sociedad urbana y decadente que aborrecían. Pronto el movimiento sufrió una desbandada, fraccionándose en un crisol de grupos, muchos de ellos altamente politizados. Por si esto fuera poco, el ascenso al poder del nazismo comportó la prohibición en junio de 1933 de los wandervogel y el resto de organizaciones juveniles existentes (Boy scouts, Jungenschaft y Jugend Bündische entre otros). El motivo no era otro que la voluntad de los jerarcas nazis de encuadrar y controlar a la juventud alemana en una única organización juvenil propia, las Hitler Jügend (Juventudes Hitlerianas). Aprovechando la coyuntura, algunos grupos wandervogel se unieron voluntariamente a las juventudes hitlerianas, mientras otros se reformularon como núcleos juveniles de oposición al III Reich. Paradójicamente, los intentos de los wandervogel por conseguir desembarazarse de las restricciones del mundo adulto fueron subvertidos desde el interior del propio movimiento, justamente, por aquellas corrientes autoritaristas que rehuían.

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un cartel con mensaje explícito: Hitler Jügend, el futuro de Alemania

EL REFLEJO EXTERIOR: AUSTRIA Y JAPÓN

Más allá de los límites geográficos germanos el fenómeno wandervogel tuvo cierta repercusión también en Austria, otro país de habla alemana. Allí el movimiento se concretó en 1911 de la mano del estudiante Hans Mautschka bajo el nombre Bund für Deutsches Jugendwandern. Como en sus homólogos alemanes sus principales intereses fueron el senderismo, la música y las danzas folklóricas. Tal fue su expansión que pronto llegaron a contar con 64 grupos en todo el país (22 de ellos femeninos). Tras el Anchluss, la anexión de Austria al III Reich ocurrida en marzo de 1938, los wandervogel fueron prohibidos. La única organización juvenil permitida eran las Hitler Jugend. Al finalizar la contienda bélica los wandervogel no se reorganizaron hasta inicios de los años cincuenta. No fue hasta 1953 cuando se fundó en Viena el primer grupo wandervogel austriaco de postguerra, la Bund Junge, que se mantuvo alejada de cualquier postulado ideológico.

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emblemas utilizados por los wandervogel nipones

Pero no sólo en Austria se implantaron grupos wandervogel, en el otro extremo del planeta también tuvieron su réplica. En el marco de las buenas relaciones que Alemania mantenía con Japón se programaron diversas actividades dirigidas a los jóvenes de ambos países. El Ministerio de Educación nipón incentivó la concreción de los wandervogel entre sus jóvenes universitarios a través de la Asociación de Promoción de la Salud Wandervogel ( o Shôkenkai wandaafôgeru bu). El primer club de dicha índole se creó en 1935 por estudiantes de la Universidad de Rikkyo. Pronto su ejemplo cundió en otros centros del país, como la Universidad de Keio y la Universidad de Meiji. En 1937 el fenómeno se expandió al resto de universidades japonesas. Pero fue a partir del final de la Segunda Guerra Mundial cuando el movimiento gozó de su máxima plenitud favorecido por el alto crecimiento económico y la popularización del montañismo, caracterizado por el empleo de tiendas de campaña en vez de refugios y la ausencia de guías profesionales enfatizando así el carácter autónomo que pretendían los wandervogel nipones. Posteriormente, estos clubes de estudiantes ampliaron sus actividades a otras prácticas, como el esquí de montaña o el sawanobori (barranquismo).


WANDERVOGEL. LA EMANCIPACIÓN DE LA JUVENTUD GERMANA COMO PRECEDENTE DE SU ENCUADRAMIENTO BAJO EL III REICH (II)

diciembre 22, 2012

Retomando la historia de los wandervogel germanos, iniciada en una de nuestras anteriores entradas,en esta segunda entrega abordaremos una dualidad singular. Por un lado su asunción de lo que podríamos denominar como ‘protoecologismo’ y por otro la adopción por parte de algunos sectores del discurso racial que, a posteriori, difundió el NSDAP.

Cuando la actividad de los wandervogel no discurría en el campo solía concentrarse en los clubes sociales. Los llamados Heim, que no pasaban de ser sótanos o habitaciones decoradas con la iconografía wandervogel -no en vano popularmente eran conocidas como las “cuevas”- contaban con una pequeña librería. En realidad, más allá de los encuentros en dichas sociedades, donde sus miembros discutían temas de actualidad o se sumergían en lecturas de obras poéticas, su actividad se centraba en su trajín expedicionario, mayoritariamente estival.

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wandervogel, instrumento en mano, posando para la posteridad

ASCETISMO NATURALISTA. EL PROTOECOLOGISMO DE INICIOS DEL SIGLO XX

Frente a la sociedad materialista que destestaban, estos adolescentes ascetas reconstruían una sociedad idílica basada en su exacerbado amor por la naturaleza. Las montañas y los bosques se convirtieron en el escenario ideal para llevar a cabo su modo de vida contemplativo. Con frecuencia se daban cita en una colina del valle del Nuthe para departir, cantar y emular así los encuentros nocturnos que celebraban sus ancestros. Un ritual en el que los más atrevidos saltaban sobre las llamas que daban calor a los presentes cual fuego purificador.

Cuando el movimiento ganó popularidad, tal fue su magnitud que incluso se crearon delegaciones en los Sudetes, Bohemia o Austria, acrecentó su diversidad e inició su progresiva ideologización. Se crearon grupos similares con clara vocación de derechas, como los Jungwandervogel o los Hamburg Wanderverein. En el otro extremo quedaron aquellos que pretendían crear una especie de comunidad alternativa basada en el vegetarianismo, los remedios naturales y el amor libre, una facción que albergó a los jóvenes más próximos al anarquismo y el intelectualismo. Muchos de estos grupos toparon con la oposición de las autoridades docentes por el poder y la atracción que ejercían sobre el alumnado. Pretendían evitar la implantación del “estado de los estudiantes” que los dirigentes wandervogel anhelaban, una especie de Lebensraum que les acompañaba en su tránsito vital desde la pubertad a la madurez. Un nuevo orden que ambicionaba regenerar la sociedad, la familia y la educación.

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panfleto de los Jungwandervogel publicado en 1913

VORTRUPP: RAZA Y BELLEZA

Su discurso radical se impregnó progresivamente de un nacionalismo pangermánico de cariz militarista. Todo ello provocó que lo que había nacido como un grupo de gente joven cohesionado alrededor de su interés por la naturaleza acabara diezmado por las luchas internas. En 1912 el viraje se explicitó mediante uno de los grupos más influyentes del movimiento, Vortrupp (Vanguardia) encabezado por Hermann Popert, que promovía la llamada “higiene racial”  al mismo tiempo que rechazaba la decadente sociedad, el libertinaje, la degeneración y el consumo de alcohol y tabaco. En su publicación, Der Vortrupp, se ensalzaban los supuestos ideales de belleza germanos reproduciendo cuerpos desnudos que representaban los canones nórdicos de perfección física. Un credo que el propio Popert, quién por cierto tenía raíces judías, recogió en su obra Helmut Harringa, escrita en 1910, en la que el protagonista –un rubio, enérgico y fuerte alemán– alaba las virtudes de la raza germana.

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imagen publicada en Der Vortrupp

Pero los wandervogel eran un fenómeno plural, prueba de ello fueron los grupos con integrantes judíos, como los Blau-Weiss, o los boyscouts Hashomer Hatzair, influenciados por los pájaros errantes. Fueron un contrapunto a aquellos que abrazon la causa nazi y el antisemitismo coincidiendo con la subida al poder del Partido Nacionalsocialista Alemán (NSDAP), aunque también hubo casos de jóvenes wandervogel que se integraron en organizaciones contrarias al III Reich.

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portada del libro escrito por Hermann Popert


WANDERVOGEL. LA EMANCIPACIÓN DE LA JUVENTUD GERMANA COMO PRECEDENTE DE SU ENCUADRAMIENTO BAJO EL III REICH (I)

diciembre 10, 2012

A inicios del siglo XX eclosionaron, con mayor emfasis en Gran Bretaña y Alemania, diversos movimientos juveniles como reacción al militarismo y al industrialismo creciente en la sociedad. Su aparición fue altamente significativa en el caso de la Alemania imperial a tenor de la rígida estructura patricarcal, heredada de la educación prusiana, de la burgesia nacionalista autóctona. Aquella que no concedía a sus jóvenes las prerrogativas de libertad de las que gozaban sus homónimos británicos. Una privación que provocó arduas tensiones en las relaciones paterno-filiales representadas, en el caso que nos ocupa, por los wandervogel.

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logotipo de los wandervogel

STEGLITZ. LOS ORÍGENES DE LOS PÁJAROS ERRANTES

En este convulso contexto, a caballo entre los siglos XIX y XX, surgieron los wandervogel (pajaros errantes), nombre inspirado en un poema del filólogo germano Otto Roquette. Su concreción ofreció una válvula de escape idónea a aquellos jóvenes alemanes que deseaban evadirse de un régimen que les oprimía. Haciendo gala de su nombre organizaron marchas, excursiones y encuentros campestres de todo tipo. Como ellos mismos manifestaban: “la esencia de los wandervogel es volar desde los confines de la escuela y la ciudad a un mundo abierto, alejado de los deberes académicos y la disciplina de la vida cotidiana en una atmósfera de aventura”. O lo que es lo mismo, romanticismo y espíritu de aventura a raudales.

Todo comenzó en la primavera de 1896 en la escuela secundaria de Steglitz, una localidad situada al suroeste de Berlín. Allí fue donde Herman Hoffmann Fölkersamb, un joven estudiante que compaginaba sus quehaceres con el ejercicio de la docencia a media jornada, fundó una asociación estudiantil, los citados wandervogel, justo en la escuela primaria donde trabajaba como profesor. Su principal actividad fueron las citadas salidas campestres, excursiones –como las organizadas a la Selva de Bohemia– en las que Hoffmann y sus pupilos pasaban el día canturreando alrededor de una hoguera. Además de las marchas y el deporte también organizaban bailes folklóricos y declamaciones de poemas. Incluso disponían de una publicación propia, Schülerwarte (El observador escolar). Tal fue su popularidad entre la juventud que en 1900 se estructuraron como una entidad de carácter nacional exclusivamente masculina (las mujeres no fueron admitidas hasta la creación de la organización femenina Wandervogel Deutscher Bund). Tan sólo un año después, coincidiendo con la marcha de Hoffmann a Estambul, Karl Fischer asumió el liderazgo, ostentando el título de Oberbachant, creando a la par un grupo de jóvenes oficiales llamado Ausschuss für Schülerfahrten (Comité de viajes de estudiantes).

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Herman Hoffmann, promotor de los Wandervogel

LIBERTAD UNIFORMADA, JERÁRQUICA Y MARCIAL

De la mano de Fischer el movimiento sufrió un proceso homogeneizador. Sus miembros, fácilmente distingibles por su vestimenta (pantalones cortos, camisa, pañuelo anudado al cuello, botas de clavos, impermeables, gorra de visera o sombrero e insignias) –alejada del uniforme de los boy scouts o del posterior paramilitarismo de los jóvenes del partido nazi– rendían obediencia ciega al líder. Con todo, los wandervogel seguían proyectándose como un fenómeno liberador, a pesar de su estricta estructura jerárquica, que albergada el anhelado espíritu rebelde romántico que muchos jóvenes ansiaban. Rechazando la monotonía de la vida urbana abrazaron un misticismo espiritual interior. Así, la vida sencilla se convirtió en el eje de las actividades de los wandervögel. Cual anacoretas rurales estos pájaros errantes gozaban de sus expediciones, de cocinar en un fuego de campo o dormir en tiendas de campaña o graneros. Todo ello aderezado por la interpretación de viejas baladas al son de guitarras y laúdes, en lo que supuso el renacimiento de la canción folklórica germana.

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un animoso grupo de wandervogels guitarra y laúd en mano

Los wandervogel se articularon en pequeños grupos, que no superaban la decena de miembros, comandados por la figura de un líder, puesto que habitualmente recaía en el integrante de mayor edad. A pesar de que en sus inicios carecían de una estructura formal, pronto se expandieron a ciudades como Berlín, Lüneburg, Heidelberg, Hannover o Breslau gracias a diversas células locales organizadas por ciudades y provincias. Las edades de sus asociados rondaban entre los 12 y los 19 años, dado que los menores no aguantaban la severidad de las marchas y los mayores, una vez alcanzada la veintena, solían abandonar el movimiento para cumplir el servicio militar o dedicarse plenamente a sus estudios.


“LES APACHES”: LOS GAMBERROS DE LA BELLE ÉPOQUE COMO ANTECEDENTE DEL FENÓMENO RACAILLE (y V)

octubre 30, 2012

Más allá de los entresijos protagonizados por las bandas apaches en el Paris de inicios de siglo XX, estas pandillas de jóvenes lograron perpetuarse en el imaginario popular de la capital gala hasta nuestros días. Además de episodios como el caso “Casque d’Or”, descrito en nuestro anterior post, el estilo apache arraigó en la voz popular parisina. Una buena muestra de ello lo tenemos en el hecho que ámbitos tan antagónicos como la ultraderecha identitaria o la extrema izquierda alternativa hayan adoptado a los apaches como referente.

cartel de un concierto de rock alternativo con la efigie de Gerónimo

PARADOJAS DE LA HISTORIA: ALTERNATIVOS VS IDENTITARIOS. LA PUGNA POR LA PATENTE APACHE

Desde finales de los años ochenta los llamados movimientos alternativos se fueron gestando en las grandes ciudades y sus barrios periféricos. Jóvenes de extrema izquierda, ácratas, punks o procedentes de colectivos ecologistas convergieron en un incipiente movimiento antiautoritario que se autoproclamaba antifascista. Entre los diversos elementos y símbolos que tomaron como propios se encontraban los apaches, aunque en el caso de estos jóvenes alternativos el término hacía referencia a las naciones indias que poblaban el este de Arizona. El carácter resistente de estos indígenas americanos a lo largo de las guerras que protagonizaron durante el siglo XIX contra aquellos que pretendían ocupar su territorio, fueran españoles, mejicanos o norteamericanos, les reportó una fama de pueblo indómito y guerrero. Precisamente este carácter indomable que mostraron los apaches americanos fue en el que se reflejaron los jóvenes alternativos franceses, aquellos que también pretendían oponerse al sistema. De ahí que muchos se identificaran con la figura del apache. Pronto el término hizo fortuna en los círculos alternativos y undergrounds  como sinónimo de joven rebelde anti sistema. A finales de los años ochenta los apaches reaparecieron con fuerza.

portada del libro sobre el colectivo antifascista SCALP

Desde sellos discográficos, como el homónimo colectivo autónomo Apache records encabezado por la cantante del grupo Foetus Party, hasta boletines como Apache editado por la organización antifascista Section Carrément Anti Le Pen (SCALP) entre 1990 y 1995, tomaron como referente a los apaches. También el circuito musical alternativo contó con referencias al respecto, como el grupo anarcopunk de Agen Kochise o la banda punk alternativa parisina Bérurier Noir, autora del tema “Nuit Apache” que da título a un EP  editado en 1988 por la discográfica vasca Oihuka, un fragmento de cuya letra reproducimos a continuación: “Géronimo et les Chiricahuas Apache, apache/ Tous solidaires pour la nuit apache Apache, apache/ Chef Joseph et les nez-percés Apache, apache/ Les peaux rouges marchent pour leur liberté Apache, apache”. Otro grupo que también mencionó a los apaches en sus canciones fue Mano Negra. La banda liderada por Manu Chao compuso el tema “Paris la nuit” en el que se refiere a aquellos jóvenes pandilleros parisinos de principios de siglo: “Dans la rue ya plus qu’de smatons/ Tous les apaches sont en prison/ Tout est si calme qu’ca sent l’pourri/ Paris va crever d’ennui!”.

cubierta del single «Nuit apache» del conjunto Bérurier Noir

PROJET APACHE: LA JUVENTUD IDENTITARIA

En las antípodas ideológicas de estos apaches alternativos se encuentran los autodenominados jóvenes identitarios (un término empleado en el ámbito político por primera vez por el activista francés Pierre Vial), una reformulación en clave postmoderna de la ultraderecha que pretende reformularse a sí misma bajo nuevas etiquetas. En París algunos de estos militantes identitarios se agrupan en el llamado Projet Apache. Sus miembros también se reclaman herederos de los apaches, fueran americanos o parisinos. De hecho su logotipo reproduce la inconfundible figura de uno de esos pandilleros parisinos tocado con la típica gorra y el pañuelo al cuello que solían lucir.

logotipo del colectivo Projet Apache

Al menos eso lo que se desprende de su manifiesto, en el que tras citar al cabecilla apache Gerónimo, exponen: “Nosotros, los niños de París y de Ile de France, orgullosos de nuestra historia, nuestra identidad y nuestras raíces, nos negamos a ser los últimos mohicanos de una reserva asediados por todas partes (…) luchamos con fuerza y determinación contra los que socaban nuestro derecho inalienable a vivir en nuestra tierra de acuerdo con nuestros valores y nuestras leyes”. Bajo lemas como “Paris est patrie” o “Anti- mundial Pro- local”, estos “nuevos patriotas” del siglo XXI llevan a cabo un prolífico activismo político callejero.

propaganda de los grupos identitarios franceses contra la globalización y los racailles

Su discurso etnocentrista e islamófobo se mezcla con referencias a la Comuna de Paris, campañas anti- racailles (término despectivo con el que se conoce a los integrantes de las bandas multirraciales formadas por adolescentes relacionados con la baja delincuencia) y eslóganes tomados del movimiento antiglobalización, una práctica habitual de estos llamados grupos identitarios que pretenden articular una alternativa política atractiva para la juventud alejada de la tradición neofascista encarnada por grupos como Jeune Europe, Ordre Noveau y el Groupe d’Action Jeunesse o, posteriormente, por colectivos como Groupe Union Défense (GUD).

Paradójicamente, los pioneros apaches parisinos son reivindicados por los jóvenes identitarios franceses cuando, en realidad, parecen tener más en común con los adolescentes racailles a los que combaten.

jóvenes racaille parisinos durante una pelea callejera


“LES APACHES”: LOS GAMBERROS DE LA BELLE ÉPOQUE COMO ANTECEDENTE DEL FENÓMENO RACAILLE (IV)

octubre 21, 2012

A pesar de la preponderancia masculina existente en el seno de las bandas apaches parisinas, las amazonas –citadas en nuestra anterior entrada– también lograron cierta notoriedad pública, sobre todo a raíz del denominado “caso Casque d’Or”.

Amélie Hélie, la prostituta conocida como «Casque d’Or»

EL CASO “CASQUE D’OR”.

Una de estas mujeres que merodeaban el ambiente frecuentado por los apaches y logró cierta trascendencia fue Amélie Hélie, conocida como Casque d’Or. Nacida en el distrito XX de Paris en 1878 en el seno de una familia humilde, desde su adolescencia ejerció la prostitución. Cuando cumplió los veinte años esta bella pelirroja se enamoró de Marius Plaigneur, un joven que trabajaba como pulidor y acabó abandonando su empleo para convertirse en protector de su amada. Después de acoger a nuevas pupilas se erigió en líder de la temida banda Orteaux. A partir de entonces pasó a ser conocido como “Manda” u “Homme”, mientras Amélie tomó el alias de “Casque d’Or”.

El suceso, conocido como el “caso Casque d’Or” aconteció una noche en la que Manda y su amante se fueron a cenar junto a otro reputado proxeneta, Dominique Leca, cabecilla de la banda Popincourt, y su partenaire Germaine Panther. Tras un flirteo entre Leca i Amélie Hélie los dos pandilleros salieron a las puertas del local a dirimir sus diferencias. El hecho desencadenó una guerra de bandas que enfrentó a la pandilla de Bellevieu encabezada por Manda contra los apaches de Popincourt liderados por Leca.

postal que reproducía el enfrentamiento entre Manda y Leca por Casque d’Or

UN DESAIRE COMO DESENCADENAMIENTO DE UNA PELEA DE BANDAS

La pelea se saldó con Leca detenido con dos balazos en el cuerpo. Rápidamente fue trasladado al hospital Tenon, lugar al que se dirigió Casque d’Or para interesarse por su estado. Cuando se encontraba ayudando a subir a un taxi al malherido Leca oyó un grito: “Los Orteaux”.  Por sorpresa aparecieron Manda y dos de sus lugartenientes con ansías de venganza, luciendo un pañuelo rojo en el cuello y un cuchillo en la mano asestaron un par de navajazos al líder rival para luego esfumarse entre los disparos de los pandilleros de Popincourt que trataban de proteger a su cabecilla. La gravedad de las heridas provocó un nuevo ingreso hospitalario de Leca. Pronto se personaron las autoridades para dilucidar lo acontecido y fue entonces cuando el pandillero inculpó a su rival ante el comisario Deslandes, algo inusual en las trifulcas entre bandas apaches. Con la declaración de Leca la policía detuvo de inmediato a Manda.

JUICIO A UN PECULIAR TRIÁNGULO AMOROSO

El 31 de mayo de 1902 comenzó el juicio contra Manda en el tribunal penal del Sena de la capital gala. La amplificación mediática del mismo convirtió a Amélie Hélie en una especie de musa de los bajos fondos. La alta sociedad parisina quedó prendada por la historia de Casque d’Or, por aquel entonces conocida como la “reina de los apaches”. Un mes antes del juicio incluso llegó a ser contratada para participar en una revista musical titulada “Casque d’Or y los apaches”.

Ya ante la audiencia, la joven Hélie negó ante los magistrados haber presenciado ninguna agresión: “No vi nada” juró. A pesar de su testimonio el juez condenó al acusado a cumplir cadena perpetua en galeras.

Marius Plaigneur, alias Manda, líder de la banda apache Orteaux

El 21 de octubre de ese mismo año, se llevó a cabo el juicio contra Dominique Leca. En esta ocasión el veredicto fue más benévolo, ocho años de prisión, en parte porque el fenómeno apache ya estaba en plena decadencia tras la alarma social que generó el enfrentamiento entre las bandas Orteaux i Popincourt.

UN FINAL CON TRES EPÍLOGOS DISTINTOS

Ambos fueron encarcelados en la penitenciaría de Cayenne, la capital de la Guayana francesa, la colonia que por aquel entonces utilizaba la metrópolis para alejar a los convictos más peligrosos. Tras cumplir la pena Leca fue liberado, lejos de intentar volver a París se estableció en este departamento de ultramar francés hasta que fue asesinado durante una pelea entre buscadores de oro. Por su parte, Manda sufrió una metamorfosis personal en la cárcel, erigiéndose en un ciudadano honesto alejado de los actos pendencieros que había protagonizado con anterioridad. Se convirtió en el jefe de la enfermería del centro penitenciario. Todo ello favoreció que fuera liberado por buen comportamiento. Pero Manda tampoco regresó nunca a París, estableció su residencia en Cayenne hasta que el clima de la zona acabó con su vida en 1936.

Por su parte Amélie Hélie prosiguió su carrera fulgurante en la París de principios del siglo XX. Cabaretera ilustre, fue amante de diversas personalidades e incluso publicó sus memorias. Posteriormente, su vida fue llevada al cine por el director Jacques Becker que eligió a la actriz Simone Signoret para encarnar el papel de la joven prostituta parisina en el film “Casque d’Or” (1952).

cartel de la película «Casque d’Or» protagonizada por Simone Signoret

Una vez el público encontró una nueva “princesa del pueblo”, Hélie cayó en el olvido. Llegó a aceptar un trabajo como domadora en un circo. Fue justamente al término de una de sus funciones circenses cuando fue apuñalada por Rouget, uno de los lugartenientes de Manda. A pesar de la gravedad de las heridas Casque d’Or sobrevivió. Al salir del hospital, lejos de los focos de la actualidad Hélie volvió al anonimato. En 1917 se casó con un obrero parisino, M. Nardin, con el que convivió hasta que murió en 1933.

escenas del film «Casque d’Or» (1952) dirigido por Jacques Becker


“LES APACHES”: LOS GAMBERROS DE LA BELLE ÉPOQUE COMO ANTECEDENTE DEL FENÓMENO RACAILLE (III)

octubre 13, 2012

Más allá de su periodo de implantación en Francia, el fenómeno apache trascendió dejando una fuerte impronta en la cultura popular. Prueba de ello serian el llamado baile apache o la pretensión de recuperar la esencia del estilo por parte de determinadas agrupaciones políticas actuales.

estampa de un apache, cuchillo en mano, llevando en brazos a una joven

LA REPERCUSIÓN POPULAR. EL BAILE APACHE

No sólo el atuendo y las prácticas violentas caracterizaron a los jóvenes apaches. También tuvieron tiempo para el asueto y, como la mayoría de estilos juveniles, adoptaron referentes sonoros propios. Cuando caía la noche era habitual que estos jóvenes abandonaran las callejuelas para sumergirse en el universo subterráneo y golfo de la ciudad. Lejos de olvidar los encontronazos matutinos practicaban un tipo de baile, con un claro componente de violencia, que los recreaba, la denominada “apache danse”. De hecho era habitual que muchos de los que participaban acabasen magullados e incluso heridos por la virulencia frenética de la danza. Nada extraño si tenemos en cuenta los lanzamientos de bancos y sillas que se producían. Algunos expertos incluso apuntan a que podría tratarse de una especie de “capoeira a la parisien” mediante la cual los jóvenes aprendían los métodos y técnicas de combate que ponían en práctica en las calles de la capital gala. Un tango “a lo maltratador”, que recreaba un encuentro callejero acalorado entre una prostituta un proxeneta, durante el cual se sucedían las bofetadas, los puñetazos e incluso el hecho de lanzar o tirar el cuerpo de la mujer al suelo y luego cargar con él mientras ella fingía estar inconsciente. Un ritual que se aderezaba con la música del llamado “Valse des rayons”, también conocido como “Valse chaloupée”, una obra de Jacques Offenbach que en 1908 se había popularizado en salas de espectáculos parisinas como el Moulin Rouge o el restaurante Maxim’s.

anuncio de una sesión de Valse Chaloupée en el Moulin Rouge

En relación a la “apache danse”, lo más curioso no resulta su escenificación sino el hecho de que atrajera a los bajos fondos a muchas damas de la alta sociedad que buscaban emociones fuertes. Así, fue habitual que estas mujeres de clase acomodada frecuentasen locales y salones de baile de zonas como la Bastilla o Montmatre. Allí, rodeadas de rostros anónimos se desmelenaban junto a los jóvenes apaches en bailes impetuosos.

Tal fue la popularidad de la danza que tuvo su traslación al cine. Desde la década de los treinta del siglo XX el baile apache hizo apariciones esporádicas en diversas películas, como Luces de la ciudad (1931) de Charles Chaplin, Ámame esta noche (1932) protagonizada por Maurice Chevalier, Charlie Chan en París (1935), Estás en el ejército ahora (1941) o Pin Up Girl (1944) por citar algunos ejemplos.

danza apache, Alexis et Dorrano (1934)

AMAZONAS. LAS MUJERES APACHES

Como la mayoría de estilos anteriores a la Segunda Guerra Mundial, los apaches fueron un fenómeno eminentemente masculino. La presencia femenina en las pandillas, a pesar de ser minoritaria, se hizo notar. Las llamadas amazonas, así es como fueron denominadas las muchachas que se integraron en dichas pandillas, no se amedrentaron a la hora de empuñar el cuchillo o participar en peleas. También eran utilizadas como mensajeras u observadoras de otras bandas rivales. Su papel fue activo en las pandillas apaches aunque la mayor trascendencia de los altercados protagonizados por sus homólogos masculinos les restó protagonismo.


“LES APACHES”: LOS GAMBERROS DE LA BELLE ÉPOQUE COMO ANTECEDENTE DEL FENÓMENO RACAILLE (II)

julio 29, 2012

Las bandas de jóvenes pandilleros proliferaron en Paris a partir de mediados de la primera década del siglo XX. La trascendencia mediática de las acciones de los primeros apaches favoreció la extensión del fenómeno entre los jóvenes de los barrios más desfavorecidos. Convertirse en un apache significaba para muchos de estos adolescentes conseguir un cierto estatus, aunque ello fuera a cualquier precio.

el revólver apache podía ser usado como pistola, navaja o puño americano

UNA HISTORIA DE SAVATE, REVÓLVERES Y CUCHILLOS

Entre el armamento que acostumbraban a usar destacaba un tipo de pistola muy peculiar, el llamado “revólver apache”. Una arma de fuego sin tambor de 7 milímetros de calibre y poco más de 400 gramos de peso que a la vez podía usarse como navaja o puño americano, de aquí que también fuera conocido como “margarita” ya que se abría como una flor. Un peculiar revólver que inventó en 1860 el belga Dolne Brevete. Otros elementos habituales en las peleas eran los palos, las porras, los anillos con clavos (como el popular “golpeador espina”), las muñequeras de bronce con puntas afiladas que causaban graves heridas a los policías que intentaban detenerles o los bastones con punta afilada cortante, aunque la arma predilecta era una especie de cuchillo delgado y puntiagudo llamado “zarin” que podían esconder con facilidad entre su ropa para que pasara inadvertido y así poder sorprender a sus víctimas.

Además de este arsenal, los apaches también se caracterizaron por su agresividad en el cuerpo a cuerpo. No en vano desarrollaron una forma de lucha callejera a partir del savate (un estilo de lucha surgido de los barrios bajos cuando la legislación francesa consideró los puños como arma letal y que evolucionó hasta convertirse en un arte marcial, el boxeo francés). La prohibición de pelearse a golpes de puño en las calles bajo pena de ser movilizado durante un largo tiempo en el ejército provocó la evolución de la lucha callejera de los apaches. Para evitar la nueva legislación desarrollaron la llamada lutte parisienne (lucha parisina) y todo tipo de artimañas, como el “golpe de Pére François”, consistente en acercarse sigilosamente por detrás de la víctima para echar una bufanda sobre su cabeza apretando el cuello mientras se obstruye con un puño la espalda mientras un cómplice desvalija al asaltado.

una muestra del arsenal usado por los apaches y los delincuentes de la época

LA “PLAGA APACHE”: LA BATALLA DE LA BASTILLA

Más allá de la supervivencia vital, los apaches ansiaban prosperar y gozar de reconocimiento social. Una de las vías para conseguirlo, aparte de lucir un vestuario peculiar y mostrar una actitud altiva y desafiante, era a través de las prácticas violentas, entendidas como método para conseguir respeto. Los apaches se preocupaban por su honor, por mantener una reputación ganada a puñetazo limpio. La agresión, lejos de ser sancionada o mal vista, era jaleada como un medio para lograr cierta notoriedad social. Por ello no dudaban en asaltar a los transeúntes para robar un par de zapatos y así poder lucirlos ante sus compañeros de pandilla.

Nada era demasiado escandaloso o inmoral para ellos. Algo obvio si tenemos en cuenta los diversos sucesos que protagonizaron, desde robos o asesinatos de ancianas, hasta agresiones a policías a plena luz del día e incluso ataques a los bomberos que extinguían los incendios que previamente ellos mismos habían provocado. No es de extrañar pues que se convirtieran en un todo fenómeno social en aquellos años. Sin duda, el incidente que tuvo mayor repercusión fue la batalla campal ocurrida el 14 de agosto de 1904 en la Plaza de la Bastilla en la que participaron diversas pandillas de apaches. Los hechos se iniciaron cuando dos bandas adversarias se enzarzaron en una pelea con cuchillos y revólveres en la que perecieron tres jóvenes y siete más resultaron heridos. Los altercados, lejos de finalizar, se recrudecieron extendiéndose a las calles adyacentes. Cuando ochos agentes del orden, alertados por los vecinos, acudieron para mediar en la reyerta los hechos dieron un súbito vuelco. Ante la presencia policial, los apaches unieron sus fuerzas. Durante horas el centro de Paris se convirtió en un campo de batalla a la que se incorporaron más de un centenar de apaches de otras bandas. De los ochos policías que trataron de apaciguar los ánimos seis acabaron en el Hospital de Saint Antoine de Paris con heridas de bala. La llegada de refuerzos provocó la huida de los pandilleros, nueve de ellos yacían malheridos sobre el pavimento de la plaza.

prácticas represivas empleadas por las autoridades contra los apaches

LA CREACIÓN DE LAS BRIGADAS DEL TIGRE. LOS INTOCABLES DE CLEMENCEAU

La magnitud del fenómeno apache superó a las autoridades. Los 8.000 agentes y 1.000 inspectores con los que contaba la dirección de seguridad en la capital eran escasos para enfrentarse a los casi 30.000 jóvenes pandilleros parisinos, toda una plaga según medios como Le Petit Journal. Ante la gravedad de la situación el entonces ministro de Interior Georges Clemenceau promovió en 1907 la creación de las llamadas Brigadas regionales de policía móvil, popularmente conocidas como las Brigadas del Tigre en honor al apodo del propio Clemenceau –le tigre–, un escuadrón policial especializado en el combate cuerpo a cuerpo y entrenado en técnicas de savate dirigido por el comisario Jules Sébille. Ni siquiera así el gobierno puedo acabar con la criminalidad y las fechorías de los apaches. Una situación que provocó que la propia población se organizara en patrullas para preservar el orden en sus calles.

Pero lo que las autoridades no pudieron enmendar si lo hizo la guerra. Sin ninguna duda el punto de inflexión del fenómeno apache fue el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 en la que fueron movilizados muchos de estos jóvenes pandilleros. Tras la contienda bélica el estilo entró en declive, en parte por las bajas humanas producidas durante el conflicto. Sin embargo, el fenómeno apache a pesar de languidecer dejó una fuerte impronta en Francia. Tras dos décadas de implantación los apaches lograron convertirse en todo un mito.


“LES APACHES”: LOS GAMBERROS DE LA BELLE ÉPOQUE COMO ANTECEDENTE DEL FENÓMENO RACAILLE (I)

julio 22, 2012

Retomando la descripción de los precedentes estilos juveniles contemporáneos, como ya hicimos en el caso de los scuttlers ingleses (véase la serie de entradas anteriores bajo el título Scutllers: los pandilleros de la Segunda Revolución Industrial I, II y III), en esta ocasión nos adentraremos en la Francia de la Belle Époque para conocer a las pandillas de jóvenes que pulularon por los callejuelas de Paris a inicios del siglo XX: les apaches.

un grupo de apaches parisinos posando ante la cámara

LOS PIELES ROJAS. UN ORIGEN INCIERTO

Originarios de barrios del noreste de la capital gala, como Belleville, la Bastilla, la Vilette, Ménilmontant o Montmatre, les apaches deben su nombre a la prensa de sucesos de la época. Fue el 12 de diciembre de 1900 cuando el columnista Henri Fourquier en su crónica del periódico Le Matin recogió de manera irónica la existencia de una “tribu de Apaches” que se había trasladado de las Montañas Rocosas a los distritos insalubres de Paris. Sin duda, la brutalidad de las acciones cometidas por estos jóvenes parisinos indujo al periodista a compararles con aquellos indígenas americanos que poblaban las tierras de Arizona, Nuevo Méjico y Texas, cuya imagen estereotipada había lanzado a la fama la novela de Fenimore Cooper, El último mohicano, publicada en 1826. A raíz de la popularización de dicha obra y de la fascinación que suscitó en Francia la cultura de los indios americanos tras la gira europea del espectáculo circense Buffalo Bill’s Wild West, fue habitual desde la segunda mitad del siglo XIX el uso de la voz “Peaux- Rouges” (pieles rojas) para referirse a los jóvenes residentes de los suburbios de la capital.

A pesar de ello el origen del nombre resulta incierto. Según otras fuentes, se remonta a la detención por parte de la policía de un joven de dieciocho años apodado “Terror”, miembro de la banda de Belleville. Durante los interrogatorios el rufián se jactó con arrogancia de los diversos delitos cometidos llegando a exasperar al inspector encargado del caso que llegó a exclamar: “¡Os comportáis como apaches!”. Tanto gusto a “Terror” el apelativo que no dudó en afirmar: “Eso es, apaches”. Otras versiones apuntan a un reportaje sobre un altercado acaecido en Montmatre que describía “la furia de un incidente entre dos hombres y una mujer similar a la ferocidad de los salvajes indios apaches en una batalla”. Mientras una tercera interpretación apunta como procedencia del término el descubrimiento de un cadáver brutalmente torturado que se encontró en la calle Faubourg du Temple, un hallazgo que trascendió bajo el titular: “El crimen cometido por los Apaches de Belleville”. Sea como fuere, parece claro que la denominación apache en referencia a estas pandillas callejeras integradas por jóvenes parisinos fue una invención de los medios de comunicación de la época. Así al menos lo confirman los interrogatorios hechos por la policía en los que los jóvenes pillos negaron identificarse con dicho vocablo. A pesar de ello, el término fue popularizado por la prensa mediante titulares sensacionalistas como “Los Apaches aterrorizan Paris”, “Bandas de asesinos de Paris” o “Una ejecución sangrienta en el centro de Paris”. Desde ese momento los apaches pasaron a ser sinónimo de estafadores, proxenetas y ladrones.

portada que identifica a los apaches como «la plaga de Paris»

El fenómeno apache posteriormente se expandió a los barrios más céntricos de la capital, formándose pandillas en zonas como Maubert, La Mouffe, Montparnasse o Les Halles. También se irradió a otras ciudades francesas, como Marsella o Lyon, aunque allí tomó otras denominaciones, como “nervis” o “kangourous” respectivamente.

LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IDENTIDAD JUVENIL

Fourquier en su artículo definía a los apaches como unos pandilleros semi nómadas, huérfanos o desvinculados de sus familias, que al no contar con un trabajo fijo se dedicaban a deambular por las calles. Por su parte, la policía les tildaba de ejército de criminales. Estos jóvenes, de edades comprendidas entre los 10- 20 años, solían agruparse en pandillas. Las más afamadas fueron Les Coeurs d’Acier (corazones de hierro), Les Riffaudes, Les Aristos, Gars de Charonne, Les Habits Noirs  o la banda de Manda.

Usaban una jerga callejera propia e ininteligible para el resto de la ciudadanía, el jare. Además, poseían un código de justicia particular que castigaba con dureza cualquier traición o delación. Se les identificaba fácilmente por su vestimenta, caracterizada por el uso de chaquetas de satén negras, camisas de colores extravagantes, blusas azules, chalecos, camisetas rayadas de marinero, cinturones de franela roja, fulares de colores (con el que se reconocía a la banda a la que pertenecían), gorras planas y sus inconfundibles pantalones de fieltro apretados en las rodillas conocidos popularmente como Bénard, en horno al sastre que los confeccionó, Auguste Bénard. De hecho consiguieron tanta fama que desde entonces la palabra bénard y sus derivadas, ben o bénouze, pasaron a formar parte del argot parisino como sinónimo de pantalón. En la época de los apaches también eran conocidos como los pantalones “dolor de barriga”, debido a sus enormes bolsillos delanteros que eran empleados por los jovenzuelos para ocultar armas y los objetos que sustraían. Completaban su vestuario con un par de botas lustradas de color amarillo con botones de oro.

Otro de los elementos que les definían era los tatuajes, que por aquel entonces solían lucir únicamente los marineros y aquellos que frecuentaban los bajos fondos. Uno de los más característicos de los apaches era el llamado “oeil de biche”, un pequeño tatuaje que llevaban alrededor de los ojos. Por lo general, acostumbraban a tatuarse el pecho y los brazos con motivos diversos.

un grupo de pillos de barrio parisinos a inicios del siglo XX