En 1964 estalló la llamada Guerra del Vietnam, conocida también como la Segunda Guerra de Indochina, que enfrentó a las tropas de Vietnam del Sur, que contaban con el apoyo de los Estados Unidos, contra la guerrilla marxista liderada por Ho Chi Minh. Lo que se intuía como un conflicto interno fratricida desembocó en la contienda más sangrienta de la Guerra Fría que mantenían norteamericanos y soviéticos.
tropas vietnamitas combatiendo durante la Guerra de Indochina
La retirada de las tropas coloniales francesas tras sufrir la debacle de Dien Bien Phu y tras la firma del Acuerdo de Ginebra en 1954 comportó la partición del país en dos. Por un lado la República Democrática de Vietnam al norte, con un gobierno comunista y partidario de la reunificación territorial, y por el otro Vietnam del Sur, un estado proamericano de marcado perfil anticomunista. Ambos bandos se enfrentaron en una guerra civil que derivó en un conflicto de calado internacional cuando en 1965 el gobierno presidido por Lyndon B. Johnson decidió intervenir militarmente tras comprobar la ineficacia de sus aliados survietnamitas para detener el avance de las fuerzas del norte. A los asesores enviados por Eisenhower y Kennedy que se encontraban en Vietnam desde 1955 asistiendo al régimen del presidente Ngo Dinh Diem en sustitución de los franceses, se les unió un primer contingente de marines, la 9ª Brigada que desembarcó en Da Nang el 8 de marzo de 1965. Posteriormente, cerca de 40.000 soldados norteamericanos fueron enviados a Vietnam. Tras la firma de los Acuerdos de Paz de Paris, en marzo de 1973 se concretó la retirada definitiva de las tropas americanas. La guerra continuó hasta que en 1975 el pueblo vietnamita derrotó a las fuerzas del régimen sureño apoyadas por los norteamericanos.
LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO
El desarrollo de la guerra motivó que el gobierno norteamericano cercara la cooperación de otros países. El pentágono consideró que si conseguía la involucración de otros estados en la contienda su participación quedaría legitimada ante la comunidad internacional. Además conseguiría reducir o, si más no, aligerar el enorme desgaste económico que suponía para las arcas norteamericanas el conflicto. Así fue como el gobierno americano consiguió la colaboración de diversos países, aunque estos participaron de forma desigual en la guerra. Mientras algunos accedieron a mandar tropas a suelo vietnamita, como fue el caso de Australia, Filipinas, Corea del Sur, Tailandia y Nueva Zelanda, otros optaron por contribuir suministrando material y equipos médicos, como hicieron los gobiernos de Suiza, Irán, Marruecos, Gran Bretaña y Alemania. El presidente Johnson también consiguió otro tipo de apoyos, aunque meramente testimoniales, como los de Taiwán y España.
el lider comunista vietnamita Ho Chi Minh
LA ESPAÑA DE FRANCO: EL SUPUESTO ALIADO ANTICOMUNISTA
En su afán por conseguir el mayor apoyo internacional posible, el máximo mandatario norteamericano llegó a cursar una misiva personal a Franco en julio de 1965 para pedirle que colaborara con Estados Unidos mandando un contingente de tropas a Vietnam. Johnson confiaba en que el perfil anticomunista del dictador, unido a su deseo por romper el aislamiento internacional como quedó demostrado con la firma del tratado bilateral entre ambos países en 1953, posibilitaría la participación militar de España en el conflicto asiático.
el presidente Lyndon B. Johnsn visitando a las tropas norteamericanas en Vietnam (1966)
La petición originó un intenso debate entre el Ministro del Ejército, el general de división Camilo Menéndez Tolosa, dispuesto a enviar tropas para luchar contra el comunismo y Fernando Maria Castiella, Ministro de Exteriores, partidario de la no intervención. Franco, tras consultar con el vicepresidente de su gabinete, el general Muñoz Grandes, zanjó la polémica rechazando el envío de unidades de combate pero accediendo a mandar un pequeño contigente militar sanitario.
Así fue como, lejos de confirmar las expectativas de Johnson, Franco rehusó acceder a su petición. En su carta de respuesta al máximo dignatario estadounidense, fechada en agosto de 1965, el dictador predijo la derrota norteamericana argumentado que la guerra de guerrillas favorecía a la insurgencia vietnamita: “política y militarmente su guerra la tienen perdida debido a que el comunismo social agrada al pueblo vietnamita ya que ofrece más posibilidades que su sistema liberal occidental”. Por si esto fuera poco, Franco mostró su admiración por la figura de Ho Chi Minh, a quién consideró “un patriota que podría ser el hombre que en esta hora Vietnam necesita”. Esa fue la última vez que ambos líderes mantuvieron correspondencia epistolar. A pesar de la negativa de Franco a mandar unidades de combate si que autorizó el envio de un reducido contingente de médicos miltares españoles al país asiático para que prestaran ayuda logística a los norteamericanos.