La clausura del Al Ahly Bengasi SC dejó al descubierto la voluntad de los dirigentes libios de acabar con cualquier tipo de disidencia, tanto en la esfera social como en la deportiva. Cualquier signo de oposición fue duramente reprimido. El caso del club de fútbol de Bengasi puso de manifiesto la existencia de unas primarias formas de resistencia al régimen que culminarían con el proceso revolucionario del 17-F.
AL AHLY BENGASI SC, UN CLUB BAJO SOSPECHA PERMANENTE
El fútbol es el deporte más popular en Bengasi, no en vano la segunda ciudad en importancia del país cuenta con cinco de los dieciséis clubes que integran la Primera División del fútbol libio. Dos de estos equipos son el Al Ahly y el Al Nasr, fundados en 1947 y 1954 respectivamente. A pesar de la gran rivalidad que ambos mantienen, el Al Ahly, que cuenta con un mayor número de seguidores, se erigió en el competidor directo de los clubes de Trípoli. Más allá de la pugna entre la capital y Bengasi, el enfrentamiento entre los dos Al Ahly traspasó los límites deportivos.
escudo del Al Nasr, club de Bengasi rival del Al Ahly
El equipo de Bengasi fue creado a partir de la Sociedad Omar Mukthar, una agrupación constituida por los antiguos guerrilleros que lucharon contra las tropas coloniales fascistas italianas. Fue a partir de la década de los cincuenta cuando el Al Alhy Bengasi SC se convirtió en uno de los clubes más populares del país, llenando quincenalmente las 30.000 localidades de su estadio. Durante el mandato de Al- Saadi Gadaffi al frente del fútbol libio la rivalidad entre el club de Bengasi y su homónimo de Trípoli se acrecentó. Al Saadi no podía soportar que aquel laureado equipo, que cuenta con 18 títulos de liga y un subcampeonato de liga africana, dejara en un segundo plano a su amado Al Ahly Trípoli.
iconografia gadaffista que reproduce al Al Ahly de Trípoli junto al líder libio
Incluso antes de vestir la camiseta verde del conjunto de la capital, Al Saadi ya tuvo sus más y sus menos con los aficionados de Bengasi cuando en 1996 sus guardaespaldas mataron a balazos a varios seguidores del Al Ahly Bengasi SC por mofarse públicamente del hijo del líder libio. A raíz de estos acontecimientos se gestó una trama para acabar con los éxitos y la popularidad del equipo de Bengasi. Al- Saadi usó sus influencias en la Federación de Fútbol de Libia para designar árbitros, cambiar las reglas del campeonato, obligar a repetir partidos, decidir que equipos ascendían y descendían de categoría, fichar a jugadores de Bengasi para el Trípoli o sobornar y coaccionar a los colegiados. Una verdadera conspiración a ojos de los seguidores del Al Alhy de Bengasi. Por si todo esto fuera poco, Al- Saadi también puso en entredicho que el club de Bengasi utilizará el mismo nombre que el equipo de la capital.
Lejos de utilizar el fútbol como distracción para mantener a la población alejada de la política, las decisiones de Al- Saadi agudizaron el simbolismo del conjunto de Bengasi. Este, tras cinco años de suspensión, pudo retomar en el año 2005 la actividad disputando, eso si, el campeonato de Segunda División.
Gadaffi luciendo la camiseta de su hijo en la selección nacional
“A GADAFFI NO LE GUSTA BENGASI”
La rivalidad futbolística entre los equipos de Bengasi y Trípoli traspasa como hemos podido comprobar el mero enfrentamiento deportivo. Una vez más el fútbol ejerce como reflejo de la sociedad. En Libia la competencia entre el club de la capital y el de la segunda ciudad del país encierra otro tipo de lectura. No en vano, Bengasi fue considerada desde la instauración del régimen gadaffista en Libia como la capital rebelde del país. Una condición que comparte con otras localidades del este, como Ajdabiya, Derna o Tobruk, donde los opositores cuentan con numerosos apoyos.
La ciudad cirenaica se ha caracterizado por mostrar en diversas ocasiones su rechazo a Gadaffi. Una disidencia que el líder libio castigó con el ostracismo. Bengasi no entró en los planes de desarrollo económico. Sin inversión estatal, los jóvenes vieron reducidas sus expectativas de futuro. Algunos decidieron emigrar a Italia mientras otros se integraron en los incipientes grupos de oposición política. La discriminación y el desprecio del gobernante hacía la población de Bengasi pronto se tradujo en las primeras muestras de oposición. Las caricaturas de Gadafi con la estrella de David pintada en su frente proliferaron en los muros de la ciudad. No es de extrañar pues que el líder libio visitara Bengasi en contadas ocasiones.
el derby de Bengasi, encuentro de máxima rivalidad entre Al Alhy Vs Al Nasr