Retomando la historia de los wandervogel germanos, iniciada en una de nuestras anteriores entradas,en esta segunda entrega abordaremos una dualidad singular. Por un lado su asunción de lo que podríamos denominar como ‘protoecologismo’ y por otro la adopción por parte de algunos sectores del discurso racial que, a posteriori, difundió el NSDAP.
Cuando la actividad de los wandervogel no discurría en el campo solía concentrarse en los clubes sociales. Los llamados Heim, que no pasaban de ser sótanos o habitaciones decoradas con la iconografía wandervogel -no en vano popularmente eran conocidas como las “cuevas”- contaban con una pequeña librería. En realidad, más allá de los encuentros en dichas sociedades, donde sus miembros discutían temas de actualidad o se sumergían en lecturas de obras poéticas, su actividad se centraba en su trajín expedicionario, mayoritariamente estival.
wandervogel, instrumento en mano, posando para la posteridad
ASCETISMO NATURALISTA. EL PROTOECOLOGISMO DE INICIOS DEL SIGLO XX
Frente a la sociedad materialista que destestaban, estos adolescentes ascetas reconstruían una sociedad idílica basada en su exacerbado amor por la naturaleza. Las montañas y los bosques se convirtieron en el escenario ideal para llevar a cabo su modo de vida contemplativo. Con frecuencia se daban cita en una colina del valle del Nuthe para departir, cantar y emular así los encuentros nocturnos que celebraban sus ancestros. Un ritual en el que los más atrevidos saltaban sobre las llamas que daban calor a los presentes cual fuego purificador.
Cuando el movimiento ganó popularidad, tal fue su magnitud que incluso se crearon delegaciones en los Sudetes, Bohemia o Austria, acrecentó su diversidad e inició su progresiva ideologización. Se crearon grupos similares con clara vocación de derechas, como los Jungwandervogel o los Hamburg Wanderverein. En el otro extremo quedaron aquellos que pretendían crear una especie de comunidad alternativa basada en el vegetarianismo, los remedios naturales y el amor libre, una facción que albergó a los jóvenes más próximos al anarquismo y el intelectualismo. Muchos de estos grupos toparon con la oposición de las autoridades docentes por el poder y la atracción que ejercían sobre el alumnado. Pretendían evitar la implantación del “estado de los estudiantes” que los dirigentes wandervogel anhelaban, una especie de Lebensraum que les acompañaba en su tránsito vital desde la pubertad a la madurez. Un nuevo orden que ambicionaba regenerar la sociedad, la familia y la educación.
panfleto de los Jungwandervogel publicado en 1913
VORTRUPP: RAZA Y BELLEZA
Su discurso radical se impregnó progresivamente de un nacionalismo pangermánico de cariz militarista. Todo ello provocó que lo que había nacido como un grupo de gente joven cohesionado alrededor de su interés por la naturaleza acabara diezmado por las luchas internas. En 1912 el viraje se explicitó mediante uno de los grupos más influyentes del movimiento, Vortrupp (Vanguardia) encabezado por Hermann Popert, que promovía la llamada “higiene racial” al mismo tiempo que rechazaba la decadente sociedad, el libertinaje, la degeneración y el consumo de alcohol y tabaco. En su publicación, Der Vortrupp, se ensalzaban los supuestos ideales de belleza germanos reproduciendo cuerpos desnudos que representaban los canones nórdicos de perfección física. Un credo que el propio Popert, quién por cierto tenía raíces judías, recogió en su obra Helmut Harringa, escrita en 1910, en la que el protagonista –un rubio, enérgico y fuerte alemán– alaba las virtudes de la raza germana.
imagen publicada en Der Vortrupp
Pero los wandervogel eran un fenómeno plural, prueba de ello fueron los grupos con integrantes judíos, como los Blau-Weiss, o los boyscouts Hashomer Hatzair, influenciados por los pájaros errantes. Fueron un contrapunto a aquellos que abrazon la causa nazi y el antisemitismo coincidiendo con la subida al poder del Partido Nacionalsocialista Alemán (NSDAP), aunque también hubo casos de jóvenes wandervogel que se integraron en organizaciones contrarias al III Reich.
portada del libro escrito por Hermann Popert