Los ultras se convirtieron en el fenómeno social de masas más importante de Túnez durante el primer decenio del siglo XXI. Tras conocer como este emergió a finales de los años noventa, en la presente entrada nos referiremos a aquellos elementos que provocaron su decadencia poco tiempo después. Contrariamente a lo que sucede en Europa, los ultras tunecinos no se organizaron en colectivos estructurados sino que estos carecieron de jerarquía, siendo a la vez grupos muy permeables.
tifo de la afición esperantiste en el estadio El Menzah de Túnez
DAKHLETS: LAS COREOGRAFIAS DE LAS GRADAS
A pesar de esta ausencia de vertebración, los hinchas radicales animaron a sus equipos mediante coreografias participativas similares a aquellas que en el argot ultra se conoce como ‘tifos’ (de la palabra homónima italiana que deriva de ‘tifosi’, nombre que reciben los aficionados al deporte en el país transalpino) y que en el caso de Túnez se denomina ‘dakhla’ (que podíamos traducir como ‘entrar en materia’ en lengua árabe). Estos ‘dakhlets’ se distinguían por un enorme colorido, con profusión de banderas, banderolas con eslóganes, pancartas y bengalas. Otra de las características que definieron la eclosión del fenómeno ultra en Túnez fueron los desplazamientos de los hinchas y los cánticos que estos coreaban. De gran riqueza verbal, suelen ser ocurrentes y contener referencias políticamente incorrectas. Su lenguaje ordinario permitió su popularización entre los jóvenes.
INTERVENCIONISMO ESTATAL Y DECLIVE DEL MOVIMIENTO ULTRA
La magnitud del fenómeno ultra provocó la intervención del Estado que trató de minimizar su incidencia entre la juventud mediante una política represiva arbitraria.Las intervenciones gubernamentales se basaron en un conjunto de medidas de seguridad drásticas, que junto a la criminalización mediática a la que se sometió a los ultras y los procesos judiciales que se derivaron de las actuaciones policiales prácticamente acabaron con el movimiento ultra. Se prohibieron los ‘dakhlets’, las bengalas y se vetó el uso de distintivos o banderas de los colectivos de hinchas radicales. De esta manera el ambiente festivo que recreaban los ultras dejó paso a otro en el que la tensión entre grupos de hinchas radicales fue el elemento principal. Las gradas dejaron de ser un lugar de reunión y convivencia para ser un foco de hostilidad. La misma estalló durante la temporada 2010-2011, incluso entre grupos de un mismo club, como ocurrió con los seguidores del Espérance Sportive de Tunis que se enfrentaron entre si durante un partido de liga que disputó su equipo contra el Espérance Sportive de Zarzis y también en ocasión de un encuentro correspondiente a la Champions League africana que disputaron el Espérance Sportive de Tunis y el Tout Puissant Mazembe de la República Democrática del Congo. Atrás quedaron los años en que los ‘dakhlets’ y las canciones agrupaban a los seguidores mediante la originalidad y la creación.
A pesar de la rivalidad existente entre los distintos clubes del país, sus grupos ultras consiguieron unir sus fuerzas en el año 2010 en el autodenominado Rassemblement des Ultras Tunisiens (RUT), una organización que pretende erigirse en altavoz público de sus demandas.
logotipo del RUT, asociación que pretende aglutinar a los ultras tunecinos
ULTRAS EN TÚNEZ: UN INTENTO DE EQUIPARACIÓN SINGULAR
Paradójicamente, la fuerte influencia francesa en el país, derivada de la presencia colonial desde que en 1881 Túnez pasase a ser un protectorado de Francia hasta su independencia en 1956, no se visibiliza en los grupos ultras tunecinos. Estos manifiestan un culto extremo al llamado modelo ultra italiano, basado en las coreografias (tifos o ‘dakhlets’) y los cánticos. Prueba de ello son los nombres de los grupos, las melodías de las canciones que corean en las gradas e incluso los eslóganes que reproducen en sus pancartas y su merchandising. Sin duda que en un país francófono la referencia más importante provenga de Italia no deja de ser sorprendente, aunque pueda concibirse dado que la longeva tradición ultra italiana ha ejercido de modelo a imitar en la reproducción del fenómeno fuera de Europa ante la escasa popularidad del movimiento supporter en Francia, el cual a su vez también tomó como referente a los ultras transalpinos.
Esta preponderancia del modelo italiano en los grupos ultras de Túnez, y por extensión en el resto de países norteafricanos, puede generar otras líneas de debate alrededor de si su adopción explicita un rechazo de las influencias de la antigua metrópolis por parte de las nuevas generaciones tunecinas. Un intento de equiparación que sin duda refleja las transformaciones sociales que ha sufrido el país en los últimos años como evidenciaron las protestas contra el gobierno de Ben Alí.
grafitti antipolicial de la hinchada esperantiste