El estilo se expandió por todo el país aunque su epicentro se encuentra en el barrio de Bakongo de Brazzaville, la capital de la República del Congo. En dicha ciudad, locales como La Main Bleue o Palais du Parlament se han convertido en referentes del estilo. En ellos se celebran bodas, fiestas y otros eventos a los que habitualmente acuden las grandes figuras de la llamada ‘sapologie brazzavilloise’, como Freddy Ndouri, presidente de la SAPE en el país, o Samba Le Maire.
sapeurs congoleños luciendo sus galas en las calles de Paris
EXTRACCIÓN Y ASCENSO SOCIAL, EL CULTO A LA APARIENCIA
Contrariamente a lo que puede parecer si sólo reparamos en su estética, los orígenes sociales de los sapeurs son modestos. Acostumbran a ser profesionales del sector de servicios, como ‘chauffeurs’ (taxistas), guardias de seguridad, mecánicos, agentes comerciales o carpinteros, aunque los más jóvenes sueñan con ser modelos. No todos pueden llegar a convertirse en sapeus. Existen unos requisitos que se consideran imprescindibles: una altura mínima de 1,70 cm y un rostro sin defectos visibles. Estas exigencias físicas se complementan con las normas de elegancia establecidas por la SAPE sobre la combinación de colores en la vestimenta, los hábitos en la manera de caminar e incluso la actitud y manera de comportarse de forma correcta y expresarse con un lenguaje refinado y elegante.
A los sapeurs les une la voluntad de aparentar, de ser respetados por la comunidad. Ello les equipara con otros estilos aparecidos en Europa, como los teddy boys británicos, que en la década de los cincuenta del siglo pasado adoptaron la estética edwardiana, característica hasta entonces de los dandies de clase alta, para mejorar su estatus social. El estilo sapeur, por tanto, refleja en forma de metáfora social este deseo de ascenso de sus seguidores.
joven sapeur a las puertas de su vivienda
Su elegancia resulta obsesiva, sobretodo si tenemos en cuenta las condiciones de vida precarias en que subsisten la mayoría de ellos. Priorizan su obcecación por la imagen y el culto a marcas como Pierre Cardin, Roberto Cavalli, Dior, Gucci, Yves Saint Laurent, Versace, Gaultier, Fendi, Prada o Issy Miyake a cubrir otro tipo de necesidades básicas, como explicita uno de ellos: “un sapeur congoleño es feliz incluso si no come”. Este culto por la estética impecable les obliga a pagar el vestuario mediante créditos. Algunos incluso llegan a desembolsar grandes cantidades por sus trajes y complementos, algunos de los cuales compran en Paris o a través de compatriotas residentes en la capital francesa. Además de Paris, los sapeurs también son visibles en otras ciudades europeas con cierta presencia de emigración congoleña como Bruselas.
sapeur luciendo la estética de la nueva tendencia con influencias británicas
LA EXTENSIÓN DEL ESTILO, NUEVAS TENDENCIAS
Con la llegada del siglo XXI el estilo ha logrado expandirse por todo el país y transformarse. Han surgido tendencias dentro del mismo, como la que ha tomado como referente la moda londinense en vez de la parisina. Esta nueva corriente dentro de la ‘sapologie’ se caracteriza por el uso de la falda escocesa en lugar del traje de corte tradicional, tomando como referente estético al príncipe Carlos de Inglaterra. Entre los complementos de esta nueva corriente destacan también las americanas, las corbatas, las boinas escocesas y los calcetines a la altura de las rodillas.
A pesar de que el estilo sapeur se reduce al género masculino y la figura de la mujer ha restado marginal, poco a poco esta se ha ido incorporando al mismo. Este es el caso de la actriz Jenny Hill, que suele lucir la estética característica de los sapeurs. Con todo, el rol de la mujer dentro del estilo sigue siendo secundario.