ORÍGENES DEL NEOFASCISMO UCRANIANO (y III)

marzo 10, 2014

La trayectoria del máximo referente del nacionalismo ucraniano, Stepán Bandera, evidencia la vinculación del mismo con el Tercer Reich tras la apertura del frente oriental en territorio soviético. A pesar de que la guerrilla del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), inicialmente, se enfrentó también a las fuerzas germanas, posteriormente, se erigió en el mayor aliado sobre el terreno de los alemanes para entorpecer el avance del Ejército Rojo.

Más allá de las emboscadas y las acciones de sabotaje tras las líneas soviéticas, durante el periodo de colaboración del nacionalismo ucraniano con el régimen nazi, los integrantes de la guerrilla liderada por Román Shujévych y de la OUN también llevaron a cabo acciones controvertidas.

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cadáveres de ciudadanos de origen polaco tras la masacre de Volhynia

LA MASACRE DE VOLHYNIA, PARADIGMA DEL ESTADO NACIONAL PURO

Miembros de la OUN estuvieron involucrados en diversas actuaciones violentas contra las minorías étnicas existentes por aquel entonces en el país. Como apuntó Stanley G. Payne en su libro Historia del fascismo, la “OUN adoptó un programa de nacionalismo integral autoritario, que resaltaba la acción directa y una ideología romántica, mística, irracional y vitalista. Enfatizaba la identidad racial diferente, la pureza racial de los ucranianos comparados con los pueblos inferiores que los rodeaban, por ejemplo, los rusos.” No es de extrañar, pues, que en mayo de 1941 la organización ultranacionalista materializara el apartado “Política de la minoría” recogido en su programa mediante el cual se ordenaba la deportación de polacos, judíos y rusos hostiles y la destrucción de sus respectivos bienes.

Así, entre 1943 y 1944, una partida de integrantes del UPA, el brazo paramilitar de la OUN, liderada por Dmytro Klyachkivsky participó junto a unidades del Ejército alemán en matanzas como las ocurridas en Volhynia y en el este de Galitzia. Se calcula que cerca de 70.000 polacos, en su mayoría mujeres y niños, murieron a manos de los partidarios de Bandera en la región. El objetivo de las milicias nacionalistas era eliminar a todos los habitantes no ucranianos de la zona mediante una campaña de limpieza étnica. Todos los varones entre 16 y 60 años debían ser ejecutados.

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partida de guerrilleros nacionalistas del UPA

Según el historiador John A. Armstrong, autor de Ukrainian Nationalism, “la teoría y las enseñanzas de los nacionalistas se aproximaban mucho al fascismo y, en ciertos aspectos, como la insistencia en la ‘pureza racial’ fueron más allá de las doctrinas fascistas originales”.

Las masacres, en las que también participaron agentes de la Gestapo, se extendieron a zonas como Kostopol, Sarny, Krzemienenic, Rivne, Dubno y Lutsk. En junio de 1943 las matanzas se aceleraron tras la victoria soviética en la batalla de Kursk que significó un punto de inflexión del conflicto en el frente oriental. Klyachkivsky, que comandaba las unidades del UPA ordenó aprovechar la retirada del Ejército alemán para llevar a cabo nuevas operaciones de limpieza étnica, “pueblos y aldeas [con población polaca] deben desaparecer de la faz de la tierra” afirmó. Entre el 11 y el 16 de julio de 1943 los nacionalistas ucranianos atacaron 167 poblaciones, matando a la práctica totalidad de sus residentes y quemando y saqueando sus propiedades. También las diversas iglesias católicas existentes en la zona sufrieron las acometidas del UPA. Muchas fueron incendiadas y sus sacerdotes crucificados. Sólo en octubre de 1943 la cifra de víctimas polacas muertas en la región ascendió a 15.000. Para contrarrestar sus acciones los mandos del Ejército Rojo enviaron a la zona a más de 30.000 hombres. Desde finales de 1944 hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial la UPA sufrió 89.000 bajas, 91.000  de sus miembros fueron capturados y otros 39.000 se rindieron a los soviéticos.

Coronel General alemán Alfred Jodl

el Coronel General Alfred Jodl firma em Reims la rendición del Tercer Reich

CAPITULACIÓN Y DERROTA

La rendición del Tercer Reich, oficializada el 7 de mayo de 1945 en Reims, no supuso el fin de las hostilidades para la guerrilla del UPA. Las fuerzas de la OUN se hicieron fuertes en el este y el sur de Ucrania donde continuaron enfrentándose a los soviéticos una vez finalizada la contienda. Allí se produjeron también encontronazos con las fuerzas de la Armia Krajowa polaca, producto de los mismos se calcula que perecieron cerca de 40.000 civiles polacos y 20.000 ucranianos.

Paradójicamente, la llegada de los soviéticos a Galitzia propició el entendimiento entre los miembros del UPA y la resistencia anticomunista polaca que desde abril de 1945 unieron esfuerzos contra las unidades del NKVD. Una cooperación que se evidenció en el asalto a la ciudad de Hrusbieszów, acontecido en mayo de 1946.

La represión ejercida por los soviéticos provocó que muchos ucranianos se encuadraran en el UPA. Entre las medidas adoptadas por las nuevas autoridades se encontraban las deportaciones de ucranianos a la URSS. Se calcula que entre 1944 y 1956 cerca de 789.000 ucranianos fueron desplazados a la fuerza. De esta manera se impedía que dieran apoyo a sus compatriotas. Además de la despoblación se llevaron a cabo detenciones en masa de presuntos informantes y familiares de integrantes del UPA, muchos de los cuales fueron torturados. Los cadáveres mutilados de los guerrilleros capturados eran exhibidos en público como advertencia.

Por su parte, el UPA centró sus esfuerzos en atacar a las divisiones de combate de la NKVD y a los funcionarios y oficiales soviéticos. También trató de impedir la implantación de colectivizaciones en suelo ucraniano. Fue una guerra sin cuartel en la que los ucranianos llegaron a exterminar a familias enteras para evitar que sus miembros fueran movilizados por el Ejército Rojo. Tampoco los colaboradores escaparon a las represalias que coordinaba la unidad anti espionaje del UPA, la Sluzhba Bezbeky. En Lviv, por ejemplo, los guerrilleros sacaron los ojos a los miembros de dos familias sospechosas de informar a los soviéticos de sus movimientos delante de sus vecinos.

vasyl kuk UOA uniform 1945

Vasyl Kuk vistiendo el uniforme del UPA en 1945

La tenacidad de los ucranianos no empezó a doblegarse hasta 1946, cuando diversas unidades fueron bloqueadas en los Cárpatos. Las bajas sufridas obligaron al UPA a disgregarse en pequeños comandos, de un centenar de miembros cada uno. Fue entonces cuando su actividad se desplazó a la frontera polaco- soviética. Su número había mermado ostensiblemente. A inicios de enero de 1947 el UPA contaba con 530 unidades y 4.456 combatientes.

Ese mismo año los soviéticos lograron, por primera vez, infiltrarse en el UPA. Un hecho que coincidió con la disminución de su capacidad operativa. En 1948 los agentes soviéticos lograron eliminar a Myron, el jefe de la unidad de contrainteligencia de la guerrilla nacionalista.

Los comandos del Ejército Insurgente Ucraniano lucharon hasta 1954. Cuatro años antes, el 5 de marzo de 1950, se había producido la caída en combate de su comandante en jefe, Román Shujévych, en los bosques aledaños a Lviv. Dos años después las autoridades soviéticas afirmaban que el UPA sólo contaba con 252 combatientes. Su último comandante, Vasyl Kuk, fue capturado el 24 de mayo de 1954. Dos años más tarde se certificaba la extinción de los últimos focos resistentes.

La derrota de la guerrilla del UPA provocó un éxodo masivo de los dirigentes nacionalistas que emprendieron el camino del exilio. Su máximo referente, Stepán Bandera, sería asesinado en Múnich en 1959 por Bohdan Stačinskij, un agente de la KGB que le disparó un dardo envenenado. No sería hasta la década de los noventa, tras el colapso de la URSS y la obtención de la independencia, cuando Bandera reaparecería en la escena política como icono del renacido ultranacionalismo ucraniano.